Núñez Ponte: Maestro caraqueño

Núñez Ponte: Maestro caraqueño

José Manuel Núñez Ponte (1870-1965), meritorio educador y guía de varias generaciones de venezolanos. Director de la Academia Venezolana de la Lengua (1941-1964)

     “Vigilias en la penumbra de las aulas de aquel Colegio Sucre, ubicado en el centro de Caracas y luego en los Dos Caminos, tan suyo y tan venezolano forjando con sus sabias enseñanzas a los hombres que luego harían una parte de la historia patria. Recuerdos perdidos en un mundo pedagógico de vertical existencia, cerebro privilegiado de voluntad monolítica y disciplina férrea. Ejemplar vida de patriota, donde se forjaron tres generaciones y con una pléyade de ciudadanos ilustres.

     Esa obra ingente, fecunda y valiosa se debe al preclaro educador y presidente de la Academia de la Lengua, doctor José Manuel Núñez Ponte.

     Con él se fue toda una Venezuela histórica, con sus intérpretes y escenarios pintorescos de aquella Caracas que cantara emocionadamente el poeta Juan Antonio Pérez Bonalde y que nos legara magistralmente en un puñado de recuerdos el desaparecido cronista de la ciudad, don Enrique Bernardo Núñez, también discípulo del ilustre educador caraqueño.

     El doctor Núñez Ponte, con la perseverancia de su esfuerzo en “ser útil”, la vigorosa estructura de su espiritualismo y su acendrado sentido religioso, dentro de la formación de un ideal patriótico, con la misma trayectoria de nuestros Libertadores, efectivamente, consiguió la cumbre de la gloria en “ser grande”.

Núñez Ponte fue un insigne educador y escritor. Los temas predilectos de su pluma fueron la historia, la religión, el lenguaje y la literatura.

Núñez Ponte fue un insigne educador y escritor. Los temas predilectos de su pluma fueron la historia, la religión, el lenguaje y la literatura.

Nace un educador

     El 5 de mayo de 1870, entre las esquinas de Esmeralda y Mirador, en la casa marcada con el número 93, llegó al mundo un niño con la débil constitución física que pregona ya heraldos de muerte. Sin embargo, al correr del tiempo se convertirá en ejemplo maravilloso de una existencia longeva y ejemplar, a casi un siglo de aquella tarde caraqueña. Los atribulados padres que vieron con este nacimiento, la alegría incompleta en un hogar junto a sus hermanos, poco a poco tuvieron la inmensa satisfacción de verlo desarrollar, no ya solo física, sino intelectualmente con una rara disposición para las cosas, poco común en un infante de tan cortos años. Habían transcurrido cinco años de cuidadas y esmeradas atenciones para que aquella salud, harto quebrantada, recobrara el vigor que su precaria constitución necesitaba.

     El joven Núñez Ponte inició los estudios superiores en el Colegio Sucre, que fundara otro benefactor de la pedagogía nacional: el doctor Jesús María Sifontes. Andando el tiempo, y al fallecimiento de tan ilustre patricio, el doctor Núñez Ponte se hará cargo de la Dirección del Colegio, alternando su labor docente con otro eminente educador que se llamó don Rosendo Noria.

     El doctor José Manuel Núñez Ponte, hasta los últimos momentos de su vida, tenía en su mente el piadoso recuerdo de sus progenitores y en ese cúmulo de un pasado dichoso, evocaba a doña mercedes Ponte de Núñez –su madre– con la palabra dulce del amor filial que siempre puso de manifiesto en todas sus conversaciones: “Yo hice la primaria y secundaria con mi mamá, pero era mi papá –nos dirá con una sonrisa triste que resbala por su apostólica faz– quien me tomaba las lecciones y hasta me reprendía. . . pero sin severidad. . .

     La concluir su bachillerato, comenzó la carrera de derecho en la Universidad Central de Venezuela, obteniendo el título en la Universidad de Valencia en el año de 1895. Un desagradable incidente con otro colega, respecto a diferencias donde la dignidad y el honor profesional se ponían en entredicho, forzaron a tan puro espíritu a renunciar de manera definitiva a la carrera que tan brillantemente había comenzado. Desde aquella fecha se dedicó por entero a la pedagogía. En la ciudad de Valencia, que quería de manera extraordinaria y para la que siempre tuvo un cariñoso lugar en el recuerdo de sus años jóvenes, escribió un soberbio trabajo sobre la esclavitud, que mereció el galardón del primer premio Anual del a Academia Venezolana de la Lengua Correspondiente de la Real Española.

     Más tarde. obtuvo otro triunfo literario. Esta vez, en la ciudad de Lima, y con una obra titulada “San Francisco de Asís”. Núñez Ponte, íntimamente ligado al sentido religioso de las obras pías, se destacó numerosas veces con trabajos de extraordinaria factura cristiana. Fue secretario del eminente prelado Juan Bautista Castro, el “Obispo Bueno”, a quien tantísimo debe la iglesia venezolana. En el Congreso Eucarístico de Caracas como en el Mariano de Coro, el doctor Núñez Ponte dejó constancia siempre de probidad y acendrada fe religiosa.

Entre sus obras las notables de Núñez Ponte, destacan: las biografías del hoy beato doctor José Gregorio Hernández (1924) y del arzobispo Juan Bautista Castro.

Entre sus obras las notables de Núñez Ponte, destacan: las biografías del hoy beato doctor José Gregorio Hernández (1924) y del arzobispo Juan Bautista Castro.

     Contrajo matrimonio en la ciudad de Valencia con la distinguida dama Doña María Isabel Pérez Mujica, hermana del notable pintor-escultor Andrés Pérez Mujica. Como virtuosa representación de una sociedad privilegiada por sus dotes y ferviente patriotismo, doña María Isabel de Núñez dejó el imborrable recuerdo de un pasado similar al de su esposo, dentro de la tarea educadora. Era la más aventajada discípula de la inolvidable Mercedes Limardo, sobrina de don Manuel Felipe Tovar, presidente que fuera de Venezuela y fundador de la colonia que lleva su nombre. El doctor Núñez Ponte, cuando nos habló de estos episodios, nos señaló un sofá que adorna el valioso estudio, regalo del mencionado hombre público. Los recuerdos en la memoria del Maestro, llegan atropellados, con la rica gama de los contenidos históricos, donde los accidentes se suceden y las anécdotas les dan ese brillo peculiar de las cosas que pasarán indudablemente a la posteridad. Es ahora el doctor José Manuel Núñez Ponte quien habla:

     “Eran los años de Joaquín Crespo cuando nos invitó a un desfile cívico de todos los estudiantes, un 12 de octubre de 1892. Celebrábamos los 400 años del Descubrimiento. Delante de nosotros iba el presidente y junto a él, los ministros. El general Crespo era muy bueno con nosotros, tenía un carácter muy en consonancia con su profundo sentido de la pacificación. No olviden que él arregló nuestros problemas con los límites de la Guayana. . .”

     Los años impidieron últimamente recrearse con la valiosísima biblioteca de su casona en la Esquina de Esmeralda, pegada a los muros de la Capilla de La Trinidad. En esa sala, como un museo de preciadas reliquias, el Maestro fue depositando toda su vida:

    Condecoraciones, diplomas, volúmenes escritos por él y centenares de libros donde la filosofía alterna con la psicología y la dogmática, la historia con la novela y los autores griegos con los grandes pensadores de los nuevos credos. 

     Núñez Ponte dominaba el inglés, el alemán, el francés, tradujo el griego y el latín y era un profundo investigador de nuestra historia. Entre sus libros conservó uno, con fecha del año 1546, sobre las obras de Hipócrates, traducido del griego al latín y varios sobre temas políticos y filosóficos de los Siglos XVII y XVIII.

     Cuando el doctor Núñez Ponte mencionaba a personajes que llenaron grandes capítulos de nuestra historia, lo hacía siempre sin herir susceptibilidades, aunque los hubiera considerado poco amigos de sus obras o trayectorias políticas:

     –“Cipriano Castro era un valiente, que olvidó demasiado pronto su ingente tarea política. Juan Vicente Gómez me distinguió con su amistad y aunque poco dado a las letras, era un espíritu muy cultivado de fina sensibilidad y sobre todo un gran psicólogo. López Contreras un excelente militar que supo ser patriota en dificilísimas circunstancias. Isaías Medina representó una democracia incipiente, sin doblez y con elevados sentimientos patrios. Con el General Pérez Jiménez hablé en diferentes oportunidades, me distinguió con su gentileza acostumbrada y reconozco su obra material, como testigo que soy de una época de rudos contrastes”.

El doctor José Manuel Núñez Ponte fue individuo de número de la Academia Venezolana de la de la Lengua.

El doctor José Manuel Núñez Ponte fue individuo de número de la Academia Venezolana de la de la Lengua.

     –Raúl Leoni –continuó– fue siempre buen estudiante y de conducta ejemplar. Todo lo contrario de muchos “mozos” que hoy, incluso, gobiernan, pero que en medio de todo, siempre conservaron el respeto por sus profesores y hasta sabían pedir perdón, en más de una ocasión. Rómulo Gallegos era excelente muchacho; siempre se distinguió por su agudeza y penetraciópn en los temas que trataba. Jamás me dio una queja. Dios ha sabido premiarlo y la patria tiene mucho que agradecerle”.

     Y entre aquella pléyade de escritores, políticos y bohemios que escucharon la sabia palabra del Maestro, el doctor Núñez Ponte recuerda con cariño a uno de manera especial: Cristóbal Mendoza, actual Presidente de la Academia de la Historia. Después nos habló de Monseñor Arteaga, Godoy y hasta del Padre Borges, pasando por Raúl Carrasquel y Valverde y concluyendo con la pía presencia de Monseñor Navarro Ortega. . . y tantos y tantos otros donde Caracas la romántica, dicharachera y popular, va íntimamente ligada al virtuosismo característico de sus hijos, que en boca del doctor Núñez Ponte establece la auténtica dignidad del venezolano , con sus defectos y sus numerosas virtudes. De la misma manera que al Padrr Borges lo llamaba “hermano”, al doctor José Gregorio Hernández, quien fuera alumno y amigo, lo calificaba de “Siervo de Díos”, cuando aun no era conocido en el mundo popular de su trayectoria de santo.  

     El doctor Núñez Ponte jamás fue político. Decía que la política, salvo muy raras excepciones, “embotaba el espítitu para dar expansión a los egoísmos y la egolatría”. Fue un hombre de letras y el más alto exponente de la dignidad educacional del país. Se le atribuyeron actividades políticas, erróneamente por el hecho de haber ayudado a tumbar la estatua del Ilustre Americano que los estudiantes dieron en llamar Saludante, frente a la Universidad Central y el Capitolio; lo mismo que en ocasión de celebrar en la ciudad de Valencia las Bodas de Plata sacerdotales del Presbítero Críspulo Pérez, cuando pronunciara el discurso de orden ausente de tópicos políticos y rebosando profundo sentido cristiano, que las autoridades censuraron con el torpe argumento de que era “subversivo”. 

     Ni el propio General Crespo concedió nunca importancia a aquellas palabras del orador, tan lejos de vilipendiar una obra que realmente no cabía en sus sentimientos, por su absoluta condición apolítica.

     El doctor José Manuel Núñez Ponte, miembro de la Academia de la Historia y de la Lengua durante 35 años consecutivos, llegó a la Presidencia de la segunda, con el resentimiento sincero de los que estimaban que no poseía méritos suficientes para tan honroso cargo, argumentando que existían otras personalidades con mayores créditos que él, para honrar tales presidencias. Entre las numerosas condecoraciones que exhibió en su pecho, con preclara y dignísima representación de nuestras letras, figuran la legión de Honor, la Orden del Libertador y la de Francisco de Miranda, la Medalla de Educación, la orden Papal “Pro ecclesia et Pontifice” y la Orden de San Gregorio Magno, otrorgada por el  Vaticano, en calidad de Comendador. El Ecuador y Chile lo contaron como un “hijo predilecto”, condecorándolo por su extrairdinaria labor docente, y España lo consideró “la mayor gloria venezolana contemporánea de los educadores”.

     De Sola, Carnevalli, Gallegos, Villalobos, Hernández . . . etc . . . discípulos que el maestro recordó siempre con cariño, hoy lloran con toda Venezuela, la desaparición de tan insigne y ejemplar patriota. Pero si la muerte a casi un siglo de plazo ha solicitado su parte en nuestra pobre existencia, con el doctor José Manuel Núñez Ponte el despojo físico solo representa ese tránsito inevitable que tenemos que abordar todos, pero dejando  a la posteridad la utilidad de su inmensa obra que acaso nadie haya podido igualar y, mucho menos, superar. Porque en su prolongada y virtuosísima vida, según sus propias palabras, tenemos que tener en cuenta que: “. . . en la vida hay que considerar dos cosas: la satisfacción de lo que se está haciendo con gusto y provecho de los demás y el resultado de esa labor que ha de dictaminar la conciencia. Yo estoy plenamente convencido de que he dado de mi, todo lo que podía y mi satisfacción mayor es la que me proporcionaron mis discípulos alcanzando lo que ellos se propusieron. Por otra parte, muero con la conciencia tranquila, porque la vida me ha dado muchas satisfacciones y sobre todo el trabajo que he tenido y que siempre deseé ejecutar. ¡Es muy hermoso llegar a viejito con la conciencia en completa paz, sin el recuerdo pesaroso de haber empleado el mal para justificar hacer “de mentiras” el bien. Cuando muera lo haré, a Dios Gracias, tranquilito. . . tranquilito. . .” !

FUENTES CONSULTADAS

  • Francisco “Paco” Ortega. El maestro Núñez Ponte. Elite. Caracas, núm. 2074, 26 de junio de 1965; págs. 42-45

Febrero de 1969

Febrero de 1969

REVISTA PRODUCCIÓN

Febrero de 1969

Sinopsis

Por: Esther Mobilia

     Esta edición está dedicada al 25 aniversario de la Asociación de Industriales de Artes Gráficas. Inicia con la presentación de las Gacetas Oficiales de carácter económico publicadas en la legislación venezolana. En el editorial se hace un balance cerca de la evolución del proceso de industrialización nacional.

     Posteriormente se publica la imagen del acta constitutiva de la Asociación de Industriales de las Artes Gráficas y luego se presenta un balance de lo que la industria de las artes gráficas espera del gobierno nacional de acuerdo con las palabras del presidente de la asociación. En la sección de testimonios de los empresarios del sector se presenta Juan de Guruceaga, el cual rememora los difíciles inicios de la Asociación. Aparece una breve nota acerca del VII Congreso de Ingeniería, el cual tuvo lugar en diciembre de 1968. Continuando con el tema central de la entrega, se presenta una nota de Hans Weisz escrita por Leandro González en la que se refuerza el espíritu de solidaridad entre los industriales de las artes gráficas de Caracas.

     César Sierra, secretario ejecutivo de la asociación manifiesta la eficiente organización de la misma en un artículo escrito por Leocadio Rivas. En una asamblea celebrada el 28 de enero de 1969, la Asociación de Artes Gráficas escogió una nueva directiva. Luego de ello se publican las fotos que registran la celebración por la despedida del año en la Cámara de Industriales de Caracas. En un artículo relacionado con el área de Administración de Empresas, Pastor Martínez Leal explica la importancia de la planificación como estrategia para reducir costos. Se presentan breves noticias del mundo empresarial internacional.

     En el marco de las iniciativas del Instituto Nacional de Capacitación y Educación (INCE), se presenta el programa nacional de aprendizaje. El periodista J. Sanjuán escribe un artículo de opinión en el que hace un balance de la economía venezolana a lo largo del mes transcurrido. En el área de finanzas, un grupo de expertos opinan sobre el rol del mercado de capitales para las empresas industriales.

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     Se entrevista a Oscar Machado Zuloaga, gerente general de la Electricidad de Caracas para que analice el estado de la industrialización del país. Francisco González explica en un artículo por qué el mal llamado “sacrificio fiscal” no representa una amenaza para la industrialización sino todo lo contrario. Los expertos J. Jonio y G. Plaindoux desarrollan un artículo sobre el control presupuestario de empresas industriales. Harry T. Schwan analiza el papel de la renovación de la maquinaria y equipos de empresas industriales. Culmina la edición con las direcciones y los contactos de los asociados a la Cámara de Industriales de Caracas

Más revistas

Mayo-Julio 1993

Este número está dedicado al análisis de la situación de la seguridad social en Venezuela.

Mayo de 1968 – N193

Esta edición está dedicada a la industria de la construcción.

Septiembre de 1968

En este número inicia con la presentación de las Gacetas Oficiales de carácter económico publicadas en la legislación venezolana.

Hospital Clínico de la Ciudad Universitaria

Hospital Clínico de la Ciudad Universitaria

La idea de crear esta institución surgió en 1943, por iniciativa del entonces presidente de la República, general Isaías Medina Angarita, quien en ese mismo año ordenó iniciar las obras con el diseño del arquitecto Carlos Raúl Villanueva y la asesoría de los norteamericanos Frank Mc Vey y Thomas Penton. El Hospital Clínico Universitario, como también se le conoce, fue inaugurado en diciembre de 1954, pero no fue sino año medio después cuando entró en pleno funcionamiento. Para entonces, era el centro médico especializado más grande del país, contando con 1.250 camas

El Hospital Clínico Universitario contaba con 1.250 camas cuando se inauguró en 1954; era el más grande centro médico del país.

El Hospital Clínico Universitario contaba con 1.250 camas cuando se inauguró en 1954; era el más grande centro médico del país.

     La prensa de la época de su inauguración, recoge amplia información sobre las características del Hospital Clínico de la Ciudad Universitaria. La consideraban entonces la masa arquitectónica más imponente y compleja de Caracas. “Su estructura domina el conjunto de la urbe estudiantil y muestra el nuevo espíritu de la arquitectura funcional en la dinámica concepción de sus ángulos y en la policromada decoración de sus exteriores, en los cuales alternan y se equilibran franjas amarillas y azules de tonos vivos sobre grandes paneles blancos o grises. De este modo el pesado edificio de cemento armado, a pesar de su majestad, pone una nota alegre al fondo de las numerosas construcciones que forman parte del primer centro cultural de la República.

     Esta obra, inicialmente proyectada como hospital simplemente universitario con 450 camas, fue convertida en un centro-base de la asistencia y del seguro social para toda la metrópoli, elevando su capacidad a un total de 1.250 camas. Se concibió y se realizó en consecuencia, en un bloque de 14 pisos y dos entresuelos (para tuberías e instalaciones eléctricas), sobre un área de 45.000 metros cuadrados. Su composición tiene forma rectangular, con dos patios interiores. 

     Una red de pasillos intercomunica las salas y cuerpos del edificio, de 130 metros los laterales y de 60 metros los que van de Este a Oeste. En sus caras oriental y occidental ostenta cuatro salientes, en todos los pisos, que dan al conjunto un bello despliegue de formas. En estas salientes se han ubicado salas colectivas, en las cuales cada cama está colocada angularmente en tal disposición que no puede verse la una de la otra.

     La cocina y la lavandería del Hospital tienen excepcionales proporciones. La primera puede suministrar comidas para 3.500 personas al día, la segunda puede rotar diariamente el inmenso menaje de ropas, mantelería y juegos de cama que requiere una institución de esta clase. Posee, además, una planta eléctrica de emergencia de 350 KW, que mantendrá activa la mecánica del Hospital en cualquier interrupción do los servicios públicos. Porque este instituto, en su funcionamiento’ normal, ha de ser algo como una ciudad concentrada en un solo cuerpo estructural, que tiene 86.000 metros cuadrados de salones y corredores en todos sus pisos, y en los 1.658 cuartos que componen su masa celular. Para unir esas plantas tiene 10 ascensores, dos montacargas y cuatro rampas. Por allí circularán en forma incesante, sobre el silencioso material aislador y absorbente de los pisos, los carros térmicos de la cocina, las camillas rodantes de los enfermos, los médicos, sus enfermeras, el personal de servicio, en su ir y venir desde los salones a los grandes laboratorios y a las farmacias de cada planta, o a una cualquiera de sus 6 salas de cirugía. Estos quirófanos fueron hechos de acuerdo con todos los adelantos que ha logrado hoy la ciencia médica; instrumental finísimo y completo, mesas y equipos de toda clase, iluminación cenital y cúpulas de observación para médicos y estudiantes.

Una de las salas para partos prematuros; equipados con los más modernos equipos médicos de la época.

Una de las salas para partos prematuros; equipados con los más modernos equipos médicos de la época.

La policromada decoración de sus exteriores, en los cuales alternan y se equilibran franjas amarillas y azules de tonos vivos sobre grandes paneles blancos o grises.

La policromada decoración de sus exteriores, en los cuales alternan y se equilibran franjas amarillas y azules de tonos vivos sobre grandes paneles blancos o grises.

     Cada planta tiene, en efecto, sus servicios completos, para hacer más efectiva la funcionalidad de Hospital, desde sus salones de recibo hasta sus albergues para médicos residentes, internos y enfermeras.

     Una compleja instalación eléctrica presta las más variadas facilidades a la vida y al trabajo dentro de la gigantesca construcción: luminosidad indirecta, luces de señales, citófonos, teléfonos, aparatos de calefacción y de aire acondicionado, etc. La cafetería, la panadería y demás servicios similares cuentan con trenes y equipos ultramodernos que harán atractiva y ultrarrápida la presentación de las cosas. Las plantas de asepsia están con la última palabra en su género.

     Además de utilidad obran en el Hospital Clínico los factores de solidez, seguridad y belleza. Los 342.000 metros cúbicos de su masa están fundidos en concreto armado antisísmico; los 35.000 metros cuadrados de sus áreas libres se han convertido en jardines y estacionamientos. Todo aquí concurre al beneficio humano, a las finalidades docentes y al prestigio estético, no solo de la Ciudad Universitaria, sino de Caracas. El costo total de la obra fue de Bs. 100.000.000”.

FUENTES CONSULTADAS

  • El Heraldo. Caracas, diciembre de 1954 

  • Élite. Caracas, 4 de diciembre de 1954

Febrero de 1969

Abril de 1969

REVISTA PRODUCCIÓN

Abril de 1969

Sinopsis

Por: Esther Mobilia

     La edición está dedicada a la industria automotriz venezolana. Inicia con la presentación de las Gacetas Oficiales de carácter económico publicadas en la legislación venezolana. En el editorial se envían los saludos de fin de año. Se reseña la incorporación de Rafael Caldera al cargo de Presidente de la República. Se presenta igualmente el gabinete de gobierno. En el editorial se discute acerca de la importancia de la innovación y el control de calidad. Se publica una imagen de Haydée Castillo Trujillo, nueva ministra de Fomento. Luis Ríos Ch. hace un balance de la industria automotriz venezolana. Según el presidente de la Cámara de Industria de Vehículos Automotores (CIVA), E.B. Volgtlend, la capacidad de producción del sector es mayor que la demanda interna. Igualmente, Augusto Tarbes Loh, director de CIVA, informa se están prestos para proporcionar al gobierno una serie de recomendaciones, ya que es necesario la aplicación de una política automotriz para regular los precios. Pedro Concha, director de CIVA manifiesta que la industria constituye un interrogante debido a diversos factores que afectan su dinámica. Para Daniel Gámez-Calcaño, gerente de Asuntos Gubernamentales de Ford Motor de Venezuela, la industria ha superado las metas propuestas por el Estado. Luis E. Scarcioffo A., secretario ejecutivo de CIVA, explica por qué Venezuela es el país con el menor costo de vehículos en la región. El presidente de la Cámara de Fabricantes Venezolanos de Partes Automotrices (FAVENPA), declara que los precios de las autopartes han disminuido en el período 1962-1968. Según los distribuidores de automóviles, estos deben ser considerados como artículos de primera necesidad en el país. El periodista J. Sanjuán escribe un artículo de opinión en el que hace un balance de la economía venezolana a lo largo del mes transcurrido. Néstor Martínez-Leal, director general de ASESA, analiza el tema de la reducción de costos a partir de la planificación, operación y control. Se informa acerca del estado de la industria automotriz para el año 1969. Se publican las fotos correspondientes a un coctel de la empresa American Motors y de las reuniones de la Cámara de Industriales con representantes de la industria en cuestión. En el marco de los proyectos de exportación, se hace un balance del sector en la economía venezolana.

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     Antonio J. Fernández explica la alianza de la empresa Flex con organizaciones del sector venezolano para la aplicación de nuevos materiales en la construcción de automóviles. Se presentan los datos más relevantes de la fábrica de radiadores Agnelli y Ponte, C.A. (FRAPCA). Se presenta un balance de las empresas más importantes localizadas en el complejo industrial de Mariara, estado Carabobo. Nazario Delgado Pérez explica la importancia del principio de control de calidad. Rubén Camusat explora el tema del estudio de los movimientos y sus aplicaciones al proceso productivo. Culmina la edición con las direcciones y los contactos de los asociados a la Cámara de Industriales de Caracas.

Más revistas

Julio de 1969

La edición está dedicada a la industria venezolana de productos alimenticios.

Noviembre – Diciembre de 1992

El número inicia con el editorial, en donde se precisan las actividades de formación realizadas por la Cámara de Industriales de Caracas.

Marzo de 1969

Esta edición está dedicada a La Victoria y el distrito Ricaurte como centro industrial.

Boletín – Volumen 99

Boletín – Volumen 99

BOLETINES

Boletín – Volumen 99

Sinopsis

Por: Dr. Jorge Bracho

     Este número 99, correspondiente a febrero de 1922, abre la edición con “Situación mercantil” (Pp. 1423-1424) adonde se expresó: “Repetimos hoy como siempre después que se inició la crisis mercantil, que si hay esperanzas de mejora en la situación comercial, ella no se presenta todavía franca y alentadora”.  En “Acuñación de plata” se puede leer que, por la escasez de numerario, en algunas partes del país, el gobierno había decidido “hacer una nueva acuñación de plata, para lo cual está ya procurando el metal necesario, y exportando la cantidad de oro indispensable para evitar el alza consiguiente del cambio” (P. 1424).

     En la página 1425 se incluyó “Resolución de una consulta relativa a inutilización de estampillas por líquidos productos de las cuentas ventas”. Entre las páginas 1425 y 1426 un artículo de R. Lomónaco, subdirector de la Escuela Nacional de Artes y Oficios de Caracas para varones, titulado “La preparación artificial del caucho”, en donde explica el proceso químico de su fabricación, aunque advirtió que su producción industrial estaba aún por hacerse realidad, “pero podemos afirmar que no se estará muy lejos de ellas”.

Boletín 92

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     En “Estudio relativo al río Apure” se hace referencia al encauzamiento de este río a instancias del general Pérez Soto, el cual se llevó a cabo con el sistema combinado de “estacadas” llevadas a cabo bajo la supervisión de Rafael Ruíz, propietario de tierras en este estado llanero (Pp.1426-1428). Le sigue, “Estudio relativo al comercio e industrias del estado Mérida”, suscrito por Julio Sánchez – Vegas, inspector del Banco de Venezuela, en que muestra potencialidades y recursos propios de zonas frías y cálidas (Pp. 1429-1431).

“Concesiones otorgadas por el gobierno de Venezuela en favor de algunas obras de interés nacional” en que se hace referencia a la buena pro para la instalación de ferrocarriles y muelles en el país (Pp.1431-1438). Continúan los apartes de C. H. Haring, en esta edición “Comercio. Los metales preciosos” (Pp. 1438-1448). En página 1449 se incluyó una información de un folleto enviado a la Cámara por parte de comerciantes de Nueva Orleans con una oferta de intercambio comercial.

De seguida, se presentan varios cuadros: “Arribos de cacao a Nueva York de enero 1 a diciembre 31 de 1921”, “Exportación de café por La Guaira en 1921”, café recibido y exportado de Maracaibo en 1921, café y cacao exportado de La Guaira en diciembre de 1921, “Tipos de cambio en Caracas en enero de 1922. En la página 1451 “Crónica azucarera” en la que se informa la producción de azúcar de remolacha en Francia, España, Italia y Alemania. En la 1452: “Precios de productos en diversos lugares de Venezuela en enero de 1922”. Luego, en la carilla 1454, “Movimiento de valores públicos en la Bolsa de Caracas y en la de Maracaibo en enero de 1922”. 

Más boletines

Boletín – Volumen 89

La situación actual

Boletín – Volumen 80

Aceptaciones comerciales y bancarias.

Boletín – Volumen 72

Apuntes sobre la riqueza mineralógica de Venezuela.

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