La cuadra de Bolívar o casa de las piedras o de los conspiradores

La cuadra de Bolívar o casa de las piedras o de los conspiradores

Casa caraqueña muy hondamente ligada a la mejor tradición de la ciudad y escenario de reuniones conspirativas en aquellos días que precedieron al 19 de abril de 1810.

Casa caraqueña muy hondamente ligada a la mejor tradición de la ciudad y escenario de reuniones conspirativas en aquellos días que precedieron al 19 de abril de 1810.

     El pasado y su recuerdo conducen la imaginación a un mundo de amables añoranzas, donde se entrelazan sucesos y personajes para darle vigencia y vida a la historia. De la Caracas colonial o aquella que vivió la Guerra de Independencia y la agitación republicana posterior, hay mucho que contar. Allí en su ambiente evocador, el espíritu se puede saturar a sus anchas de remembranzas, de vivencias emocionantes, de sueños patrióticos al salirnos al paso la evocación de todo cuanto ha llegado hasta nosotros a través de consejas misteriosas o de historias y leyendas forjadas por la fantasía o la superstición.

     Y por ello cuando se desanda la ruta un tanto monótona del calendario, que no detiene jamás su marcha de siglos, tenemos que encontrarnos frente a las siluetas de esas antiguas casas al pie de sus altas ventanas enrejadas hasta donde parece llegar los ecos lejanos de esas serenatas melodiosas y románticas que los trovadores de antaño regalaban a las niñas hermosas de negrísimos ojos e inocente rostro en esas noches apacibles alumbradas por la luna, las estrellas y luceros.

     Y si se hurga más a fondo en el interior mismo de das mansiones historiadas, se podrán ver los amplios aposentos decorados con cuadros y tapices, las gigantescas arañas de cristal colgadas al techo y las alfombras muelles cubriendo el piso de fina madera. Diseminados en sitios adecuados los muebles señoriales y el piano que emitió armoniosas notas en las íntimas veladas familiares o acompañó a la orquesta famosa para que danzaran las parejas con pasos tiesos y estilizados el minué, la polka, la cuadrilla, el valse, el pasillo.

     Nos vamos a referir hoy a una casa caraqueña muy hondamente ligada a la mejor tradición de la ciudad y escenario de reuniones conspirativas en aquellos días que precedieron al 19 de abril de 1810. Se trata de la famosa casa de Las Piedras o de los Conspiradores, ubicada entre las esquinas de Bárcenas y piedras o sea la Cuadra Bolívar.

 

Una casa de campo en aledaños caraqueños

     En aquella época de hace dos siglos, el área poblada de Caracas era demasiado reducida y a pocas cuadras del centro se extendían las haciendas y las huertas bajo la sombra de los copudos árboles y regadas por los riachuelos, las quebradas y el Guaire.

     Pues bien, muchas linajudas familias caraqueñas escogieron tan frescos y apacibles sitios para construir sus casas de campo donde pasar temporadas en contacto directo con la naturaleza. Anauco, Blandín, Sabana Grande, Chacao y el sur de la ciudad, allí donde el Guaire fertilizaba con sus aguas cristalinas las hermosas vegas, fueron los parajes preferidos por el mantuanaje criollo para evadirse de vez en cuando de sus mansiones urbanas.

Patio de la famosa casa de Las Piedras o de los Conspiradores, ubicada entre las esquinas de Bárcenas y piedras o sea la Cuadra Bolívar.

Patio de la famosa casa de Las Piedras o de los Conspiradores, ubicada entre las esquinas de Bárcenas y piedras o sea la Cuadra Bolívar.

     Doña María Concepción Palacios, madre de Bolívar, después de la muerte de su esposo, resolvió construir una casa solariega entre una cuadra completa de frondosos árboles que se extendiera hasta las propias márgenes del rumoroso río. Así fue como nació la Cuadra de los Bolívar o Casa de Las Piedras, cuyo nombre le viene por lucir la sosegada y romántica mansión rural una fuente de piedra en el centro de uno de los jardines. Entre los árboles que le daban frescor y sombra al paraje existía uno muy famoso, el cedro de Fajardo que fue plantado según aseguran las antiguas crónicas, por el propio mestizo fundador del hato de San Francisco. Pero todas estas reliquias vegetales han caído bajo el hacha de ese verdugo implacable que se llama progreso.

    Además de la cuadra de árboles frutales y de ornamento que cobijaban la finca colonial, se extendían a su alrededor vegas agrícolas y prados siempre florecidos.

     La construcción de esta quinta campestre de recreo y temperamento puede haberse realizado entre los años 1787 y 1788, ya que su dueña doña María Concepción Palacios, el 30 de junio de 1789, hace una solicitud para que le fuera suplida agua a la casa de la antigua parroquia sureña de San Pablo. Tal solicitud fue atendida, supliéndosele el líquido del estanque situado en la esquina de la plazuela del mismo nombre, que abastecía el hospital y las fuentes de la calle de San Juan entre las cuales se hallaba la tradicional Pilita del Padre Rodríguez.

     Doña María Concepción y sus pequeños hijos, entre los cuales destacábase por sus travesuras y vivacidad el inquieto Simoncito, tuvo en esa quinta campestre un lugar de solaz y reposo saturada de aire puro y hermosos paisajes.

 

La casa de los conspiradores

     La onda revolucionaria procedente de Europa había ya invadido con firmeza y emoción las conciencias de la juventud criolla y de no pocos honorables y circunspectos varones. Eran pasados de mano en mano los libros, panfletos y proclamas donde se pregonaba y se hacía propaganda activa a las nuevas ideas de libertad. Muchos hogares mantuanos de Caracas eran un hervidero de discusiones y polémicas en torno a los acontecimientos que se estaban desarrollando en el viejo continente debido al avasallante empuje dominador de Napoleón I.

Los Ribas, los Uztáriz, los Salías, Isnardi y tantos más pasaron muchas noches en vela en esta histórica mansión del sur de la ciudad, en reuniones conspirativas que tendría su exitosa culminación en la luminosa mañana del Jueves Santo, 19 de abril de 1810.

Tradiciones caraqueñas es un libro póstumo en el que se recopila gran parte de las crónicas sobre Caracas, escritas por Lucas Manzano.

     Pero el gran plan conspirativo revolucionario era preciso urdirlo con el mayor sigilo en la cómplice soledad de la campiña que rodeaba a Caracas y sus pueblos vecinos, allí donde el rumor del agua de los riachuelos y cascadas apagaba el cuchicheo de los conjurados. Las celosas autoridades españolas ya estaban sobre aviso de algunos movimientos sospechosos y reuniones secretas que venían llevándose a cabo entre mucha gente de importancia. Si bien el ladino Emparan había logrado coger un hilo de la conjura, alejando de Caracas a algunos de los participantes más activos como el fogoso Simoncito, que fue confinado a los valles de Aragua, la columna vertebral de la conspiración seguía firme y audaz en la capital y extendía sus ramificaciones hacia otros sitios de Venezuela. Papel importantísimo le cupo en estas reuniones secretas de los conspiradores, a la finca campestre de las Piedras, donde en sus silenciosos y apacibles corredores fueron ultimados los detalles del pronunciamiento liberador que tendría su exitosa culminación en la luminosa mañana del Jueves Santo, 19 de abril de 1810.

     Los Ribas, los Uztáriz, los Salías, Isnardi y tantos más pasaron muchas noches en vela en esta histórica mansión del sur de la ciudad. Evocadora cuna es esta casa colonial de la libertad de la Patria, la que guardó el secreto conspirativo de la rebelión entre fogosas arengas y sueños idealistas. Por eso ella es testigo mudo y lejano de aquel glorioso y gran día.

 

Así estaba la casa en 1902

     Hemos leído una relación de cómo se encontraba la famosa casa de Las Piedras, la mansión rural de la familia Bolívar en 1902. Por ella nos hemos enterado de que se encontraba entonces convertida en una casa de vecindad habitada por inquilinos pobres. De los cuatro corredores embarandados de la parte lateral, sólo quedaban para esa época, dos, el uno que miraba hacia el este y el otro al sur, conservando en sus paredes, paisajes de pintura desteñida que representaban motivos rurales y mitológicos. El gran salón central de la señorial mansión y las numerosas habitaciones decoradas con exquisito gusto, ofrecían paredes destartaladas y muros renegridos y ruinosos. En cuanto a los aposentos para el servicio, cocina y pesebres, se encontraban convertidos en establos de vacas y las huertas aledañas, antes sembradas de árboles frutales, de ornamento, vistosas flores, donde lucían en jaulas canoras aves, se hallaban también en el más completo abandono. Allí crecía el monte, la ortiga y el llantén, salvándose de la incuria uno que otro árbol de mango y de guanábano.

FUENTE CONSULTADA

  • Venezuela Gráfica. Caracas, 8 de abril de 1960.

Rudolf Dolge, bibliógrafo americano

Rudolf Dolge, bibliógrafo americano

El estadounidense Rudolf llegó a Venezuela a los 28 años, en 1897, y vivió en Caracas hasta su muerte, en 1950. Fue fundador de la biblioteca Henry Clay y gran coleccionista de libros, folletos y periódicos venezolanos; su colección, compuesta de más de 10.000 volúmenes se encuentra en la Biblioteca Nacional, desde 1942. Cuatro años antes de su deceso, el diario caraqueño Últimas Noticias, en su edición del enero de 1946, publicó un amplio reportaje sobre la vida de este insigne bibliógrafo estadounidense.

     “Postrado en cama, a causa de una vieja dolencia, cumple hoy su 49 aniversario de haber llegado a Venezuela el bibliófilo norteamericano, señor Rudolf Dolge, fervoroso bolivariano, quien ha dado valiosas demostraciones de aprecio y estimación a nuestras glorias patrias durante su larga convivencia entre los venezolanos.

Rudlof Dolge nació en Nueva York, el 16 de diciembre de 1869, pasando su infancia en un pueblito de Dolgeville, residencia de sus padres. Desde pequeño, y cuando sólo contaba con 14 años de edad, realizó un viaje a pie por todos los Estados de la Unión Norteamericana, siendo más tarde enviado por sus padres a concluir estudios en la Universidad de Heidelberg, en Alemania.

Rudolf Dolge llegó a reunir una rica Hemeroteca y una colección de libros antiguos de gran valor que sobrepasó los 14 mil títulos, los cuales forman parte de la colección de la Biblioteca Nacional de Venezuela, desde 1942, cuando los adquirió el Estado

Rudolf Dolge llegó a reunir una rica Hemeroteca y una colección de libros antiguos de gran valor que sobrepasó los 14 mil títulos, los cuales forman parte de la colección de la Biblioteca Nacional de Venezuela, desde 1942, cuando los adquirió el Estado.

Su viaje a Venezuela y su labor bibliográfica

     Durante su primer viaje a Venezuela, realizado el 23 de enero de 1897, al contemplar por primera vez la ciudad de Caracas desde la colina de El Calvario, le ganó de inmediato la belleza de la urbe y la paz del ambiente, radicándose definitivamente en 1902. Gran venezolanista, se dedicó a recopilar obras históricas y didácticas venezolanas que dieron origen a la Biblioteca “Henry Clay”, obtenida recientemente por la Nación.

     Desde entonces, dio comienzo a su vasta labor de bibliófilo, empezando con un ejemplar de la Gaceta de Caracas, que le donara su gran amigo, el destacado bibliófilo venezolano Don Manuel Segundo Sánchez. Poseedor de una vasta cultura, el señor Dolge llegó a reunir una rica Hemeroteca y una colección de libros antiguos de gran valor que sobrepasó el número de 14 mil títulos que se hallan incluidos en el índice de la Biblioteca Nacional, obtenidos por la Nación en el año de 1942.

     Más de siete lustros de una labor paciente y sistemática fueron el resultado de esta valiosa colección de libros y periódicos que constituyen la Biblioteca “Henry Clay”.

     La Hemeroteca está enriquecida por colecciones de El Federalista, La Opinión Nacional, El Colombiano, editado por William Johnson, por el año de 1823, La Gaceta de Venezuela y las Memorias de diversas entidades regionales, etc.; y por obras de incalculable méritos, como Novae Novi Orbi Historiae, editada en el año 1581 (incunable); Maffei Bergonalis Historians, que data del año 1590 (incunable); la Historia del Nuevo Mundo o Descripción de las Indias Occidentales, por Juan de Laet, escrita en francés, data del año 1546; etcétera.

     En el año 1935, el señor Dolge donó 700 volúmenes de su colección Bolivariana a la Academia Nacional de la Historia, de la cual es miembro honorario. Durante sus cuarenta y nueve años venezolanos ha participado en todas las grandes efemérides de la Patria.

     Dolge fue el primero en traer a Venezuela un “dry-cleaning”, conocida con el nombre de Lavandería Americana, cuyo gerente fue el doctor Rafael Arévalo González. Más tarde, desempeñó el cargo de Agente Comercial de su país en Venezuela, siendo uno de los pioneros de las compañías petroleras con la fundación de la Richmond Petroleum Co., de la cual fue su gerente.

El senador estadounidense Henry Clay fue figura de inspiración para que Rudolf Dolge creara una extraordinaria colección de libros

El senador estadounidense Henry Clay fue figura de inspiración para que Rudolf Dolge creara una extraordinaria colección de libros.

Una de las valiosas obras de la colección de Rudolf Dolge es la Historia del Nuevo Mundo o Descripción de las Indias Occidentales, escrita por Juan de Laet y publicada en francés, en 1546

Una de las valiosas obras de la colección de Rudolf Dolge es la Historia del Nuevo Mundo o Descripción de las Indias Occidentales, escrita por Juan de Laet y publicada en francés, en 1546.

     Por los años de 1930, realizó una labor de acercamiento entre los pueblos americano y venezolano, despertando un sentimiento de gratitud hacia la figura del senador Henry Clay, primero en pedir Congreso Americano el reconocimiento de la Independencia de Venezuela. Gracias a sus gestiones, los Estados Unidos hicieron donación al pueblo venezolano la estatua del gran estadista que preside la plaza que está al lado del Teatro Nacional, en Caracas.

     Últimamente el señor Dolge regresó de Estados Unidos donde fuera en viaje de salud. Su vista, cansada de tanto trabajar, comenzó a oscurecerse. Sometido a una operación, regresó luego, con su jovial espíritu dispuesto a emprender nuevamente su obra bibliográfica que aún no ha terminado.

     Hombre de una gran actividad intelectual, Rudolf Dolge continúa recopilando sus libros y catalogándolos para completar su obra bibliográfica que es un valioso aporte a la Bibliografía Venezolana. Desde su lecho de enfermo está pendiente de mejorarse para seguir su trabajo, el cual considera como un aporte personal a la cultura de Venezuela. En este día de su aniversario venezolano, estrechamos sus manos en gesto cordial y amigo, y hacemos votos por su restablecimiento.” Lamentablemente, Dolge falleció en Caracas, cuatro años más tarde, el 12 de marzo de 1950

FUENTES CONSULTADAS

Últimas Noticias. Caracas, 23 de marzo de 1946; págs. 8 y 7

Boletín – Volumen 103

Boletín – Volumen 103

BOLETINES

Boletín – Volumen 103

Sinopsis

Por: Dr. Jorge Bracho

     Este número con fecha 1 de junio de 1922 presenta en su carilla 1569 “La elección presidencial” en la que felicitan a Juan Vicente Gómez por haber sido electo para un nuevo período presidencial. Entre las páginas 1569 y 1571 se desarrolla lo contentivo a “Situación mercantil”. Se expresa en este aparte que la situación no ha mejorado de manera sustancial, “pero se ha confirmado la noticia del alza de precio de los tejidos de algodón en Inglaterra por el aumento de la demanda por China y la India”. Le siguen algunos artículos asociados con “Resoluciones en 1921 del Ministerio de Hacienda respecto al impuesto de estampillas” (Pp. 1571-1576).

     A continuación, “Rebaja de derechos de importación del café y cacao en Inglaterra” y “Respuesta a un artículo de ‘The Economist’ de Londres” (Pp. 1576-1577), en el que se aborda el derecho de Venezuela a no pagar algunos bonos de la deuda diplomática del 3% de 1905 y firmado por H. Pérez Dupuy. Luego, “La cuestión monetaria”, que es la continuación de un artículo publicado en el número 102, relacionado con el patrón oro. Esta segunda parte se dedica al papel moneda (Pp. 1577-1582).

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     De la carilla 1582 a la 1583 el espacio lo ocupa “El mercado del azúcar”, redactado por el estadounidense Dwight O. Palmer, en el que se hace referencia a la recuperación de la demanda y, por tanto, de la producción a escala mundial. Viene otra entrega del historiador C. H. Haring, “Parte segunda. Capítulo XI. Naos y navegantes” (Pp. 1583-1599). En la página 1600 se anuncia la recepción de “dos gruesos volúmenes lujosamente editados” en que se muestran el desenvolvimiento evolutivo del comercio del Reino de Italia en “L’ Italie Economique”.

     Desde la página 1600 a la 1605 se publican cuadros con distinta información acerca de la exportación de cacao y café para abril de 1922, una estadística del ganado en Mérida, los precios de diversos productos para abril de 1922 y los valores de las Bolsa de Caracas y Maracaibo en mayo de 1922 y tipos de cambio en Caracas para la misma fecha. En “Sección de correspondencia” demandan relaciones comerciales desde Barcelona, Estocolmo, Kobe y Chicago. En la misma página 1605 “Participaciones” se informa sobre dos nuevos establecimientos comerciales en Caracas.

Más boletines

Boletín – Volumen 109

La compañía de carnes congeladas de Puerto Cabello.

Boletín – Volumen 155

Inicia con la página 3431 y “Nuevos miembros de la Cámara”.

Boletín – Volumen 149

Como es usual comienza con “Situación mercantil” en la que se expresó “Como era de esperarse, la situación en marzo estuvo débil tanto en ventas como en entradas de dinero.

Boletín – Volumen 102

Boletín – Volumen 102

BOLETINES

Boletín – Volumen 102

Sinopsis

Por: Dr. Jorge Bracho

     De fecha 1 de mayo de 1922 es la edición 102 del Boletín. La misma abre con “Situación mercantil” (Pp. 1533-1534) en la que se expresó: “La situación propiamente no ha mejorado … el actual momento de la situación mercantil parece caracterizarse por el comienzo de un estado de normalidad … especialmente porque el factor principal, el exceso de mercancías secas ya no existe propiamente … algunas regiones del interior están en pésima situación, especialmente las de los Llanos”. Le sigue, “Resolución del ministerio de Hacienda respecto a aplicación del impuesto de estampillas a las cuentas ventas” (Pp. 1534-1535).

Entre las páginas 1535 y 1538 se editó “Consejos de sabios y de hombres de Estado de los Estados Unidos a la América Latina”. Es un artículo que hace referencia al petróleo y redactado por David White geólogo y representante de la oficina geológica estadounidense. Le sigue, “La pesca de peces en Margarita” (Pp. 1539-1540) preparado por Jacinto Escobar, representante del Banco de Venezuela en Pampatar, en donde considera los tipos de pesca denominados de chinchorro y mandinga.

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     Una información proporcionada por un agente del Banco de Venezuela, en Carúpano, “Siembra y producción de cacao en Carúpano” (Pp. 1540-1541) en que se informa acerca de la escasa cosecha del año 1921, debido a las lluvias de ese año. A continuación, “Siembra y negocios de coco en Barcelona y Cumaná” (Pp. 1541-1542), información proporcionada por el Banco de Venezuela en esos lugares. En la misma se expresó que el futuro de este fruto era promisor por la puesta en práctica de la empresa Industrial de Manzanares.

     Posteriormente, se incluyó “La cuestión monetaria” (Pp. 1542-1547), un artículo extraído del Boletín del City Bank de Nueva York, en que se explica las funciones de la moneda, la evolución de un equivalente general en oro o plata, las ventajas que estos metales revisten, el papel del patrón oro en la historia de la humanidad, la ventaja del patrón oro en la época contemporánea, la supuesta manipulación del oro por los banqueros y la ineficacia del papel moneda, entre otros asuntos. De inmediato, “La moratoria alemana” (Pp. 1547-1548) la que se concedió por las dificultades financieras que sufría el gobierno alemán y como parte de las condiciones impuestas luego de la Guerra.

     Entre las páginas 1548 y 1559 continúan las entregas de C. H. Haring, “corsarios luteranos”, en que, entre otras consideraciones, se puede leer que entre los siglos XVI y XVII “los corsarios constituyeron un peligro constante para la navegación de las Indias, como lo continuaron siendo hasta el siglo XIX”.

     En “Sección de correspondencia” (P. 1559) se proponen tratos comerciales desde Lyon, Marsella, Cienfuegos, Nueva York, París. Una información proveniente del Banco de Venezuela, “Rebaja de intereses”, dio a conocer la disminución en los intereses de cuenta corriente de un 10 a un 9% en virtud del estado de normalidad que se estaba gestando luego del período inflacionario experimentado después de la Guerra (P.1560). De seguida, “Situación mercantil en Maracaibo” (P. 1560) informa acerca del negocio comercial y su posible recuperación.

     De la carilla 1560 a la 1567 aparecen un conjunto de cuadros. “Café y cacao exportados por La Guaira en marzo de 1922”, “Comercio de café en Maracaibo en marzo de 1922”, “Tipo de cambio en Caracas en abril de 1922”, “Precios de productos en diversos lugares de Venezuela en marzo de 1922”, “Cuadro comparativo del comercio de los tres principales puertos de Venezuela de 1916 a 1920”, “Valores de las Bolsas de Caracas y Maracaibo en abril de 1922” y “Exportación de Puerto Cabello en 1921”.

Más boletines

Boletín – Volumen 96

Situación mercantil

Boletín – Volumen 79

Noticias financieras acerca de Inglaterra

Boletín – Volumen 134

Esta edición de enero de 1925 abre con “1925” en que se presentó una salutación al presidente, Juan Vicente Gómez Chacón y su tren ministerial y ejecutivo.

Revista Comercio, Abril – Junio de 1984

Revista Comercio, Abril – Junio de 1984

REVISTA COMERCIO

Revista Comercio, Abril – Junio de 1984

Sinopsis

Por: Esther Mobilia

La edición está dedicada al abastecimiento y capacidad de exportación de productos agrícolas. En el marco de las XL Asamblea Anual de Fedecámaras, el presidente de la Cámara de Comercio, Luis Augusto Vegas Benedetti dio unas declaraciones sobre la pertinencia de frenar prontamente la tendencia socializante en la economía venezolana. Una propuesta para explicar las condiciones de la sociedad venezolana y el alto costo de la vida la propone Vladimir Chelminski, director ejecutivo de la Cámara de Comercio de Caracas en el artículo publicado por la revista a continuación.

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     Eddo Polesel, consejero permanente de Consecomercio, desarrolla la importancia de las inversiones extranjeras en el seminario “Inversiones extranjeras y desarrollo económico”, tenido lugar en Caraballeda, el 20 de junio de 1984. En la sección “El Pensamiento empresarial” se presenta una serie de citas extraídas de diversas obras de empresarios venezolanos publicadas en otras ediciones de la Revista Comercio. Se reproduce un artículo de la revista “L’Economie Internationale”, de la Cámara de Comercio Internacional, de 54 años de antigüedad, dónde se explican las condiciones de la deuda exterior de América Latina. Gustavo Roosen explica de manera exhaustiva las condiciones de abastecimiento y capacidad de exportación de productos agrícolas en Venezuela.

Más revistas

Revista Comercio, Enero – Marzo de 1984

La edición plantea la idea de la gran disyuntiva que enfrentan los Estados en materia económica

Revista Comercio, Marzo de 1990

La edición está dedicada al tema de la fiscalidad desbordada.

Revista Comercio, Abril 1981

La edición está dedicada al Metro de Caracas y a la importancia de la explotación petrolera en la Faja del Orinoco.

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