Boletín – Volumen 84

Boletín – Volumen 84

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Boletín – Volumen 84

Sinopsis

Por: Dr. Jorge Bracho

     Con “La situación mercantil actual” abre esta edición fechada el 1 de noviembre de 1920, en que se hace referencia a la crisis comercial, inherente a la post guerra, y lo relacionado con la exportación del café, principal rubro venezolano en el mercado internacional, así como la contracción interna por no corresponder la demanda con la oferta de mercancías. En la misma página, la 875, en un aparte, “Cambios”, se escribió que el dólar en Venezuela se cotizaba en 5,89 bolívares cuando lo usual era de 5,20 bolívares. La causa se adjudicó al decrecimiento de bienes de exportación como café, cacao, cueros y azúcar. Aunque se esperaba que esto cambiara pronto, se agregó que el ganado en pie, exportado para las Antillas había “aliviado” la situación a este respecto.

     En la página 876 F. Álvarez Feo escribió “Comentarios a la ley de impuesto nacional de estampillas”. En la siguiente página se dio cabida a: “Derechos arancelarios impuestos al cacao en España”. En el mismo se escribió acerca de los privilegios aduaneros que recibía el cacao exportado desde una posesión colonial de España en África Occidental, la isla Fernando Póo, prerrogativa que afectaría a exportadores de este fruto de otros países.

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     En la misma página, 877, se editó un fragmento de unas anotaciones de viaje de Alfredo Jahn bajo el título “La región cafetalera del Táchira” donde se hizo referencia a las fincas productoras de café situadas en Rubio y Santa Ana. Se anotó que ellas estaban bien situadas en lugares montañosos con temperaturas entre 20 y 22 grados. Las grandes producciones comenzaron para 1886 en Rubio y en 1870 en Santa Ana. Presenta algunas características de los distintos ingenios visitados y cifras en cuadros.

     En “Sección de Correspondencia” aparecen oferta de negocios provenientes de California, Nueva York, Kobe, Ámsterdam y Bremen. Además de buscar comisionistas, ofrecían negocios para la colocación de arroz, muselinas, motores diésel, así como máquinas para hacer hilos, cuerdas y encajes. En esta misma página 882, se publicó “Cotización de nuestros productos en Londres”. Junto con cuadros estadísticos se mostraron la caída de los precios del café, cacao y cueros en la capital, aunque el precio de la carne se mantenía estable. Los redactores llamaron la atención respecto a la potencialidad de los llanos venezolanos para la cría de ganado y escribieron: “Cuando nuestros llanos estén cruzados por ferrocarriles… la producción nacional adquirirá proporciones que quizá sobrepasen a todas las esperanzas actuales”.

     Entre las páginas 884 y 887 se dieron a conocer “Cuadros demostrativos de la industria pecuaria en el estado Lara”. Cierran la edición: “Noticias del exterior”, “Nota editorial” y “Movimiento de valores públicos en la Bolsa de Caracas y en la de Maracaibo durante el mes de octubre de 1920”.

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Boletín – Volumen 137

Durante el mes de marzo se sostuvo un movimiento de ventas apreciable.

Boletín – Volumen 76

Para este número setenta y seis los editores presentaron un Índice de la Ley de Aduanas.

Boletín – Volumen 128

Para este número fechado 1 de julio de 1924 se presenta, en primer lugar, “Situación mercantil”.

Boletín – Volumen 83

Boletín – Volumen 83

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Boletín – Volumen 83

Sinopsis

Por: Dr. Jorge Bracho

     Número que inicia con “Progreso del Zulia. El petróleo. Exploraciones y explotaciones. Su influencia en el porvenir de la nación”, firmada por J. M. Benítez. En este mismo número, fechado el 15 de octubre de 1920, le sigue: “Del informe del Banco Central” donde se informa sobre el movimiento de capitales en el país, el que se acompaña con un pequeño cuadro referido al balance del 30 de junio de 1920 respecto al Banco de Venezuela.

     Más adelante, entre las páginas 855 y 858, se dio a conocer: “A propósito de las Casas de Moneda” que resulta ser un testimonio de importancia histórica. En él se agregó información complementaria al artículo publicado sobre el mismo tema en número anterior. Se trata de un escrito, “Al Soberano Congreso Constituyente”, presentado por un miembro de la Casa de la Moneda, en que se expuso la necesidad de dar continuidad a la acuñación de monedas, siempre que fueran del mismo peso, ley y tipo a las que se habían acuñado en tiempos de Pablo Morillo. Se destacó en el mismo la moneda llamada Macuquina que se había aprobado en tiempos del Antiguo Régimen. Luego de presentar un balance histórico sobre este aspecto, se añadió que era necesario la acuñación de pesetas por su valor y utilidad en el comercio exterior, lo que significaba menos riesgos de pérdidas para los comerciantes.

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     En “Sección de Correspondencia” se incluyeron propuestas de negocios provenientes de: California, Florida, Londres, Georgetown, Mannheim, Nueva York y Nueva Orleans para el intercambio de carretillas, tractores, máquinas mezcladoras de concreto, artículos de caucho, tejidos de seda y algodón, víveres y frutos, instrumental médico, lanchas, buques de cabotaje, así como la búsqueda de agentes de comercio para la colocación de mercaderías.

     Le sigue a este aparte, página 859, “Los ferrocarriles de Venezuela” en que se insertaron datos estadísticos, tomados de una publicación del Ministerio de Obras Públicas de Venezuela. En el cuadro se reflejan el capital con el que contaban las empresas ferrocarrileras del país para los años de 1917, 1918 y 1919, así como las ganancias obtenidas hasta este último año.

     En la página 861 en una corta nota, tomada de una publicación francesa, “Noticias del exterior” se hizo referencia a la circulación de billetes del banco austro – húngaro, la crisis de combustible en los Estados Unidos de Norteamérica debido a la baja oferta de carbón en el mundo, las ganancias producto de negocios con Europa y de ésta con otros espacios territoriales mundiales.

     En la misma página el aparte “Participaciones” informó de la separación amistosa de negocios comunes entre Wallis, Vegas y Compañía y la firma Mondolfi y Compañía y la asociación de los hermanos Spinetti para la compra y venta de mercancías.

     En la página 862 se publicó “Acerca del intercambio comercial en Venezuela y Japón”. Se trata de un artículo publicado en inglés por parte de una firma denominada Trans-Pacific. En el mismo se precisó la importancia de haber habilitado el Canal de Panamá para el comercio del país con naciones de Oriente, de ahí que se recomendaba el establecimiento de una línea de vapores para tal propósito. El redactor fue H. Pérez Dupuy, agente comercial ante Japón.

     Entre las páginas 863 y 871 apareció “Cuadros demostrativos de la industria pecuaria en el estado Falcón”. De seguida, le sigue “Noticias sobre algunas compañías mineras de la región del Yuruary”. En que se informó acerca de algunas compañías dedicadas a la extracción de minerales en El Callao. Cerró esta edición con “Movimiento de valores públicos de la Bolsa de Caracas y en la de Maracaibo durante el mes de septiembre de 1920”.

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Boletín – Volumen 131

Para esta fecha, 1 de octubre de 1924, se inicia este número con “Situación mercantil”.

Boletín – Volumen 70

En este nuevo número toda la edición se dedicó a tratar y dar a conocer un asunto relacionado con la Corporación del Puerto de La Guaira.

Boletín – Volumen 135

Abre este número de febrero de 1925 con “Situación mercantil”.

Boletín – Volumen 82

Boletín – Volumen 82

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Boletín – Volumen 82

Sinopsis

Por: Dr. Jorge Bracho

     Esta edición del 15 de septiembre de 1920 abrió con “Comités de Arbitraje” en que se dio a conocer algunos pormenores del Convenio Arbitral firmado entre la Cámara de Comercio de los Estados Unidos de América y la de Caracas. En este sentido, se acordó que cada una de las Cámaras debía nombrar un Comité de arbitraje compuesto por nueve miembros. En “El Consultor de la Cámara de Comercio en Asuntos administrativos”, se precisó que quien se dedicaría a resolver estos asuntos, de manera gratuita para los miembros, era Federico Álvarez Feo.

     En la página 818 se publicó “Las Casas de Moneda Venezolanas”. Acá se escribió que en Venezuela habían funcionado dos establecimientos bajo esta denominación. La primera funcionó en las postrimerías de la época colonial, entre las esquinas de Veroes y Jesuita, hasta 1821. Durante la existencia de la República de Colombia las monedas provenían de Popayán y de Bogotá. Se recomendaba que la acuñación de monedas se hiciera en el territorio nacional.

     Entre las páginas 819 y 820 apareció “Noticias financieras acerca de Italia”, cuya base informativa provenía del Banco de Venezuela. Se informó que las autoridades italianas habían restringido la circulación de billetes para evitar un impacto inflacionario.

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     Luego se publicó “Datos acerca de la situación financiera de Alemania”, con datos proporcionados por el Banco de Venezuela se dio a conocer que la emisión de billetes en este país era ilimitada y que solo una parte de ellos estaba respaldada por el oro.

     Entre las páginas 820 y 827 se dio a conocer “La riqueza mineralógica de la Hoya del Lago de Maracaibo”. Se trata de un informe presentado al gobierno nacional en 1876 y suscrito por el señor Wenceslao Briceño Méndez. El mismo trató acerca de la exploración de la región carbonífera de Tulé y de los depósitos de petróleo, betunes, asfalto y carbón que contiene la Hoya del Lago de Maracaibo.

     Páginas posteriores, entre la 828 y la 833, se presentó “Información minera a propósito de las Hulleras de Naricual, Capiricual y Tocoropo”. Es un informe acerca de las hulleras que existían en el estado Anzoátegui y que fue presentado al ministro de Fomento, el 31 de diciembre de 1919. Había sido elaborado por el administrador de ellas, el doctor Pedro González E., publicado luego en la Memoria de Fomento y presentado al Congreso de Venezuela en las sesiones de 1920.

     Entre las páginas 833 y 836 apareció “La pluma de garza” en que se trató sobre su comercio y la temporada de mayor provecho para una obtención satisfactoria. Sin embargo, su exportación resultó afectada por una Ley Federal dictada en Estados Unidos de Norteamérica por la que se prohibió la importación de plumas de garza y aves silvestres para preservarlas de una posible extinción. Además, se adujo que esta actividad era de gran utilidad en los Llanos venezolanos por la cantidad de numerario que generaba. Entre los garceros había gran preocupación por las pérdidas que estas prohibiciones le acarreaban. Su explotación se había iniciado en 1884 y ya para 1886 arrojó importantes ganancias tanto para el garcero como para el gobierno. En 1903 se había regulado la matanza de garzas en Guarico y Apure. Después de la Primera Guerra el negocio fue decayendo, en especial, por el uso de otros adornos utilizados en los sombreros.

     Como resultado del tráfico de mercaderías que se inició con la instalación de una Compañía al sur de la Florida uno de sus propulsores, Jórgen Jórgensen, se presentó “Tráfico entre los puertos de los Estados Unidos en el Sur del Atlántico y Venezuela”, donde se exponían las futuras realizaciones comerciales entre ambos lugares.

     Para las páginas 836 y 837 se reservó “El tabaco del Guácharo (Dilucidación de un mito)”, suscrito por Francisco de P. Álamo. Para quien redactó este escrito el tabaco Guácharo no era de gran calidad y dejó escrito que no pasaba de ser una curiosidad debido a la negligencia de quienes lo cultivaban y por la carencia de conocimientos entre los cultivadores. Terminó expresando: “… el cultivo del café … ha embargado tanto al escaso peonaje, que apenas se entrega uno que otro mestizo a sembrar tabaco y elaborarlo…”

     “El petróleo en México” ocupó las páginas 838-839. Continuaba la información referente a lo contemplado en el artículo 27 de la Constitución mexicana y la nacionalización de las minas de petróleo. En ella se hizo alusión a los distintos encuentros entre los petroleros y el gobierno de México, así como que este país se constituiría en el mayor reservorio de este mineral en el mundo mientras en Estados Unidos decrecían los yacimientos de “modo alarmante”.

     En “Un libro para el comercio” se recomendaba a los miembros de la Cámara leer La ley de Estampillas, su Aplicación y Explicación cuyo autor fue Gustavo Manrique Pacanins.

     Entre las páginas 839 y 847 se publicó “Cuadros demostrativos de la Industria Pecuaria en el Estado Lara”. Desde la Cámara se recomendaba organizar cuadrillas con ingenieros y obreros para ensayar acerca de cómo actuar frente a los incendios. Para finalizar, la edición se completó con “Participaciones” donde se informaba del poder conferido a Oswald Arning por parte de Blohm y Compañía y “Movimiento de valores públicos en la Bolsa de Caracas y la de Maracaibo durante el mes de agosto de 1920”.

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Boletín – Volumen 129

Este número apareció el 1 de agosto de 1924 en cuyas páginas iniciales se lee “Situación mercantil”.

Boletín – Volumen 71

A partir de este número 71 se comenzó a presentar un ilustrativo artículo acerca de la minería, explotación y sus proyecciones en Venezuela, el cual seguiría apareciendo en ediciones posteriores.

Boletín – Volumen 106

Situación mercantil

Boletín – Volumen 81

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Boletín – Volumen 81

Sinopsis

Por: Dr. Jorge Bracho

     Para este número 81, correspondiente al 15 de agosto de 1920, apareció en las primeras páginas, entre la 787 y la 789, “Aceptaciones bancarias” suscrita por el profesor Guillermo A. Sherwell. Algunas de las cuestiones tratadas por él se centraron en las aceptaciones bancarias. Según su apreciación, éstas, a diferencia de las aceptaciones comerciales, eran de gran utilidad para el comercio con países extranjeros. Por tanto, mientras mayores fuesen las importaciones y las exportaciones las aceptaciones bancarias cobraban mayor importancia. La aceptación bancaria la definió como una libranza o letra de cambio, cuyo aceptante era un banco, compañía, persona o razón social y que el negocio consistiera en conceder créditos en forma de aceptaciones.

     Un texto tomado de la Memoria de Obras Públicas (1917) que llevó como título “Explotación de la Salina de Araya” y suscrito por Germán Jiménez, expuesto entre las páginas 789 y 798, mostró los dos procesos distintos que se desarrollaban en esta salina. Uno, tenía que ver con la extracción de la sal y su almacenamiento en empaques. Otro, el transporte desde la salina hasta el lugar donde estaban fondeados los barcos que trasladarían la mercancía. 

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     Al final de su exposición hizo varias recomendaciones, entre las que se puede anotar lo siguiente: liberar de impuestos la exportación de la sal, menos para el Departamento de Santander, en Colombia, sustituir el envasado del producto por otro diferente a los sacos, debería ser exportada a granel y a lugares donde produciría utilidades como Uruguay, Argentina y Cuba.

     A estas informaciones se sumó “La depreciación de la peseta”. Entre las razones de esta situación se refirieron las siguientes: las grandes compras de trigo realizadas en el mismo territorio español como en Argentina y la inflación propia de la post guerra en toda Europa. Seguidamente, se adicionó “Remates de deuda interna” en referencia a Venezuela. En este breve escrito destacaron los editores la disminución de deudas gracias a las gestiones del gobierno de Juan Vicente Gómez, así como por los tenedores y compradores de deuda interna.

     Un tema reiterado fue el asociado con “El Inalámbrico en Venezuela”. Asunto que proponían los editores fuese asumido por el Gobierno Nacional al que consideraban con competencia en él. A estas consideraciones se sumaron tres estudios realizados por distintos representantes de compañías constructoras con experiencias internacionales. Los datos suministrados para lo expuesto en el Boletín fueron facilitados por los mismos actores que buscaban participación en la instalación de la red inalámbrica, que abracaría toda la América Latina, los Estados Unidos y Europa. Se trató de exponer la calidad de los instrumentos, técnicas y tecnología para su instalación y la experiencia de cada una de las Compañías en este orden. Las Empresas ofertantes fueron: Compañía Eléctrica Internacional de Westinghouse, la Federal Telegraph situada en San Francisco y la Radio Corporation of América.

     Más adelante fue editado un texto, traducido de una publicación neoyorkina, denominado “Terrenos petrolíferos de Venezuela y Colombia”. En el mismo se señaló, en párrafo introductorio, que para el año de 1919 llamó la atención del público en general el crecimiento que habían alcanzado los campos de “aceite” en Venezuela y Colombia, debido al alza de los valores de la General Company and Caribe Syndicate. La presencia de aceites petrolíferos ya venía siendo anunciado por geólogos, ingenieros y negociantes desde años atrás, según lo escrito en este aparte. En este sentido, se reseñó la producción de aceites pesados en Trinidad, el oriente y occidente de Venezuela y algunas zonas de Colombia.

     Entre las páginas 805 y 807 se incorporó un artículo preparado desde un órgano periodístico editado en Bruselas. El título fue “La industria petrolífera en Venezuela”. Más adelante se incorporó “El petróleo en México”, corta nota en que se ratificaba la nacionalización constitucional de las minas de petróleo en el país centroamericano. Seguidamente, se presentó una corta nota, “Noticias de los Estados Unidos” en que se informaba acerca de las posibilidades de exportación de carbón desde los Estados Unidos, las cosechas de algodón en Alabama y el Misisipi, así como las potencialidades existentes de comercialización del oro.

     La “Sección de Correspondencias”, bastante sobria en esta edición, reveló interés de negociantes de Berlín y de Managua. Mientras lo proporcionado por el aparte “Consulado americano” se relacionó con mercaderías venezolanas como café, cacao, cueros de res, pieles de chivo y venado, carboyas de hierro, cebadilla, cobre viejo, azúcar y, un nuevo agregado, caucho crudo. A esta relación se le sumó un cuadro, en bolívares, de las exportaciones hacia los Estados Unidos entre 1912 y 1920.

     La Cámara de Comercio de Caracas había dirigido una comunicación a los Presidentes de los Estados para obtener información estadística sobre el número de ganado vacuno, el nombre de los hatos y de sus dueños y el valor de la tierra para la cría, lo fuese con riego o no. Los editores publicaron lo que hasta el momento habían recibido de información al respecto. De ahí, que publicaran lo recibido de San Fernando de Apure, Bolívar y Cojedes, con la promesa de seguir dando a conocer lo que recibieran.

     Entre las páginas 812 y 813 apareció “Industrias y producciones de Bobare en el estado Lara”. Fue un fragmento reproducido de un “Diario de viajes de Alfredo Jahn”. Se destaca en él la pobreza y miseria de este poblado larense, aunque producían aguardiente de cocuy, había cría de chivos, cultivos de café y siembras de caña de azúcar. Luego se agregó una “Opinión sobre la baja del café” basada en una información proveniente de Havre, Francia, relacionada con el declive del café en los mercados internacionales. Entre algunos factores que provocaron esta situación se anotaron los siguientes: completa abstención de los consumidores, numerosas reventas a plazo, baja en el mercado americano, abundante cosecha en San Salvador, Santos y Sao Paulo.

     Al final se agregó “Notas editoriales” en que se rememoró que el estudio de los centrales azucareros de Maracaibo, en el número 80 del Boletín, había sido preparado por un asiduo colaborador a partir de información proporcionada por José Manuel Benítez, agente del Banco de Venezuela. Asimismo, se informó que Fernando Arroyo Parejo, quien había sido jefe de oficina en el Banco de Venezuela, se separó de esta institución para dedicarse a administrar una importante casa de comercio. Al final se agregó un cuadro con información sobre el “Movimiento de Valores Públicos en la Bolsa de Caracas durante el mes de julio de 1920.

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Boletín – Volumen 112

Esta edición de marzo correspondiente al año de 1923 comienza con “Situación mercantil”.

Boletín – Volumen 128

Para este número fechado 1 de julio de 1924 se presenta, en primer lugar, “Situación mercantil”.

Boletín – Volumen 116

Al principio unas notas de condolencias por la muerte de Juan C. Gómez, “Duelo público”.

Boletín – Volumen 80

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Boletín – Volumen 80

Sinopsis

Por: Dr. Jorge Bracho

     En este número ochenta, correspondiente al 15 de julio de 1920, se inicia con un escrito suscrito por el profesor Guillermo A. Sherwell titulado “Aceptaciones comerciales y bancarias”. Se trata de una forma de pago acordada entre un vendedor y comprador de una mercancía o bien de uso, diferente a un pagaré, pero tan efectivo como éste. De acuerdo con la información suministrada por el autor ella venía aumentando en los Estados Unidos del Norte. Destacó su presencia en países como Inglaterra y Canadá.

     Le sigue a esta información “Orígenes del 30% adicional”. El mismo está referido a una propuesta realizada por Santos Michelena a la Cámara de Representantes durante el año de 1826. La propuesta se centró en la necesidad de desarrollar un plan para uniformar la legislación aduanera y con ella combatir el contrabando. Aunque, esto último no parecía ser la intención cimera sino la creación de una marina nacional y lo que meditaba Bolívar respecto a Cuba y Puerto Rico que, como se sabe, el Libertador creyó necesario propiciar la Independencia de estos espacios insulares y así salvaguardar la emancipación americana. A esta disertación de Michelena se anexó lo contemplado en el prospecto o propuesta hecha al Senado de la República de Colombia para aquel año.

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     En este mismo orden de ideas se hizo referencia al Central “La Gran Vía” que se había puesto en funcionamiento durante mayo de 1920. La base a partir de la cual se conformó provino de una primera inversión ejecutada por Boscán y Matos. En la reseña se expresó que su producción era pequeña en comparación con sus potencialidades territoriales. Asimismo, se hizo referencia al Central azucarero del Zulia “Sucre”. Para el momento se había constituido con la participación de H. L. Boulton y la firma Calcavechia.

     Luego se presentó “Sección undécima de la Ley Orgánica del Servicio Consular”. Se trata de la parte correspondiente de los derechos consulares, cuyo conocimiento se tenía de gran interés para los tratos comerciales. Los editores consideraron su publicación para que fuese examinada con profundidad.

     Entre las páginas 765 y 780 apareció la continuación del artículo redactado por C. H. Haring cuyo título fue “La producción americana de oro y plata en la primera mitad del siglo XVI”. En el mismo, su autor se detuvo en los siguientes aspectos; inexactitud y exageración de los cálculos antes del siglo XIX, respecto a su extracción y exportación, lo redactado por Alejandro de Humboldt (1769-1859), Adolf Soetbeer (1814-1892) y Guillermo Lexis (1837-1914) sobre este aspecto, las nuevas fuentes de información, las antiguas riquezas de México, el Perú y sus tres divisiones: Perú, Alto Perú y Chile, Nueva Granada y los nuevos tesoreros de la conquista, Antillas y Tierra Firme, Sevilla: ingresos de la Casa de Contratación, importaciones particulares del metal en barras confiscadas por la Corona, España como distribuidora de metales preciosos en Europa y un Apéndice con los valores monetarios de la América española en la primera mitad del siglo XVI.

     Le sigue “La circulación fiduciaria y las deudas en Inglaterra” en el que se trata el asunto de la circulación de billetes y su respaldo en oro en este país europeo. En la misma página, la 780, se agregó “Séptima Convención Nacional de Comercio Exterior” en la que se informó de la invitación extendida desde San Francisco a esta convención, la que era auspiciada por el Consejo Nacional de Comercio Exterior de los Estados Unidos. La misma era convocada anualmente y tenía por objeto discutir cuestiones propias relacionadas con el comercio de Estados Unidos con otros países. Para la última Convención la Cámara de Comercio de Caracas nombró al señor W. Fisher, Cónsul de Venezuela en San Francisco.

     De seguida se publicó una invitación para participar en la primera exhibición de Arte Industrial que se llevaría a cabo en Londres. En la página 781 se editó un cuadro: “Rentas de Venezuela” en que se mostraban los ingresos y egresos de Venezuela entre los años de 1917 a 1919. En esta misma página se publicó “Comunicaciones marítimas entre Jaksonville (Estados Unidos y Venezuela)”. Fue este un artículo en que su autor, Jórgen Jórgensen, quien había sido designado por la Cámara de Comercio de Jaksonville, Florida, para lograr un acuerdo con el que se alcanzara un intercambio comercial de envergadura, con el uso de vapores o embarcaciones de vela, y así unir puertos situados al sur de los Estados Unidos con los de Venezuela. Uno de los puntos de mayor importancia tratado por él fue el de la posibilidad que desde Venezuela se pudieran obtener embarcaciones para este intercambio.

     En “Participaciones” se informó del establecimiento de una sociedad mercantil en la ciudad de Caracas, la puesta en funcionamiento de una compañía anónima llamada “La Tabacalera” y que Travieso y hermanos habían constituido como su factor mercantil al señor Rafael Travieso, hijo. En “Sección de Correspondencia” se publicaron peticiones para importadores venezolanos desde Roma, Nueva York, Texas, Milano, Torino, Londres y otros lugares de Europa. Los productos ofertados eran cigarrillos, bombonas, dulces, almendras, automóviles, camiones y alimentos en general. El Consulado americano ofrecía información de exportadores de medicinas, motores, filtros industriales, pescado y frutas en lata.

     En las dos últimas páginas, 784 y 785, se presentó un cuadro con datos concernientes al “Movimiento de valores públicos en la Bolsa de Caracas durante el mes de junio de 1920”.

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Boletín – Volumen 104

El juramento presidencial.

Boletín – Volumen 76

Para este número setenta y seis los editores presentaron un Índice de la Ley de Aduanas.

Boletín – Volumen 123

Para esta edición con fecha 1 de febrero de 1924 se inicia con “Situación mercantil”

Boletín – Volumen 79

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Boletín – Volumen 79

Sinopsis

Por: Dr. Jorge Bracho

     La edición correspondiente al 15 de junio de 1920 inició con una información proporcionada a través de un Comunicado del Banco de Venezuela, titulada “Noticias financieras acerca de Inglaterra”. En ella se informó sobre la cantidad de billetes en circulación, la existencia de oro que daba garantía a estos billetes y el total de lo adeudado por Inglaterra, así como los préstamos otorgados a los Aliados, durante el conflicto bélico que recién había culminado, y los conferidos a sus colonias.

     De seguidas, se agregó “Cámara de Comercio de Ciudad Bolívar” en que se recordó la importancia que tenía para el intercambio comercial y mercantil de este gremio su instalación, en esta ciudad situada al suroriente de Venezuela. La misma sería presidida por Virgilio Casalta.

     En otro aparte se dio a conocer “El valor de las onzas de oro”. Lo escrito en él guarda relación con el desprestigio de las “célebres peluconas” que a cuenta de su deterioro se pagaban a no más de 7 bolívares. Por intermedio del Banco de Venezuela se comenzaron a cotizar por bolívares 80, porque si bien mostraban algún deterioro conservaban en su estructura “oro fino”.

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    En el mismo trabajo se expuso una breve semblanza histórica de la circulación monetaria desde tiempos coloniales, la que está acompañada de un cuadro en que se contrastan las monedas modernas de algunos países europeos y americanos. De igual manera, aparecen fotograbados de monedas con la imagen de Bolívar y otras de España, la Gran Colombia, Nueva Granada, Ecuador, Perú y Bolivia.

     Le sigue a esta sección: “Memorándum sobre la Ley de la Onza comunicado por el Banco de Colombia de Venezuela”. Se trata de una escueta reseña histórica relacionada con las casas de las monedas que funcionaron en territorio de ultramar en tiempos coloniales. En este sentido, en “Memorándum del Banco Hispano – Americano” se extendió la información acerca de la Ley que rigió a las onzas de oro españolas desde 1751 hasta las modificaciones introducidas en 1840. También, apareció “Memorándum del Banco del Perú y Londres” donde se respondía que la ley de las onzas de oro, correspondientes a los años de 1826 a 1855, y que se encontraban en Londres llevaban estampado el valor en oro que les fue otorgado en su momento.

     En “Notas acerca del origen y proceso histórico de la Ley Orgánica de la Hacienda Nacional” su autor, J. B. Calcaño Sánchez, señaló la importancia de estudiar el desenvolvimiento y desarrollo de la Hacienda Pública desde la época colonial, en especial a partir del siglo XVIII, hasta alcanzar una ley moderna en este orden de cosas. Según su exposición, la primera Ley Orgánica de Hacienda fue la instituida el 3 de agosto de 1824. La nueva Ley se redactó de acuerdo con ideas expuestas en la Memoria de Hacienda de 1918, acompañada de la Ley de Aduanas, leyes que regulaban el comercio exterior, interior y de tránsito, la de Impuesto de Papel Sellado y la de Renta de Salinas.

     Se sumó a esta edición “Noticias de Maracaibo. Centrales azucareros” en la que se dio a conocer que las ganancias que generaban era de altos dividendos. En “Sección de Correspondencia” la misma se nutrió de información proveniente del Consulado americano. Desde distintos lugares de los Estados Unidos de Norteamérica se proponían negociaciones e intercambios alrededor de un “líquido para cerrar rajas en los radiadores”, clavos con tapas de plomo para clavar hojas de metal, automóviles de distintas marcas, máquinas de escribir, telas de algodón, cinturones de cuero, la oferta para participar en una exposición en Chicago de métodos y aparatos para mejorar el procesamiento de la leche, teléfonos, sillas para montar caballos, molinos de café, picadoras de carne eléctricas y jabones para teñir ropa. Asimismo, se agregó una información relacionada con bienes exportados desde Venezuela hacia el país del Norte entre los cuales se encontraban el café, cacao, cueros de res, pieles de chivo y venado, carboyas de hierro, azúcar y otros no especificados y que sumaban en bolívares: 3.110.583. También, apareció una tabla de las exportaciones entre los años de 1912 a 1920.

     Apareció una noticia titulada “El consumo de cacao en los Estados Unidos de América”. En ella se expuso que la producción de cacao en el mundo para 1918 fue cercana a las 386.000.000 toneladas y que los Estados Unidos de América consumían cerca de la mitad. Luego de la guerra este país decidió importarlo de manera directa y no mediante intermediarios europeos, por lo que se exhortaba a los productores venezolanos a un mayor aprovechamiento en este sentido.

      En la página 752 aparecieron “Noticias financieras acerca de Francia” y “Noticias financieras italianas”, ambas aportadas por medio del Banco de Venezuela. En ellas se informó lo relacionado con la circulación de billetes y la suma total de los valores en oro existentes. En esta misma página se dio a conocer el nombre de quienes se incorporaron a la Cámara de Comercio de Caracas, entre los que se destacó el Banco Holandés de las Indias Occidentales, Hermanos Barbarito y Compañía, Lunning y Compañía, Olavarría y Compañía y Van Dissel Rode y Compañía.

     Entre las páginas 752 y 753 se expusieron algunas dificultades que afectaban al comercio de San Fernando de Apure, en especial, las mercancías que provenían de Caracas. En “Dificultades del transporte de mercancías de Caracas a San Fernando” señalaban la incomodidad que resultaba de la retención de las mercancías en Cagua, debido a la escasez de medios de transporte y por dificultades con los carreteros encargados del transporte. Advirtieron a los miembros directivos de la Cámara que, de no solucionar el problema, “importarían o comprarían en Ciudad Bolívar”. La Cámara elaboró un informe donde indicaban razones que impedían un tránsito fluido de mercaderías como las recientes lluvias, vías en mal estado y la poca cantidad de medios de transporte o carretas utilizadas para el comercio.

     De una información reproducida del Boletín del Banco Nacional de Nueva York se presentó “Escasez de capitales”. En el mismo se indicó el exiguo rendimiento que ofrecía el crédito, el alto costo de los préstamos y el proceso inflacionario proveniente del período bélico y que aún persistía.

     La información estampada en “Participaciones” daba cuenta de nuevas sociedades comerciales que se instalaron en el país. En un aparte suscrito por H. Pérez Dupuy éste defendió el 30% adicional de los derechos de aduana por la importancia que revestía para los intereses de la Nación venezolana. Por último, se presentó un cuadro sobre el movimiento de valores en la Bolsa de Caracas.

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Boletín – Volumen 91

Situación comercial

Boletín – Volumen 116

Al principio unas notas de condolencias por la muerte de Juan C. Gómez, “Duelo público”.

Boletín – Volumen 126

Como se hizo habitual en el Boletín, la edición inicia con “Situación Mercantil”.

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