La COVID-19 aceleró los procesos de transformación digital

La COVID-19 aceleró los procesos de transformación digital

La COVID-19 aceleró los procesos de transformación digital

     “Tendencias tecnológicas: ¿amenaza u oportunidad?” fue el tema analizado en nuestro Comité de Innovación y Tecnología, por Pedro Pacheco, Socio Principal de PwC Venezuela.

     Pedro Pacheco inició hablando sobre la Cuarta Revolución Industrial y como todos los procesos de cambios generan incertidumbres y temores. Expuso que no tiene porque ser diferente a las otras revoluciones, lejos de destruir fuentes de empleo puede significar nuevas oportunidades laborales.

     Sobre la pandemia y el impacto del COVID-19 en las industrias, señaló que derivó probablemente una de las crisis más asimétricas, porque no afectó a todos de la misma forma. Para las organizaciones que antes del virus tenían planes hacia la transformación digital se tenía un plan inicial, en contraste con las organizaciones que tuvieron que hacerlo de forma rápida en plena contingencia.

     “Muchos aspectos de la humanidad, sociales y organizacionales están cambiando luego de la COVID-19 y es necesario identificar cuáles circunstancias, corrientes, tendencias estarán presentes en el futuro” dijo Pacheco.

     Planteó como un buen escenario, visualizar el presente como un océano de incertidumbres con archipiélagos de certezas y reconoció las megatendencias como esos archipiélagos. Las megatendencias son esos fenómenos que van a ocurrir independientemente del esfuerzo humano como el cambio demográfico y social, el poder económico global, la rápida urbanización y la irrupción de la tecnología.

     Aseguró que la tecnología tiene que estar obligatoriamente en la agenda de todas las empresas. De esta megatendencia, PwC desarrolló un modelo de 8 tecnologías esenciales: el internet de las cosas, la realidad aumentada, la realidad virtual, el blockchain, la inteligencia artificial, la impresión 3D, drones y los robots. Si las organizaciones desean evolucionar deben considerar estas innovaciones.

     Pacheco explicó que es posible que algunas de estas innovaciones eliminen puestos de trabajo, pero también pueden ser fuentes de oportunidades. Sin embargo, es fundamental acortar la brecha entre las competencias y las nuevas habilidades que va a demandar el futuro.

     “Es un tema de actitud”. También de transformación de enfoques en las organizaciones, incluidas las universidades. “Ser resilientes no es suficiente tenemos que ser longánimos, es decir perseverantes en las adversidades, solidarios, fieles a los principios, fortalecer el ánimo, generosidad en la conducta y soportar con paciencia”

     Entre las tendencias para este 2021, las empresas pueden tomar en cuenta cambios que incluyan tecnología como: los asistentes digitales con voz e inteligencia artificial, el internet de las cosas, la automatización de procesos con robótica, inversión en seguridad de datos, entre otras.

     Hizo énfasis sobre la importancia del concepto de desempleo. Para Pacheco, más que desempleo lo que existe son personas que no tienen las competencias que el mercado está demandado. Existen sectores que están en la búsqueda de personal y no se consigue. Por eso es importante analizar las megatendencias y capacitarse con habilidades para desarrollarse en esas áreas.

     Recomendó a las organizaciones tomar en cuenta los pilares para la gestión de costos y efectivo como manejar información confiable, hacer planificación de escenarios, incluir modelos de pronósticos y reconfigurar el área financiera para la automatización.

     En nuestro canal de YouTube puedes ver esta conferencia de nuestro Comité de Tecnología e Innovación, que preside Omar Hokche

José Gregorio en los altares de las iglesias de Venezuela – Parte II

José Gregorio en los altares de las iglesias de Venezuela – Parte II

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José Gregorio en los altares de las iglesias de Venezuela – Parte II

Fatal accidente

     El domingo 29 de junio de 1919, una trágica noticia conmueve al pueblo caraqueño.  El doctor Hernández había salido de su residencia, en la casa número 3 de La Pastora, ubicada entre San Andrés y Desbarrancados, para atender a una señora de muy bajos recursos económicos que vivía muy cerca de allí, entre las esquinas de Amadores y Cardones. Tras evaluar a la paciente, él mismo decidió caminar hasta una botica que quedaba en la esquina, para comprar las medicinas.

     Al salir de la farmacia caminó unos cuantos pasos e intentó cruzar la calle. Desde la esquina de Guanábano subía el tranvía número 27, por lo que se detuvo antes que lo hiciera el operador. Pero no se percató que detrás del transporte colectivo venía un automóvil Hudson Essex, conducido por Fernando Bustamante. El carro detuvo la marcha para permitir que pasara un jovencito que llevaba una carretilla y luego adelantó al tranvía que estaba estacionado, sin advertir que José Gregorio Hernández también intentaba cruzar. El carro le dio un ligero golpe del lado del guardafango del conductor, el médico no pudo sostener el equilibrio y cayó al pavimento, golpeándose la base del cráneo con el borde de la acera.

     Fue una muerte instantánea, sin agonía, por fractura de la base del cráneo que destruyó el tallo cerebral.

El conductor Bustamante y el señor Vicente Romana Palacios, quien visitaba una casa del sector, trasladaron el cuerpo de Hernández en el mismo vehículo hasta el Hospital Vargas, donde el capellán Tomás García Pompa, le impuso los santos óleos y le dio la absolución.

 

Inolvidables exequias

     El acto velatorio del doctor Hernández se celebró en su propia casa. A la residencia se acercaron representaciones de todos los sectores de la sociedad en un largo desfile para compartir la pesadumbre de familiares y amigos. La ciudad estaba conmocionada.

     Al día siguiente, lo llevaron al Paraninfo de la Universidad Central de Venezuela, donde permaneció en capilla ardiente hasta el momento en que el cortejo fúnebre se trasladó hacia el Cementerio General del Sur.

     Según la crónica del diario El Universal, “El féretro fue conducido en hombros por los estudiantes de la Escuela de Medicina, desde la casa familiar hasta el Paraninfo de la universidad, en un recorrido que duró más de una hora. El cortejo fúnebre, ante la mirada de los vecinos que salían de sus casas a rendirle el tributo de sus oraciones, pasó por las esquinas de Tienda Honda, la Merced, Mijares, Santa Capilla, Principal, Las Monjas y San Francisco, precedido por gente humilde y trabajadores de los distintos gremios, quienes portaban en sus manos coronas de flores frescas recién traídas del cerro Ávila”. 

     Acompañaron el cortejo los ministros del Interior, Relaciones Exteriores e Instrucción Pública, al igual que el secretario de la Gobernación del Distrito Federal. Una vez en el Paraninfo, donde los restos reposaron hasta que fueron trasladados a la Catedral, los discípulos formaron una guardia de honor, que en grupos de cuatro, se turnaban cada media hora. 

     En las calles adyacentes y alrededores del Capitolio, familiares, amigos, vecinos, miembros de las asociaciones y gremios, formaron una multitud heterogénea que esperó pacientemente el momento del traslado del cadáver al cementerio”.

     Según la mencionada crónica y otra reseña de El Nuevo Diario, cuando el féretro iba a ser colocado en la carroza fúnebre que esperaba en la calle para conducirlo al cementerio, el pueblo, la gente humilde de Caracas, se adelantó exclamando: “…¡el doctor Hernández es nuestro!… ¡el doctor Hernández no va en carroza al cementerio!…”.

     Superado el incidente el ataúd fue tomado con el mayor respeto por brazos anónimos que lo elevaron sobre una muchedumbre que unida por el agradecimiento, pero sobre todo por el afecto se apropió de aquellos restos para llevarlos en hombros al cementerio.

     El cortejo inició entonces el traslado encaminándose hacia el sur, pasó por las esquinas de Gradillas, Sociedad, Camejo, Santa Teresa, Cipreses, Hoyo, Castán, Palmita, donde cruzó hacia el este siguiendo por Tablitas, El Sordo, Las Peláez y en vez de tomar rumbo hacia Alcabala y pasar por Puente Sucre, vía que usualmente seguían los entierros, cruzó para acortar camino hacia Guayabal y Puente Hierro, sitio donde estaban apostados dos agentes de la policía que cerraban el paso. Un grupo del cortejo se adelantó y les pidió que no intervinieran. En efecto, los guardias persuadidos por aquella imponente manifestación de duelo se retiraron en silencio.

     Al llegar a Roca Tarpeya y el Portachuelo anochecía. La gente prendió antorchas y velas que iluminaron el resto del camino. Eran las ocho de la noche cuando llegaron al cementerio. Con el ataúd en tierra y bendecida la fosa por el capellán encargado de los entierros, pronunciaron emocionados discursos, entre otros, los médicos Luis Razetti y Pedro Acosta Delgado, así como el señor Rafael Benavides Ponce y los bachilleres Pedro P. Serrano Ortiz y P. Rodríguez Ortiz.

 

Del Cementerio General Sur a La Candelaria

     Casi 60 años después de su fallecimiento, el 23 de octubre de 1975, se realizó la primera exhumación del Dr. José Gregorio Hernández, en la que sus restos fueron trasladados desde el Cementerio General del Sur, hasta la Iglesia Nuestra Señora de la Candelaria en la Arquidiócesis de Caracas.

Devoto del Dr. Jose g. Hernandez. Visitan su tumba en la iglesia de La Candelaria. Centenario de su muerte. Recorrido la pastora e iglesia La Candelaria. Caracas. 29-06-2019

     Un año antes, en septiembre de 1974, ocurrió un incendio en su tumba del Cementerio General Sur, dañando parcialmente el recinto. Se cree que la causa del fuego fue la cantidad de velas encendidas con las que los devotos rendían culto al “Médico de los pobres”.

     Inicialmente se solicitó reparar el lugar o trasladar la tumba a la entrada del cementerio, donde pudiera estar con mayor protección, pero no fue posible hasta que monseñor José Rincón Bonilla, vice postulador de la causa de beatificación, decidió buscar una iglesia para colocar los restos del Siervo de Dios. La razón para el traslado de los despojos se resume en la multitudinaria cantidad de personas que visitaban su tumba frecuentemente, siendo necesario incluso un velador para mantener el orden y el cuidado. Se escoge entonces, la capilla de los misterios de la Candelaria.    

     Tras 45 años de este acontecimiento histórico, el 26 de octubre de 2020 se realiza una nueva exhumación de los restos de José Gregorio con el fin de dar cumplimiento al proceso de beatificación. Es un requisito previo a toda ceremonia de beatificación, que se efectúa con anterioridad para ser identificado por el Obispo local.

     En esta nueva exhumación participaron médicos patólogos, especialistas y fiscales jurídicos de la Iglesia, como testigos de la presencia real de restos humanos. La finalidad de este proceso fue verificar la condición de los restos del nombrado beato, en primera instancia, para garantizar la prolongada conservación de su cuerpo, responsabilidad histórica para permitir la devoción, veneración y custodia de sus reliquias por las futuras generaciones. A su vez, fue necesario para recoger las reliquias de primer grado (osamenta) y segundo grado (vestimentas), que fueron distribuidas en las diferentes diócesis del país; las que fueron enviadas a la Santa Sede y las que se enviaron a los países en los que se instauraron santuarios con el nombre del beato.

Las doce manzanas del cuadrilátero

Las doce manzanas del cuadrilátero

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Las doce manzanas del cuadrilátero

     Escribió Arístides Rojas (1826-1894) una crónica en la que hizo referencia a La Ciudadela o el cuadrilátero que abarcaba la plaza de Altagracia, la esquina de Maturín, la de Traposos y la de La Bolsa. Lo hizo con el propósito de poner de relieve “los más notables acontecimientos de nuestra historia”, tanto en tiempos de la Colonia como los correspondientes a la Independencia. En su escrito titulado: “El cuadrilátero histórico” estampó que en las doce manzanas que comprendía dicho espacio albergaba la primera casa edificada por Diego de Losada, así como el primer templo construido a instancias de él, llamado San Sebastián que sería denominado después San Mauricio. De inmediato pasó a enumerar lo que en el denominado cuadrilátero se apreciaba aún a finales del 1800, como lo fueron los antiguos conventos de monjas, el palacio de los capitanes generales, la Audiencia, la Intendencia, la Cárcel Real, el Ayuntamiento o Casa Municipal, la Universidad, el Seminario Tridentino, la catedral con su cementerio y prisión para eclesiásticos, la Tesorería Real, los almacenes y oficinas de la Compañía Guipuzcoana, la Tercena o venta del tabaco, la vivienda de los jesuitas, la casa donde se instaló el congreso constituyente de 1811, el primer teatro real, las oficinas de la primera imprenta en Caracas, el Arzobispado, el domicilio donde se instaló Humboldt y, en los últimos años, la casa donde nació Simón Bolívar, el recinto donde llegó en 1827 y el templo donde reposaban sus restos, así como la plaza donde se escenificó su apoteosis.

     Como se hizo usual entre quienes se dedicaron al cultivo de la historia patria y nacional, la figura de Bolívar fue fundamental al hacer referencia a los principios de la nacionalidad. Rojas formó parte de esta tradición en que lo nacional se asoció con los líderes del bando patriota, Bolívar en especial. Por esta razón, puso de relieve lo expresado por este último a raíz del movimiento telúrico de 1812, también quien recibiría en el templo de San Francisco el título de Libertador y que veintiocho años después sería el espacio en el que reposarían sus restos mortales. 

    En la descripción tramada por Rojas éste destacó que frente al derruido templo de San Jacinto se encontraba la casa que habitaba la familia Madriz, la misma casa donde nació Simón Bolívar en 1783. Por el lado norte, se encontraba la que había servido de asiento a la Audiencia a inicios del 1700.

     Todavía ella mostraba en la puerta una campana de la cual pendía una cadena de hierro; el culpable que al ser perseguido tiraba de la cadena quedaba bajo el amparo de la Audiencia, “y nadie podía tocarle”. Recordó que solo dos templos contaron con este privilegio, la Catedral y Altagracia, con ejemplos de que la justicia no traspasó las puertas, mientras el culpable lograba alcanzar el santo de su devoción y arrodillarse ante él. Agregó que existió otra casa que recibió esta gracia de manos de la Corona española, “fue la de la familia Arguinzones, ya extinguida, que vivió en la esquina del mismo nombre, hoy llamada esquina de Maturín”.

     Continuó Rojas indicando lo que esta porción territorial albergaba. En la esquina de Maturín había edificado Diego de Losada su primera morada. “De manera que al lado oriental del cuadrilátero histórico está limitado en sus extremos norte y sur por dos casas célebres: la que fundó Losada, hoy en escombros, y aquella en que nació Bolívar”. Asentó que, la casa de Valentín Ribas, hermano del general Ribas, ambos participantes en la conjura de 1810, estaba en la misma esquina y en una porción donde se situaba el templo masónico. Continuó su narración rememorando que la mansión de los Ribas desapareció con el terremoto de 1812. Subrayó, en su escrito, los pesares que sufrieran otros integrantes de esta familia. Dos años después del movimiento telúrico, en 1814, los monárquicos cortaron la cabeza de José Félix Ribas que fue colocada en una jaula en el camino a La Guaira. Para 1815 el general Moxó ofreció una recompensa de cinco mil pesos por la captura y entrega de Valentín Ribas. Éste sería asesinado por uno de sus empleados en un hato de Camatagua. Rojas recordó que a estas desgracias se sumó la muerte de sus hermanos Juan Nepomuceno y Antonio José, quienes fueron víctimas de las pasiones políticas del momento.

     En la relación que proporcionó Rojas, estableció que en los contemporáneos edificios del Ministerio de Guerra y del Parque estuvieron las oficinas de la conocida Compañía Guipuzcoana, mientras la factoría del tabaco, llamada la Tercena, estuvo situada en lo que era el jardín del Casino. La narración tejida por Rojas no dejó de destacar asuntos propios de la vida cotidiana, cuestiones tenidas, a finales del decimonono, como atributos del carácter de los pueblos se constituyeron en parte de la argumentación acerca de lo nacional. No sólo lo relacionado con la heroicidad patriota, también de suyo se creyó en hábitos y costumbres como atributo de diferenciación con otros espacios territoriales nutrieron y formaron parte de la narrativa nacional extendida por él.

     Es por ello que recordaba situaciones como la experimentada por un intendente español quien, en actividades propias de un enamorado, solía escalar por una casa para el encuentro amoroso con una dama. Hasta que la matrona de dicha casa le descubrió en sus andanzas amorosas, una noche en la que pretendía repetir lo que había hecho usual como amante furtivo. Evento que rememoró al describir el lugar ocupado por la casa de la Tesorería y la casa de habitación colindante, lugar donde fue pillado el intendente español. Lo cotidiano y menudo, propios de la vida privada y propicios para ser narrados dentro de un marco de tipicidad, autenticidad y originalidad asumidas fueron un componente esencial de la narrativa nacional.

     En su delineación escribió que frente a la Tercena estaba la casa que había sido fundada por los integrantes de la Compañía de Jesús en el 1700, única casa en Caracas a prueba de terremotos. Redactó que la casa que habían ocupado los antiguos capitanes generales estaba en la calle Carabobo. Recordó que, de los tres últimos representantes del rey de España, en Venezuela, sólo dos de ellos habían fallecido en este territorio y sus cuerpos sepultados en el templo de las monjas carmelitas, el del mariscal Carbonell desde 1804, mientras el del mariscal Guevara y Vasconcelos, que murió en 1807, estaba enterrado en el templo de San Francisco. El último de estos representantes, Emparan y Orbe, no falleció en Venezuela.

     Al sur de la casa de los capitanes generales se había instalado en 1811 la Sociedad Patriótica, en una esquina denominada Sociedad a raíz de este establecimiento. 

     De la misma posición de la casa de los capitanes generales, hacia el lado norte informó Rojas, había sido instalada la Intendencia. Al frente y hacia el sur de la casa episcopal estaba la casa que sirvió de lugar para la imprenta de Baillío y Compañía, en 1810. La primera casa de imprenta se situó en la plaza de Altagracia y después frente a la puerta norte de Catedral. “Quizá nada queda hoy de las prensas introducidas en Caracas en 1808”.

     Evocó que la Sociedad Patriótica desarrolló sus sesiones en la esquina de Sociedad. El congreso constituyente de 1811 había extendido sus deliberaciones en la casa del conde San Javier, llamada esquina del Conde. Rojas expresó que este sitio debería denominarse esquina de los Condes porque frente al de San Javier hacía vida el de la Granja y hacia el norte el de Tovar. “No fue la Caracas colonial tan rica en condes y marqueses como en generales y doctores la Caracas republicana. Para tres condes hubo cuatro marqueses y muchos caballeros de distintas órdenes”.

     Rememoró en que la casa del conde de Tovar había sido el lugar donde se había efectuado la jura de Carlos IV a finales del 1700. Para el banquete ofrecido en esta ocasión, por parte de los notables de Caracas, se utilizó un mantel de mesa que consistía en vidrios de espejos unidos. “¡Qué antítesis entre esta abundancia de luz por dentro, mientras afuera no había ni instrucción pública, ni imprenta, ni bibliotecas!”.

     De acuerdo con su percepción la plaza Bolívar podría considerarse como el centro del cuadrilátero, puesto que ella había sido escenario de eventos de júbilo y de dolor, episodios lúgubres, gritos de vida o muerte. Entre los episodios que trajo a colación fue el sucedido el 19 de abril, los correspondientes a 1811 y la desgracia de Miranda en 1812. Fue el mismo “templo” en que se había festejado el advenimiento de un nuevo rey. En el mismo llegaron Monteverde, Boves, Morillo, Moxó. También Bolívar y donde se quemó, en 1806, el retrato de Miranda, sus proclamas y la bandera tricolor. La misma de los días jubilosos de 1813, en especial la procesión ordenada por Bolívar que condujo el corazón de Girardot hasta la catedral de Caracas. 

     El mismo lugar evocó a Rojas los días de 1814, cuando Bolívar y los suyos tuvieron que huir ante la arremetida realista. Allí se concentraba el recuerdo de una batalla perdida, pero en ella prometió volver para liberar el territorio de las fuerzas leales a la corona. Fue la misma plaza donde ordenó la huida para evitar una liquidación segura. Agregó que, el arzobispo Narciso Coll y Prat, luego de huir el Libertador, extrajo del altar mayor el corazón de Girardot, donde había sido enterrado y luego depositarlo al lado del cementerio de la misma iglesia. 

     Se puede asegurar que la historia patria y la historia nacionalista que se impuso durante el 1800 tuvo en el imperativo moral su razón de ser. Así, la lectura que hicieron aquellos que desplegaron estudios del pasado, se sintieron en la obligación de construir sus frases narrativas bajo un marco de imperativo moral. Asimismo, fue muy común asociar las acciones de los denominados realistas con intereses e ignominias, mientras que las acciones de los patricios criollos fueron asimiladas con un bien. Es necesario advertir que la historiografía acerca del período de emancipación tiene esa característica. Al igual que compromiso moral, el de señalar la Independencia como un bien en sí mismo plagado de positividad.

     Bajo este marco es que puede ser comprendido e interpretado los señalamientos tramados por Rojas en los párrafos finales de su escrito. Luego de referir lo relacionado con la acción de Coll y Prat y el corazón de Girardot, pasó a referir lo que soldados al mando del comandante González ejecutaron. Si bien ponderó la bonhomía de este comandante, no fue igual el trato recibido por sus subordinados a los que calificó de “… hombres feroces … asesinan inicuamente en el camino al conde de la Granja y al señor Joaquín Marcano … aparece en palacio el infame Rosete … y reclama el corazón de Girardot”. Lo relacionado con la reclamación del corazón de Girardot, por parte de Boves y los suyos, ocupan lugar destacado en las líneas redactadas por Rojas. El cambio de lugar que había ejecutado el arzobispo concitaron a que nuestro redactor asentara: “La previsión de Coll y Prat había salvado a Caracas de un hecho ignominioso que al realizarse, habría manchado el carácter nacional…”.

     Rojas concluyó sus líneas al justificar el recuerdo que producía la plaza Bolívar, porque había sido escenario y testigo de eventos diversos. Para alcanzar su cometido hizo uso del nombre de las esquinas y edificaciones de Caracas en donde se escenificaron situaciones, para él, dignas de ser restituidas porque constituían la base fundamental de la historia patria. El Rojas cronista mostró una tesitura en que la combinación de costumbrismo y criollismo se mezclaron en los procesos desplegados con la edificación de un proyecto nacional moderno en Venezuela.

CamComercioNE desea crear un centro de arbitraje en Margarita

CamComercioNE desea crear un centro de arbitraje en Margarita

CamComercioNE desea crear un centro de arbitraje en Margarita

Por: Gabriela Infante

     José Gregorio Rodríguez, presidente de la Cámara de Comercio, Puerto Libre del estado Nueva Esparta (CamComercioNE), señaló que tienen un proyecto de crear un centro de arbitraje en Margarita para fortalecerse institucionalmente.

     Pretenden con el plan crear alguna resolución alternativa de conflictos que puedan generarse entre los comerciantes “y en el centro de arbitraje habrá una figura legal y un foro natural de los comerciantes y empresarios (…) Hay cosas que se pueden dilucidar con un centro de arbitraje”.

     Rodríguez precisó que otros proyectos que tienen desde la institución son las relaciones con el ejecutivo nacional.

     “No nos arrodillamos, pero tampoco estamos en la acera de enfrente disparándole al gobierno porque en esta diatriba quien sale perdiendo son los comerciantes y la población, necesitamos son respuestas concretas”

     Además, le han expresado al gobierno que desean participar en el plan masivo de vacunación para para acelerar el proceso para eliminar la barrera que los mantiene aislado.

 

Ley de Zonas Económicas Especiales

     El presidente de la Cámara de Comercio, Puerto Libre del estado Nueva Esparta informó que logró intervenir en la consulta pública de la Ley de Zonas Económicas Especiales y realizó algunas observaciones como por ejemplo que la exposición de motivos debe ser ampliada y dar señales de confianza y seguridad jurídica.

     “Hablaban de una devolución automática de tributos y para qué si pueden aplicar una excepción dentro de la misma norma, más bien deben darle el incentivo, además no se incluía la parte del turismo”

     Además, indicó que en el capítulo 7 del anteproyecto se hablaba de la posibilidad del reemplazo de la Ley de Puerto Libre y Rodríguez reiteró que se oponen a eso, a su juicio, es una norma complementaria en sus beneficios para los estados.

 

Tributación municipal

     Rodríguez expresó que nunca se agota la vía conciliatoria, pero se deben generar otros caminos alternos, explicó que de los 11 alcaldes de los municipios de Nueva Esparta han tenido una receptividad importante en 10 de ellos que están conformados por el Gobierno Nacional, donde de manera respetuosa hemos hecho correcciones y se han modificado.

     Sin embargo, en el municipio Maneiro señaló que pareciera se estuviera en otro mundo en el criterio en el que establecen las bases de cálculo de los tributos.

     “Practican algo mucho peor, es el mundo al revés, nos sentamos con representantes del chavismo nos entendemos con respeto y cuando nos sentamos con estos alcaldes teniendo los argumentos de democracia y no se pueden llegar a acuerdos”

     Concluyó en el programa Tributos y Algo Más con Leonardo Palacios que aspiran que la nueva directiva de Consecomercio le siga dando preponderancia a las regiones, a su juicio, Venezuela es un conjunto de regiones en las cuales cree que esa voz tiene que seguirse impulsando y escuchándose con mayor eco en todo el territorio nacional.

Toro Hardy: De no tomar decisiones de inmediato la mayor parte del petróleo se va a quedar en el subsuelo venezolano

Toro Hardy: De no tomar decisiones de inmediato la mayor parte del petróleo se va a quedar en el subsuelo venezolano

Toro Hardy: De no tomar decisiones de inmediato la mayor parte del petróleo se va a quedar en el subsuelo venezolano

Por: Zuhé Rodríguez

     José Toro Hardy, economista petrolero, indicó que el proceso de destrucción de la industria petrolera es inimaginable, a su juicio, las refinerías están en estado de abandono, de 6 solo operan 3 y con ciertas limitaciones.

     El especialista petrolero puntualizó que Pdvsa era la segunda la segunda mayor empresa petrolera del mundo pero hoy en día no figura en ningún ranking.

     “Si comparamos lo que fue 1920-1980 fue Venezuela la economía de más rápido crecimiento en el mundo entero, se estaba produciendo un verdadero milagro económico, no conocíamos de inflación y fue un crecimiento extraordinario”

     Recordó que para 1998 Venezuela producía 3 millones de barriles diarios de petróleo y se había adelantado una apertura petrolera muy exitosa donde estaban suscritos varios contratos pero no procedió el plan “de realizarse ese proyecto hoy estuviéramos produciendo 5 millones y medio de barriles de petróleo pero solo estamos produciendo 445.000 b/d”

     “En 1998 Venezuela tenía 22 refinerías en el mundo entero, total o parcialmente de Pdvsa, las que teníamos en Alemania desaparecieron, las de Europa desaparecieron, en EEUU de las 8 solo quedan 3 y teníamos 15.750 estaciones de servicio de la marca Citgo y manejábamos el 10% de mercado interno de gasolina más grande del mundo (EEUU)”

     Hoy en día, Venezuela no es capaz de atender la demanda interna, lo que catalogó como una situación deplorable la que se vive actualmente.

     “Es un hecho que la destrucción de la industria petrolera fue producto de una decisión tomada por el oficialismo en el 2002 cuando despidieron a 20.000 trabajadores de Pdvsa”

Reactivación de la industria petrolera

     El economista petrolero adelantó que para reactivar la industria petrolera se requiere una inversión 25 mil millones de dólares al año por los próximos 8 años solo para recuperar lo que se producía hace 20 años.

     “Hay que hacerlo lo antes posible, porque el petróleo como agente energético probablemente tiene una vida útil cada vez más corta”

     En entrevista para Tributos y Algo Más conducido por Leonardo Palacios, Toro Hardy concluyó que de no tomar decisiones de inmediato, la mayor parte del petróleo se va a quedar en el subsuelo.

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