Ideas políticas y tributación. Tendencias Actuales en el IVA

Ideas políticas y tributación. Tendencias Actuales en el IVA

Ideas políticas y tributación. Tendencias Actuales en el IVA

Imagen cortesía de contrapunto.com

     Palabras de Leonardo Palacios, presidente de La Cámara de Comercio, Industrias y Servicio, La Cámara de Caracas durante la apertura de la conferencia “Ideas políticas y tributación. Tendencias actuales en el IVA” con la participación del Dr. Mauricio Plazas Vega. 

     “Constituye un gran honor para esta centenaria y señera institución, de solera tradición y semillero, desde hace 128 años de la institucionalidad gremial venezolana, representada en la existencia de los organismos cúpulas empresariales, de entidades del sector bursátil, asociaciones especializadas y de espacios académicos, reconocidos a nivel internacional entre los «think tank» de mayor importancia en el mundo, que instituciones de cincuentenaria existencia, exitosa trayectoria y proyección en el campo del estudio, divulgación y críticas en temas de políticas tributarias y de administración tributaria, que ha permitido la constricción referencial de una doctrina latinoamericana en Derecho tributario, apreciada y con valor universal como el Instituto Colombiano de Derecho Tributario (ICDT) y la Asociación Venezolana de Derecho Tributario (AVDT) hayan hecho con nosotros causa común para la organización de esta actividad.

     Una actividad estrictamente ceñida a parámetros académicos y científicos, dispuesta para analizar las tendencias en las reformas de la imposición al consumo tipo valor agregado.

     Este un tema tan apasionante como controversial, tan difícil de plantear sus necesarias reformas como fuerte muralla de resistencia a su vigencia y cambios, que se ha satanizado y convertido en sinónimo de esquemas económicos calificados como «salvajes».

     Un tópico que se ha convertido en epicentro de ataques irracionales por parte de importantes actores que estimulan a sectores de la población a vivir del erario sin aportar nada a su estructuración, en ejercicio comprometido y responsable de ciudadanía; que obstruyen, en los espacios propicios para la búsqueda de bases consensuales, la articulación de políticas públicas activas en beneficio de nuestras colectividades, impidiendo la racionalidad y perfeccionamiento activo de esta especie impositiva, que en muchos de nuestros países, se ha constituido en la primera fuente de financiamiento presupuestal a la vez que ha entrado en una espiral de desnaturalización de su esencia y estructura de causación.

     Para abordar este tema, nadie mejor que MAURICIO PLAZA VEGAS, querido y respetado intelectual, que ha trascendido el reconocimiento de su obra hacendística y jurídica tributaria a las Ciencias políticas y a la Historia, como lo demuestran, a título de ejemplo, entre otras, sus obras sobre la «Historia de las ideas políticas y jurídicas», y una de las más recientes como «Las ideas políticas de la independencia y la emancipación en la Nueva Granada», contribuciones invaluables a las disciplinas a las que pertenecen, que complementan y alumbran el estudio de la tributación y hacienda pública,

     Y expresamos que nada mejor que la escogencia de este gran maestro latinoamericano, que siempre ha estado pendiente de nuestro país, solidario en nuestros padecimientos y estudioso de nuestra realidad en virtud que puede decirse, sin ánimo de empleo de formas cortesanas, que los venezolanos allá hacia los años 90, cuando asumimos el reto de llevar adelante la modernización de nuestro sistema tributario, empleando como punta de lanza la introducción del IVA, nos aproximamos a su conocimiento de la mano de las obras del Dr. PLAZAS VEGA, siendo las más conocidas “EL IVA EN COLOMBIA» y «Los servicios en el IVA».

     El Dr. PLAZAS VEGA en el seguro enfoque neutral y transversal, en cuanto al valor universal de sus consideraciones sobre el tema, nos llevará, sin él proponérselo, con la delicadeza propia de una educación exquisita y formas respetuosas, no atorrantes de conducción, alejadas de supremacismo intelectual, a ratificar la íntima convicción de la destrucción de la fachada principista y corazón del IVA, que ha sido irracionalmente plagado de exenciones, facultades de facultades de dispensas al Ejecutivo Nacional contradictorias a la legalidad y seguridad jurídica; la ausencia de armonización con los tributos inherentes a la esfera competencial del Poder Nacional mismo, de los estados y los municipios; el abuso desmedido del empleo de las figuras de colaboración ajenas al deber de contribuir con la gestión del IVA mediante la irracionalidad de las retenciones, la exigencia de anticipos como forma de conjurar los efectos inflacionarios de la República sin importar el normal desenvolvimiento de la actividad económica y el incremento desmedido de los costos de transacción de los agentes económicos en sus intercambio de bienes y prestaciones de servicios como consumo intermedio que afecta considerablemente la productividad y convierten al IVA en un impuesto al ingreso bruto; la reducción impropia del período impositivo; la existencia incontrolada de paraísos fiscales internos como son las zonas francas, las zonas económicas especiales, por crearse, los puertos libres y el solapamiento con la imposición local, aunado a una gestión administrativa reñida con los derechos fundamentales al buen gobierno y a la buena administración.

     Hoy con visión global, no particularizada a un país, bajo el faro del conocimiento profundo de PLAZAS VEGA de esta especie impositiva, que hoy nos concita, tendremos una visión holística de las finanzas públicas, que debe ser la premisa mínima esencial para las propuestas de reforma del IVA en nuestras naciones en función a la estructuración de políticas que favorezca la recuperación, el crecimiento, la estabilidad de la economía y la consolidación de la institución democrática.

     Gracias al consecuente amigo, al solidario hermano que entiende a la perfección, por su conocimiento de la Historia, que padece y se compadece de nuestras desventuras en respetuosa observancia, que Colombia y Venezuela conforman un fraternidad que tiene no solo pasado glorioso, un presente que nos coloca en deuda por su solidaridad con nuestros problemas y un futuro promisor que nos convoca a poner lo mejor de nuestra institucionalidad académica a ese fin.

     Gracias al INSTITUTO COLOMBIANO DE DERECHO TRIBUTARIO que de manera noble, sin egoísmos y exclusiones, entusiastamente aceptó y colaboró con el reto de organizar este evento en momento difíciles para nuestros países, en ambientes pandémicos y turbulencias institucionales, siempre privilegiando lo académico, y abriendo las puertas de la posibilidad para actividades futuras conjuntas.

     Gracias infinitas a la AVDT por ser una porfiada institución que frente a los acechos de índole diversa, que se tienen identificados, reúne en su seno a los tributaristas de todas las generaciones sin exclusiones, como lo demuestra el apoyo al talento reflejados en el aval y valor que otorga al esfuerzo intelectual de sus miembros concretados en obras recientes, pero sobre todo en su afanoso empeño de defensa del Estado democrático de Derecho.

     Querido MAURICIO nos complace tenerte en la CÁMARA DE CARACAS escoltado con tus dos queridas instituciones el ICDT y la AVDT. Bienvenido amigo, en prenda con tu desprendimiento, por tu consecuencia con Venezuela y por ser obsequioso en compartir tus conocimientos.”

 

     Caracas a los veintinueve días del mes de Abril de 2021

Riesgos y coberturas en los seguros de las mercancías

Riesgos y coberturas en los seguros de las mercancías

Riesgos y coberturas en los seguros de las mercancías

     Las consecuencias que tuvo para el comercio mundial, la varadura del buque portacontenedores Even Given el pasado 26 de marzo en el canal de Suez, Egipto, sirvieron de referencia a nuestro Comité de Comercio Exterior, para analizar diversos aspectos de los riesgos y coberturas de los seguros de mercancías. 

     Manuel Marin, socio de Baker McKenzie Venezuela y quien preside nuestro comité, destacó la importancia de profundizar en cómo se regulan a través del derecho marítimo y el derecho de seguros los eventos, riesgos e indemnizaciones en operaciones de compra-venta internacional. 

     Tomás Felipe Blohm, director de La Cámara de Caracas, recomienda interesarse en estar bien informado del proceso, en torno al cual existen “lagunas conceptuales”. Conocer las condiciones del embarque, las cláusulas del contrato transporte y el seguro, estar consciente de que una vez nacionalizada la mercancía el riesgo es 100% del importador y si ocurre un siniestro tener claro cuáles diligencias debe realizar “si no las cumple en los plazos establecidos usted pierde el derecho al reclamo, y del hecho de que se haya dañado una mercancía de 100 mil dólares puede ser que solo pueda rescatar 10 ml”. 

     Leonardo Villamizar, gerente de Negocios Especializados de Mercantil Seguros, en su presentación dió respuestas a algunas inquietudes que pueden tener quienes realizan operaciones de compra-venta internacional tales como porqué es importante adquirir un seguro de transporte de mercancías, tipos de pólizas, alcance de la cobertura de un seguro de transporte. Insistió en que hay diversidad de factores de riesgo en los medios de transportes de mercancía, y además aportó el siguiente dato: la mayor parte de los riesgos 78% de los siniestros a nivel mundial ocurren en los puertos. “Olvídese de los Incoterms preocúpese por asegurar su mercancía con una cobertura lo más amplia posible”. 

     Tanto Blohm como Villamizar insistieron en que la mercancía debe estar protegida en todo momento, desde que sale hacia el sitio donde se cargará hasta el lugar final donde será descargada. 

     Durante el encuentro también se hizo referencia a la Ley de Aduanas en Venezuela, al papel y responsabilidad de los agentes de aduanas. Marin precisó que en la legislación aduanera todo aquello que ejecute el agente de aduanas es responsabilidad directa del importador. 

     Puede ver esta conferencia en nuestro canal de Youtube: Cámara de Caracas 

Las mujeres desarrollan competencias gerenciales

Las mujeres desarrollan competencias gerenciales

Las mujeres desarrollan competencias gerenciales

     El liderazgo femenino en los gremios fue el tema que se abordó en la última sesión de nuestro Comité de Gestión del Talento y Relaciones Laborales. En esta oportunidad nos acompañaron María Alejandra Trujillo, socia de Kingsley Gate Partners, profesional con dos décadas de experiencia en la búsqueda de ejecutivos C-Level y asesoría de talentos, experta integral en las industrias de consumo masivo y retail, tecnología y teleco, industrial y servicios financieros. Y Adriana Borrego, Directora Ejecutiva de La Cámara de Caracas, socióloga de la Universidad Católica Andrés Bello.

     “Women in business, líderes ejecutivas en iberoamérica” fue la ponencia de Trujillo, quien presentó un estudio realizado por Kingsley Gate Partners durante la pandemia, que recabó datos de mujeres ejecutivas en Iberoamérica para ayudar a las organizaciones a tener equidad de género en los cargos gerenciales.

     La experta señaló que la habilidad gerencial más predominante tanto en Venezuela como Iberoamérica es el liderazgo en equipo, seguido por la organización y estructuración, y en tercer lugar el networking interno en la organización. Destacó que para nuestro país, incluso por encima de la región, la principal habilidad que desarrollan las mujeres es el manejo de crisis.

     Trujillo aseguró que evaluar a fondo “motivadores” o “drivers”, los que describió como la relación entre los ejecutivos y sus entornos, es la tendencia global de las empresas. Una práctica que mide los factores claves para que en el caso de las mujeres en cargos altos se sientan cómodas y así estar en su máximo desempeño. En Venezuela, entre los motivadores resaltaron el pragmatismo, la resolución y la adaptación/flexibilidad.

     Existen compañías que sí tienen como meta tener balance de contratación, incluso llegan a tener más mujeres en la directiva que hombres. Sin embargo, no ocurre en todos los sectores. El estudio confirmó que hay que promover culturas de políticas y prácticas de inclusión, y ello se convierta en factor primordial para generar equidad en las oportunidades y sobre todo para generar retención de este target.

     Las habilidades gerenciales se van a transformar en el futuro, la planificación será a corto plazo, muchas se van extender al entorno, habrá necesidad de liderazgo transversal y la empresa tendrá que entender que es parte del entorno. La experticia profesional cobrará fuerza.

     Finalmente María Alejandra Trujillo, reflexionó sobre el camino a recorrer por las mujeres y los valores que tienen que estar presente para alcanzar el éxito profesional, entre ellos: la empatía, la colaboración, la valentía y la confianza en sí mismas.

     Aconsejó a las empresas que aspiren y fomenten la igualdad de género, adelantarse para tener un ambiente diverso a futuro. Identificar mujeres ejecutivas que estén en gerencia media que puedan ocupar posiciones superiores. Desarrollar entornos que tengan motivadores para atraer talento femenino.

     “Retos en la gestión gremial de la mujer venezolana” fue la ponencia de Adriana Borrego, quien señaló que Venezuela es un país mayoritariamente femenino, con 59,9% mujeres jefas de hogar y 42% económicamente activas (ENCOVI-UCAB)

     Comentó sobre los retos que afrontan las mujeres estando en los cargos, siendo el elemento cultural un punto álgido, pues tienen que lidiar con estigmas populares dentro de los ambientes de trabajo. Así como el “techo de cristal”, los “boys clubs” y el equilibro entre la vida profesional y personal.

     Borrego reflexionó sobre el papel de las mujeres, pues en ocasiones son más duras entre ellas. Invitó a pensar cómo superar la brecha a través de la formación, capacitación y desarrollo de competencias. “Ocupar espacios con responsabilidad y conscientes de la influencia que se puede ejercer. Proyectar un futuro profesional, construir instituciones, ser buenas ciudadanas y hacer país” así dijo la directora ejecutiva de La Cámara de Caracas.

     Honró la trayectoria de las mujeres con las que ha compartido en múltiples espacios gremiales y quienes le brindaron oportunidades para aprender, crecer y escalar.

Caracas y la dictadura de Juan Vicente Gómez (1908-1935) – Parte II

Caracas y la dictadura de Juan Vicente Gómez (1908-1935) – Parte II

CRÓNICAS DE LA CIUDAD

Caracas y la dictadura de Juan Vicente Gómez (1908-1935) – Parte II

     En la época de Gómez se logró la paz, pero con la cárcel y el destierro. Se ha dicho que unos 38.000 venezolanos sufrieron vejaciones y prisiones en las cárceles del castillo Libertador de Puerto Cabello, en el castillo de San Carlos de Maracaibo, en las Tres Torres de Barquisimeto y en la Rotunda de Caracas.

     Durante su gobierno concluyó el caudillismo de años anteriores, pero en cambio se fue formando un movimiento clandestino que tenía como meta la libertad política. Gómez se apoyó en su ejército el cual estaba formado en su mayoría, por hombres de su confianza que había traído de su tierra natal, el Táchira. No hay que olvidar que en sus orígenes Juan Vicente Gómez fue un campesino andino, que tenía familiares y amigos absolutamente fieles a su jefe y a su régimen. En este sentido es reveladora la frase del escritor José Rafael Pocaterra, refiriéndose a la época de Gómez y a los grupos reunidos en torno a su persona:

     “Estos últimos, en el caso de Gómez, incluyen el clan que vino con Castro y Gómez, suplementado por la demás parentela de Gómez; otros andinos; nuevos amigos que se logran asociar al general gracias a su habilidad o lealtad y la corte de alcahuetes, los pequeños aduladores, escritores y poetas”.

     Durante su largo mandato hubo varios intentos militares y civiles para derrocarlo, pero todo fue en vano. Después de cada asonada, la represión gubernamental se intensificaba.

     En cuanto a ciertos aspectos culturales, tenemos que entre 1909 y 1935 hubo 1.075 medios impresos en todo el país. Entre esas numerosas publicaciones se destacan las siguientes: El Día (1908), Atenas (1908), La Vanguardia (1909), La Nación (1910), Vida Nueva (1912), Multicolor (1915). 

      Merecen citarse especialmente las revistas Alborada (1909), Cultura(1912) y Revista Técnica del Ministerio de Obras Públicas (1912). Asimismo los diarios El Universal (1909) que existe aún y el Nuevo Diario (1913-1935).

     Con el inicio de la época gomecista aparece una nueva generación de intelectuales como José Tadeo Arreaza Calatrava (1885-1970), Teresa de la Parra (1890-1936), José Rafael Pocaterra (1888-1954), Alfredo Arvelo Larriva (1888-1934), Salustio González Rincones (1886-1933), Luis Correa (1884-1940), Rómulo Gallegos (1884-1969), Julio Planchart (1885-1948), Julio Horacio Rosales (1885-1970) y Henrique Soublette (1886-1912).

     A pesar de todo, Gómez logró estabilizar algunas instituciones de naturaleza política. Las Constituciones gomecistas responden a la voluntad personalista del dictador. Por capricho, El Benemérito, como le decían a Juan Vicente Gómez, extendió el territorio del Distrito Federal hasta la isla de Margarita lo cual era ilógico. Además, consideró el pueblo de Macuto como integrante del Departamento Libertador.

     Dentro del régimen gubernamental, el presidente era la primera autoridad en lo civil y en lo político en el Distrito Federal, pero sí se presentaba una guerra lo sería también en lo administrativo y económico. En esa época el Distrito Federal estaba integrado por los siguientes departamentos: Libertador, Vargas, Guaicaipuro, Sucre y la isla de Margarita.

     El 21 de agosto de 1909 el general Gómez, actuando en su condición de presidente provisional de la Nación, en virtud del artículo 156 de la Constitución, dictó el Decreto Orgánico del Distrito Federal. Este quedó dividido en el Departamento Libertador y Departamento Vargas. El Departamento Libertador lo comprendían las siguientes parroquias: Ciudad de Caracas: Catedral, Santa Teresa, Santa Rosalía, Candelaria, San José, La Pastora y Altagracia. Parroquias foráneas: El Recreo, El Valle, La Vega, Antímano y Macarao. El departamento Vargas comprendía las siguientes parroquias: La Guaira, Maiquetía, Caraballeda, Naiguatá, Caruao, Carayaca y Macuto (el 20 de noviembre de 1909 Macuto pasó a formar parte del departamento Libertador).

     En 1910 se incorporó una nueva disposición al gobernador del Distrito Federal: examinar y aprobar o improbar los reglamentos de los casinos, clubes, sociedades de recreo, etc. También controlaría los juegos de envite y azar como rifas y loterías. En 1914 se le permitió al gobernador asistir al Consejo de Ministros, con voz y voto.

     A pesar de este centralismo del régimen y aun cuando en un principio los jefes militares pertenecían al ejército, no era otra cosa que una coalición del grupo íntimo de Gómez y los soldados que llegaban por medio de la recluta eran muchas veces utilizados en las haciendas del gobernante. Poco a poco, esa situación se va modificando. Con la organización de la Escuela Militar en 1911 comienza el proceso de reforma de la institución armada y el ejército, gradualmente, se va profesionalizando: “Así, la profesionalización trae varias consecuencias parcialmente contradictorias en lo que respecta a las relaciones del cuerpo militar con el sistema político. Tiende a condenar el intervencionismo en la política, pero al mismo tiempo da lugar a grupos revolucionarios modernizantes”.

     La iglesia, como institución, durante el gomecismo pierde gran parte de su poder, ya que sus obispos y arzobispos son nombrados por el gobierno.

     La iglesia otorga honores papales a Gómez, nombrándolo miembro de la Orden Piana. Algunos sacerdotes se oponen a esta posición acomodaticia y son castigados con prisión o destierro.

     Poco a poco se va constituyendo un movimiento estudiantil opositor al régimen. La Federación de Estudiantes de Venezuela, FEV, actúa en una Venezuela que se encuentra en proceso de cambio. En 1928 reúne a jóvenes oficiales del ejército, cadetes, empleados e hijos de comerciantes de Caracas y aunque su intención original no era la de ser un partido político, a la larga actúa como tal.

     El crecimiento de la pequeña industria y del petróleo producen ciertos cambios en los patrones de socialización política. Hay, obviamente, una debilidad en la incipiente clase obrera, pero aun así ésta comienza a hacerse sentir a través de gremios y asociaciones.

     Continúa el crecimiento de los sectores bancarios y comerciales. El desarrollo industrial, tanto en la pequeña industria como en la industria petrolera evoluciona en forma desigual, pues la actividad manufacturera está bajo el control directo de los Gómez quienes incluso compiten con ella. En cambio, el crecimiento de la industria petrolera convierte en poderosos grupos a las compañías extranjeras, tomando posiciones predominantes en la economía nacional.

     En cuanto a la información, todo el período es de censura. El Cuerpo Diplomático acreditado en el extranjero, vigila a los exilados políticos e informa a Gómez de sus actuaciones.

     El régimen de explotación petrolera se rigió al comienzo por la Ley de Minas de 1910; luego, en 1920 se establece la primera Ley de Hidrocarburos. Para entonces se habían denunciado doce yacimientos petrolíferos. Se utilizó el sistema de concesiones mediante el cual se vieron favorecidos personalmente los más cercanos colaboradores de Gómez.

     En 1910 la Bermúdez Company logra una concesión para la exploración y explotación de la península de Paria (estado Sucre). En 1912 The Caribbean Petroleum Company obtuvo concesiones en los estados Mérida, Trujillo, Zulia, Lara, Falcón, Carabobo, Yaracuy, Sucre, Monagas, Anzoátegui y Nueva Esparta. Desde 1912 comenzó a actuar la Royal Dutch Shell con capital britanico. Luego la British Controlled Oilfield. Entre 1920 y 1930 llegan las compañías norteamericanas Standard Oil, Creole Petroleum Corporation, Standard Oil of Venezuela, Vacuum Oil Company, Richmond Petroleum Company y otras.

     En 1914 se hizo la primera obtención de petróleo en el pozo Zumaque 1 del campo petrolero de Mene Grande (estado Zulia). En 1922 salta el pozo Los Barrosos número 2 y en nueve días sacan un millón de barriles de petróleo: comienza así el auge petrolero en Venezuela.

     Entre 1913 y 1934 no se alcanzó una producción extraordinaria, pero sí lo suficiente para dar un vuelco a la economía nacional, lo cual fue aprovechado por Gómez. Durante los 27 años de gobierno de Gómez el Estado percibió una entrada de 3.187.000.000 de bolívares, siendo el petróleo el gran abastecedor del presupuesto nacional. A partir del petróleo se acaba la agricultura y el país dispone de una gran fuente de ingresos. El cambio de país agrario a petrolero es violento.

 

Tomado de: Troconis, Ermila. Caracas. Caracas: Editorial Grijalbo, 1993; Páginas 208-218 Nota biográfica: Ermila Troconis de Veracoechea (1929-2018), ensayista, profesora universitaria e historiadora venezolana, segunda mujer en ser nombrada individuo de número de la Academia Nacional de Historia de Venezuela (1978). Su valiosa contribución historiográfica recogida en libros y artículos es de consulta obligatoria de estudiosos de diversos aspectos de los procesos históricos venezolanos.

El derrocamiento de Vargas visto por sus contemporáneos

El derrocamiento de Vargas visto por sus contemporáneos

POR AQUÍ PASARON

El derrocamiento de Vargas visto por sus contemporáneos

     Para el año de 1835, cuando fue derrocado el presidente de la República, doctor José María Vargas, se encontraba en Caracas, como encargado de Negocios del Gobierno de los Estados Unidos de Norteamérica, el señor John G. A. Williamson, a quien se ha adjudicado el ser amante de la chismografía y hombre portador de mal carácter. 

     Este estadounidense redactó un voluminoso diario que fue traducido al español bajo el título de Las comadres de Caracas. En éste se encargó de caricaturizar personajes y el ambiente social y político en el cual se desenvolvían los caraqueños. Igualmente, se encargó de relatar los sufrimientos que padecía por los fuertes dolores que experimentaba en la región hepática.

     En su escrito narró que para el día 8 de julio de 1835 se levantó de la cama a las ocho y treinta de la mañana. Media hora después, cuando corrió las cortinas del balcón, oyó un “extraño redoble de tambor” que provenía de la esquina La Palma. Escribió que, descubrió que se trataba de un bando, es decir, un grupo de veinte soldados que se apostaba en cada esquina para leer un decreto u orden del gobierno. Según contó, las puertas de las casas aledañas se encontraban cerradas, “circunstancia extraordinaria que no me podía explicar”. 

El médico Jose Maria Vargas, primer mandatario civil en la naciente República de Venezuela, 1834

     Una persona con la que había entablado amistad se encargó de contarle, de manera detallada y en pocos minutos, acerca de la explosión de una nueva revolución. Contó que, era un evento que no esperaba porque en su imaginación no cabía algún conocimiento de desacuerdo entre la clase política del momento. La misma persona le había informado que un grupo de hombres estaba en la casa del presidente, que nadie podía visitarlo y que, de hecho, estaba bajo prisión en su propio hogar, custodiado por veinte soldados y el coronel Pedro Carujo.

     En su narración escribió que al parecer, los conspiradores se habían reunido en la casa del marqués del Toro con la excusa de disfrutar de su espléndida hospitalidad. En la noche del 7 de julio se habían encontrado en la casa del general Diego Ibarra, en la calle Carabobo, a una cuadra de la Casa de Gobierno. A las dos de la madrugada, en grupos de trece, salieron a ocupar los puestos asignados. Anotó que, con seguridad, los soldados, al menos los de mayor confianza, estaban informados de la acción que se llevaría a cabo. A las pocas horas, continúa Williamson en su narración, los soldados ejecutaron la batida, tomaron posesión de la Casa de Gobierno e hicieron prisioneros al presidente y al vicepresidente en sus respectivos domicilios. De acuerdo con su relato, los artífices y adalides de esta asonada fueron el general Diego Ibarra y Pedro Briceño Méndez, “sobrinos del general Bolívar”. Otros de los que participaron en esta acción con “menores pretensiones” fueron Justo Briceño, Andrés Ibarra, Pedro Carujo, J. M. Melo, general Silva, Pelgrón, Manuel Quintero, Rendón Sarmiento, Manuel Landa, coronel Figueroa y “muchos otros de poca o ninguna importancia y cuya contribución fue solamente numérica”.

     Sin embargo, Williamson agregó a esta descripción el de contar con una información que no le fue proporcionada por su interlocutor, pero “sin duda verídica”. Prosiguió así: cuando Carujo le entregó un papel al presidente, señor Juan Nepomuceno Chávez, socio del señor Pérez, se lo arrebató, lo rompió en pedazos y exclamó: Viva la constitución. Viva el presidente. “Esto intimidó momentáneamente al asesino Carujo”. Sin embargo, éste se repuso de la inesperada respuesta. De inmediato dio la orden a sus soldados que dispararan contra él y a los que estaban presentes en el salón a menos que depusieran se actitud de oposición contra Carujo. Los amigos de Chávez lo llevaron fuera de la Casa Presidencial. Según Williamson, si Chávez hubiera liquidado a Carujo, el asunto habría terminado como un incidente sin trascendencia y el levantamiento militar no hubiera pasado de un día. Según sus palabras, faltó un hombre que frenará el primer asalto del ejército que en la mañana del ocho se componía de 250 hombres armados, habría decidido el destino de Caracas, sus habitantes, sorprendidos, “hablaban y discutían mientras sus vidas y haciendas caían bajo el yugo de un grupo despreciable de jefes militares”.

     Para Williamson, los perpetradores de la acción contra el gobierno establecido no merecían mejor suerte de haber procedido, a quien correspondía, en la eliminación física de Pedro Carujo. Para él con las piedras de las calles y las tejas de las casas hubieran podido repeler, atacar y derrotar a las fuerzas representativas de la usurpación. Pero, la “gran virtud de la obediencia pasiva característica de los caraqueños es tan constitucional, que ignoran que la resistencia a la presión es una virtud y una obligación moral”. Agregó a sus líneas que, si no se pudo encontrar un hombre que ofreciera su vida, menos se podía contar con cincuenta que, en ese día, a las ocho de la mañana, hubieran terminado en un instante con esa “farsa de hacer y deshacer gobiernos”.

     En este orden, no dejó de expresar que la gente de Venezuela tenía un concepto “muy extraño” del gobierno y de sus sagrados derechos. Por tal razón, jugaban con los asuntos gubernamentales como lo hacían los niños con un trompo o las piezas del juego de ajedrez.

     Según su percepción, lo que resultaba ser lo más sagrado entre otros pueblos, en Venezuela no era sino un pasatiempo de los jefes. Por eso en esa época de revoluciones se imaginaban que nada se podía ganar y nada se podía mantener sino por medio de revueltas, asonadas y la habitual revolución. En consecuencia, si se requerían enmiendas constitucionales, de la cual dependían la felicidad o la miseria de muchos, sólo se recurría a las revoluciones y sólo un hombre, caudillo o persona era la garantía de justicia y felicidad de los pueblos. Williamson agregó que, todos los hombres que habían sido “criados por Bolívar” se asumían como herederos de su mando y legado.

     Además, para legitimarse esos mismos individuos justificaban sus ilegales acciones al hacer creer, a los venezolanos que, si sus planes y propósitos no se llevaban a cabo, el país no florecería y menos alcanzaría el progreso. “Todo el secreto reside en creer que nadie debe gobernar si no es pariente, hermano de leche o hijo natural de Bolívar”.

     En su relato se encargó de recordar que los militares creían y asumían que sólo ellos lucharon y pelearon a favor de la patria, sin tener alguna consideración para con los individuos que también habían luchado y habían arriesgado vida y bienes por la misma causa, por tal razón tenían el mismo derecho de gobernar el país. “Y no es fuera de lo común oírles decir que es una desgracia tener que vivir gobernados por un presidente que es doctor, cuando uno de ellos debería ser el jefe”.

     Como se sabe, Vargas fue restituido gracias a la intervención de Páez. De inmediato, se lanzó un decreto donde se contemplaban penas diferentes contra los “reformistas”. Sin embargo, el decreto fue calificado de injusto e inconstitucional por personalidades públicas del momento, tal como fue el caso del publicista y periodista Tomás Lander quien, en una misiva dirigida a Vargas, con fecha 30 de marzo de 1836, le exigió lo revocara y que declarara la amnistía a favor de los sediciosos. Del golpe contra José María Vargas el nombre de la persona que ha sobresalido en la historiografía es el de Pedro Carujo como su ejecutor fundamental. Aunque, para ese año se mencionó como su artífice al general Santiago Mariño. Los sediciosos llamaron a su movimiento “Revolución de las Reformas”, porque su aspiración era la reforma de la constitución de 1830. En primera instancia, la asonada logró que tanto Vargas como su vicepresidente, Narvarte, fuesen desterrados. Sin embargo, antes de embarcar Vargas designó como jefe del ejército constitucional al general Páez. Este sometió a los golpistas y restituyó a Vargas en el cargo de presidente de la república. Varios de los participantes de la revuelta, entre ellos Mariño, fueron expulsados a las Antillas.

     Un publicista de la época, Francisco Javier Yanes, escribió en una de sus célebres Epístolas Catilinarias, publicadas en 1835 en la imprenta de Antonio Damirón, su versión acerca de los personajes principales de la revuelta. En la tercera de ellas describió el carácter y actitud de los ejecutores del golpe. De Mariño expresó que a éste había que reconocerle algunas “buenas prendas”. Aunque era un personaje dominado desde los inicios de su carrera militar por una “innoble y tenaz ambición”, porque jamás había dejado de lado medios ni sacrificios para saciarlas. Agregó acerca del mismo personaje que, ni el feo reato del crimen, ni el mal éxito de sus reiterados conatos, ni el interés sagrado de su fama habían bastado para frenarlo. No era por lo que había intentado en 1835 que su nombre evocara malas intenciones. Según Yanes, Bolívar lo había calificado como disidente en una antigua proclama y que al recordar las distintas disidencias en el país el nombre de Mariño estaba presente.

     Otro de los participantes del golpe al que hizo referencia Yanes fue el general Pedro Briceño Méndez, de quien anotó el de ser un hipócrita y ambicioso en grado superlativo. Se había ganado una reputación que no se merecía. Como sobrino de Bolívar, su secretario por varios años y su albacea, el pueblo había visto indignado su acompañamiento a Carujo. De Diego Ibarra expresó: ni Colombia ni Venezuela recordaban de él ningún hecho glorioso de “este hombre inepto”. Acerca de Justo Briceño destacó su actitud díscola y de insubordinación y que por ello Bolívar lo había separado del ejército. Aunque volvió a las filas castrenses gracias a los favores y súplicas, ante el Libertador, del general Rafael Urdaneta.

     En lo que respecta a Rufino González escribió que, había sido encontrado entre los españoles que habían atacado Puerto Cabello en 1823. De él resaltó que para ese momento era godo, luego, “por haber sido demagogo”, se auto calificaba como patriota “viejo”. Para Yanes no era más que un adulante de Bolívar a quien decía no saber en qué “especie de genio ubicarle”. Pero había sido el primero y el último en llamarle ladrón y pirata. El mismo Rufino González, de acuerdo con las líneas redactadas por Yanes, se había rebelado contra una constitución que había comparado con el arca de Noé. A Pelgrón lo calificó como hombre hogareño y dedicado a su familia, además de ser una persona de hábitos sobrios. Pero, se había acostumbrado a vivir de los empleos estatales y que por ello no se detenía a valerse de medios poco éticos para alcanzarlos.

     “Su genial turbulencia no se serena sino con la posesión de un destino”.

     A Miguel Quintero le recordó el lugar ocupado en la República de Colombia como escribano secretario de una corte de justicia. Al separarse Venezuela comenzó a darse a conocer y “salir de la oscuridad en la que vivía”. Agregó que para asombro de los patriotas “de capacidad” lo vieron convertido en presidente del Senado, a  pesar de su ineptitud y que sólo su engreimiento lo había estimulado a aspirar a grandes destinos sin merecerlos.

     A propósito del fallecimiento de Vargas el 13 de julio de 1854, en Nueva York, la Universidad Central de Caracas le encargaría, un año después, a Fermín Toro una biografía del expresidente. Toro declinaría a tal distinción, aunque en la carta de respuesta en la que expuso sus razones dejó escrito, entre otros asuntos, que Vargas había ocupado un lugar relevante en la política de Venezuela. Este había sido un mártir de la política, depuesto por causas aún ocultas y que una biografía de él requería de un juicio libre, imparcial y severo de los hombres y de los acontecimientos de la época.

     Toro eludió así un posible nuevo encontronazo con los detentadores del poder en ese momento y quienes lo habían obligado a refugiarse en las actividades agrícolas en su tierra natal.

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