Es motivo de regocijo institucional asomándonos hoy en los balcones de nuestra institución, que celebra su mes aniversario, específicamente, su centésimo vigésimo octavo aniversario en la oportunidad de abordar un tema tan importante como necesario, como es el relativo a la reforma del Estado.
En esta ojeada inspirada en la necesidad de la reinstitucionalización del país, cimentada en la angustia de volcar toda su representatividad , crítica y propositiva para expresar nuestra preocupación por el deterioro y corrosión vertiginosa de la institucionalidad, que constituye la columnata del Estado democrático de derecho, ofreciendo su apoyo para contribuir, en y desde los escenarios propicios y mediante las vías constitucionales a su reconstrucción.
En esta contradicción de sentimientos, que enmarca nuestro mes aniversario, por un lado, la satisfacción de ver consolidada nuestra institución como pilar fundamental de la expresión del empresario organizado con reconocimiento de la calidad y valor de su ininterrumpida actuación, pero por el otro lado, la angustia creciente, que trasciende la mera representación empresarial, que ve seriamente lesionado sus derechos fundamentales, de sus afiliados en su doble rol de empresarios y ciudadanos, que en ejercido de la función empresarial conjugan los esfuerzos mancomunados de los factores de producción que siguen apostando al país.
En efecto, la amplia gama del empresariado (industrial, comercial y prestador de servicios de índole y naturaleza diversa) nos preocupa responsablemente la situación ruinosa de la estructura estatal, pues la carta de derechos fundamentales contenidos en nuestro estatuto constitutivo como sociedad, es sistemáticamente inobservada mediante formas ajenas, incluso, proscritas por los principios y valores del Estado de derecho.
Hoy ratificamos la necesaria convergencia de todas las instituciones comprometidas con nuestro devenir, que comparten la angustia que se traducen en acciones concretas y proactividad permanente por la reinstitucionalización del país y, por tanto, la refacción del Estado de derecho.
Hoy nos retroalimentándonos con la presencia de centenarias instituciones, que se constituyen en la conciencia rectora de las acciones que alertan en relación a las pretensiones de profundizar la agónica existencia y expresión funcional de un Estado de mandatos y no derechos, de imposiciones y no de consensos, de predominio de un órgano del Poder Público, que niega la separación e independencia de sus pares para consolidar las bases autoritarias, la tergiversación de nuestra historia y la mediatización de la formación de nuestra juventud en la universalidad de la creación libre y el pensamiento.
Hoy celebramos el concurso de las Academias de Ciencias Políticas y Sociales, Nacional de la Historia, doctas Corporaciones que se encuentran en la vanguardia de la veeduría de la institucionalidad democrática y curadores de nuestros valores y conciencia histórica original, junto a la Universidad Católica Andrés Bello, baluarte de excelencia y muro de contención para frenar las pretensiones de alejarnos de la formación universitaria global, fuente de formación de ciudadanía.
Y este concurso se hace en torno a una persona que, sin duda alguna, es sinónimo de Derecho público, es el ejemplo más acabado de la formación de profesionales en esta rama de nuestra ciencia, es la representación genuina de un jurista integral, que ha recorrido con intensidad todas y cada una de las áreas del Derecho Público abordando el complejo y disímil aristado del estudio del Estado, con profundidad y denuedo, siendo una fuente permanente de propuestas, que son el resultado del análisis historiográfico, del diagnóstico, la crítica y la revisión exhaustiva de las instituciones. Labor intelectual que se registran en la prolijidad de su obra, el ejercicio de la cátedra universitaria, la tribuna de las instituciones académicas nacionales y extranjeras que reclaman su presencia y el desempeño de la función pública.
Este gran venezolano, que no requiere mayor presentación pues no solo los profesiones del Derecho requieren constantemente su presencia en sus específicos ámbitos de actuación y lo reclaman como propio sino es parte activa de la venezolanidad, pionero en el uso de la expresión y voz calificada de alerta de su procedencia perentoria, como lo es la reforma del Estado.
Él conjuga en sí mismo estudio, actuación y propuesta en esa política pública que debe ser permanente y objeto de auspicio por todos los factores institucionales.
Él conoce la profundidad, las fortalezas y las debilidades de los distintos niveles del Poder Público expresados en la distribución territorial, de la cual emergen la República, los estados y los municipios; conoce la distribución funcional de la organización del Estado; conoce a cabalidad las atribuciones y competencias que le son propias tanto de las entidades públicas de base territorial como aquellas expresiones funcionales, que son producto del ejercicio de la autonomía que le es atribuida.
Él se constituyó en gran facilitador y motor del proceso de descentralización no sólo desde el punto de vista administrativo sino en la complejidad de la transferencia completa del poder con todas sus manifestaciones.
A él sin duda puede conferírsele, sin visos de lisonjas y compromisos protocolares, ser el gran factor desencadenante de la sistematización del estudio del Derecho Público en Venezuela.
Con esa breve semblanza, todos sabemos que nos referimos al Dr. Allan Brewer Carías abogado con amplia formación vivencial como funcionario público a nivel de la Administración activa, consultiva y controladora, legislativo y constituyente; un ejercicio profesional privado de amplio reconocimiento y una labor docente, que traspasa nuestras fronteras.
Sin lugar a equivocarnos, puede afirmarse, que desde sus inicios como estudiante de derecho y a través de su larga trayectoria ha sido constante su preocupación por la modernización, eficacia y eficiencia del Estado.
Hoy en el escenario propiciado por el Comité de Historia de nuestra institución, que viene realizado la extraordinaria labor de divulgación, reforzamiento y realce de valores cívicos, el cual está a cargo de nuestra muy apreciada Dra. Catalina Banko, estudiosa y experta conocedora de la Historia económica y empresarial del país e Individuo de Número de la Academia nacional de la Historia y profesora del UCAB, tenemos la excepcional oportunidad de contar con la presencia del doctor Brewer Carías, que de manera entusiasta inmediata aceptó nuestra invitación.
Acompañarnos en el día de hoy, en nuestro mes aniversario para darnos una visión histórica de lo que fue el proceso de reforma de la Administración Pública nacional iniciado en el año de 1958 y, en especial, dar una visión de ese extraordinario informe que contiene sus propuestas y su actuación a cargo de la Comisión de Administración Pública, es una invaluable
Con el maestro Brewer Carias se requeriría varios meses para analizar todos y cada uno de los aspectos de esa propuesta, que comenzó por ser parcial en función a la Administración Pública Nacional pero que con el transcurso de los años, se gestó la necesidad de la Reforma del Estado. Todos sabemos los lamentables resultados que arrojó el haber arrinconado las propuestas que nuestro invitado forjó, en una primera instancia, y que luego se fueron incubando en la Comisión Presidencial para la Reforma del Estado (Copre).
Quiero reiterarle, en nombre del Comité Ejecutivo de la Cámara de Comercio, Industria y los servicios de Caracas- La Cámara de Caracas- nuestro profundo agradecimiento al doctor Brewer Carias por su siempre dispuesta voluntad de colaborar y por sus contribuciones, que una de ellas, pronto tendrán en sus manos en el primer número del Boletín a la nueva etapa que se inicia, y que sin duda alguna, será fuente fundamental etapa conocer la historia económica y empresarial del país.
En Caracas a los trece días del mes de noviembre de 2021.
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