Boletín – Volumen 77

Boletín – Volumen 77

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Boletín – Volumen 77

Sinopsis

Por: Dr. Jorge Bracho

     Esta edición correspondiente al 7 de abril de 1920 reseña una “Asamblea en la Cámara de Comercio de Caracas”. Entre los asuntos que en ella tuvieron especial atención fueron lo relacionado con la ratificación del Convenio, el Reglamento Arbitral y las Reglas para la disposición de las Mercaderías. Estos habían sido firmados con la Cámara de Comercio de los Estados Unidos de Norteamérica, cuyo texto completo se había publicado con el número anterior del Boletín. En la misma asamblea se anunció que para el momento la Cámara contaba con 150 miembros, crecimiento adjudicado al trabajo realizado por la Directiva de esta corporación.

     Páginas después se insertó la continuación de un aparte titulado: “El tercero de los temas de la Alta Comisión Internacional – 1919”. Aparte correspondiente que estuvo dedicado a la Administración del Crédito Público, donde se señaló que con la Ley del 11 de junio de 1915 se transformó por completo el anterior sistema de administración. A partir de este momento la administración del Crédito Público pasó a depender del Ministro de Hacienda. De igual manera, se hizo mención a lo relacionado con el sistema fiscal, las fuentes de ingreso del fisco nacional, las proporciones de los gastos de crédito público, los atributos del sistema fiscal y la reforma monetaria basada en el sistema decimal y la referencia al Franco instituido en 1848.

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     Un breve artículo, reproducido de The Annalist (Nueva York, número 391, con fecha 23 de febrero de 1920) cuyo título fue: “Seria disminución de los aceites combustibles producida por la demanda creciente”. En él se señaló que su escasez, en suelo estadounidense se debía, de manera especial, a una gran demanda a escala planetaria por parte de embarcaciones y el uso industrial. Otro tanto se adjudicó a un Decreto dictado por el presidente mexicano Venustiano Carranza con lo que limitó la cantidad de taladros para la extracción de materias primas para la producción de combustibles. Esto provocó la disminución de transportes y sumado a esta circunstancia se dio a conocer que la explotación de yacimientos en California no era suficiente para cubrir la demanda existente.

     Un escrito denominado “El papel que desempeñan los bancos en el costo de la vida”, firmado por H. Pérez Dupuy y tomado de El Universal (abril 12 de 1920) en que su autor desmintió la conseja según la cual la inflación se debía a la expansión del crédito. Pérez Dupuy desarrolló su argumento según la afirmación que había algo de cierto en ella. Sin embargo, señaló que el crédito se podía clasificar en dos categorías. Uno, se utilizaba para fomentar el comercio y producción de bienes indispensables para la vida humana. Otros, eran destinados para actividades especulativas, no productivas. De acuerdo con sus argumentos serían estos últimos los que repercutían para incrementar la inflación.

     Entre las páginas 700 y 702 se editaron unas tablas tituladas “Curso del cambio en Venezuela durante los años de 1913 a 1919”. En ellas aparecen por cada año y dividido por los meses de enero a diciembre lo correspondiente a libras, dólares, florines, francos, marcos, pesetas y liras en el ámbito cambiario.

     Entre las páginas 702 y 710 fue insertado un artículo que llevó por título: “La Real Hacienda en el régimen colonial de España” cuyo autor era un profesor de historia de la universidad de Yale de nombre C. H. Haring. Este trabajo fue reproducido de: The American Historical Review, correspondiente a julio de 1918.

     En las páginas finales se dio a conocer: “Lista alfabética de los catálogos recibidos por la Cámara de Comercio de Caracas y existentes en su Biblioteca, para 1920”. La mayoría de estos inventarios eran del año de 1919, aunque habían de 1913, 1914 y 1918. En ellos se ofrecían maquinarias de distinto tipo, procesadoras de materias primas, materiales de construcción, autopartes y camiones de carga, entre otros, provenientes de distintos países.

     En la sección de correspondencias se pueden leer propuestas de una fábrica de chocolates y galletas, asentada en La Habana para negociar cacao proveniente de Venezuela. Desde Austria se proponían lazos comerciales con exportadores de cuero seco de res, café y cacao, entre otros productos. Propuestas desde París, Bordeaux, Marsella, Constanza, Oklahoma, Puerto Rico y Viena eran para relacionarse con exportadores venezolanos.

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Boletín – Volumen 109

La compañía de carnes congeladas de Puerto Cabello.

Boletín – Volumen 114

Inicialmente, “Situación mercantil”. En sus primeras líneas se lee: “En abril los negocios en general estuvieron más animados.

Boletín – Volumen 90

Las fiestas de la inauguración de la estatua del Libertador

Boletín – Volumen 76

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Boletín – Volumen 76

Sinopsis

Por: Dr. Jorge Bracho

     En esta edición, con fecha primero de marzo de 1920, se agregaron nuevos avisos publicitarios de representaciones para la importación y exportaciones de bienes bajo la firma J. G. White, servicios ópticos y de farmacopea a cargo de Constanzo Vanzina y de consignación y comisión en general bajo la responsabilidad de S. Plaza.

     Para este número setenta y seis los editores presentaron un Índice de la Ley de Aduanas (desde la letra A hasta la letra Z) con el propósito de facilitar su consulta por parte de quienes se dedicaban a actividades comerciales y mercantiles. En el mismo se advirtió que fue preparado por un conocedor de estos aspectos legales.

     Entre las páginas 686 y 690 se publicó “El tercero de los Temas de la Alta Comisión Internacional – 1919”. Este aparte fue dedicado al crédito nacional y los factores que lo afectaban junto con el monto y el carácter de las deudas públicas. En el mismo se aclaró el significado de las denominaciones Crédito exterior y Crédito interior. Se trató lo correspondiente a la Ley de Colombia del 22 de mayo de 1826, la nueva Ley de Crédito Público del 11 de junio de 1915. En lo que respecta al Crédito Interior se explicó que abarcaba la Deuda Nacional Interna Consolidada del 3% anual, la Deuda Inscrita y los Bonos del Tesoro que sumaban un total de 49.070.831,92 bolívares. 

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     Respecto al Crédito Exterior sumó un total de 93.952.410,73 bolívares. En esta última estuvo contemplada la Deuda Nacional del 3% por Convenios Diplomáticos, Certificados Provisionales (españoles), Deuda Diplomática del 3% anual (Emisión de 1905) y Deuda Diplomática sin intereses (Protocolo de arreglo venezolano – francés del 14 de enero de 1915). Para cada caso se daba la explicación de las deudas y cuya reclamación requería de atención gubernamental.

     En “Sección de Correspondencia”, como venía siendo usual en el Boletín, se ofertaban servicios para ensanchar relaciones económicas con casas comerciales asentadas en Venezuela. Las ofertas provenían de distintos espacios territoriales como Puerto Rico, Florencia, Yucatán, Nueva Orleans, Matanzas, Gibraltar, Lucca, El Cairo, Kansas City, Tokio y París. Las ofertas iban desde el ofrecimiento de bienes exportables junto con lo que pudiera ser colocado en tierras de Venezuela. Entre los bienes ofertados y demandados iban desde el café, el cacao, aceites, azúcar refinada y tabaco, se ofrecían desde el exterior cigarrillos, instrumental médico y odontológico.

     La comunicación enviada por el Consulado americano, el 2 de febrero de 1920, contemplaba algunas peticiones y propuestas de comerciantes y fabricantes estadounidenses. Entre ellas se ofertaban correas de transmisión, correas hechas de cuero, papel fino para correspondencia y jabones de distintos tipos y usos, el requerimiento se circunscribió a cueros, pieles, cuernos y otros productos similares provenientes de Venezuela. Una información suministrada por el mismo Cónsul daba cuenta de las exportaciones que se habían dirigido a territorio estadounidense, incluido Puerto Rico, por un monto 4.611.846 bolívares. Entre ellas se encontraban el café, cacao, cueros de res, pieles de chivo y venado, carboyas de hierro y cobre viejo, entre otros. Agregaron otra información proporcionada por el mismo funcionario respecto a las exportaciones para los meses de enero y febrero desde el año de 1912 hasta 1920.

     Una breve sección denominada “Participaciones” daba a conocer algunos cambios entre socios comerciales y aperturas de nuevos establecimientos comerciales. Una escueta comunicación presentaba información acerca del balance comercial de los Estados Unidos de Norteamérica. Comercio que le era favorable frente a sus socios en Asia, Suramérica y Europa. Líneas después se encargaron de anunciar la actualización del estudio que habían presentado en ediciones anteriores, titulado “Apuntes sobre la riqueza mineralógica de Venezuela”, escrito originalmente en 1915 por Germán González.

     Al final se presentó una información extractada del Suplemento Comercial de The Times, publicado en Londres, donde se informaba sobre las medidas recomendadas al gobierno británico por parte del Comité de Circulación y Cambios para la reforma de la circulación monetaria. De igual modo, se anexó un decreto firmado por el presidente provisional Márquez Bustillos relacionado con la creación de nuevos cargos en la aduana de La Guaira: un interventor, un guarda – almacén, un liquidador, dos oficiales auxiliares y cuatro oficiales de reconocimiento y almacenes, con sus respectivas asignaciones mensuales. Se anexó, asimismo un Suplemento al Boletín número 76 referido al “Convenio de Arbitraje comercial celebrado entre la Cámara de Comercio de Caracas y la Cámara de Comercio de los EEUU”, refrendado por H. L. Ferguson y H. Pérez Dupuy.

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Boletín – Volumen 158

Esta edición comienza con un mensaje de salutación para el nuevo año de 1927.

Boletín – Volumen 132

“La primera quincena de octubre presentó alguna animación que fue decayendo al fin del mes, sobre todo en lo que se refiere a la circulación de numerario.

Boletín – Volumen 169

“En noviembre vinieron a Caracas algunos compradores y efectuaron compras metódicas.

Boletín – Volumen 75

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Boletín – Volumen 75

Sinopsis

Por: Dr. Jorge Bracho

Para el primero de febrero del año de 1920 se dio a conocer el número 75 del Boletín, el cual se sumaba a la denominada segunda época correspondiente al año IX. Una de las novedades de esta edición fue la del aumento de anuncios publicitarios. A los ya habituales se sumaron: Santana y Compañía, encargada de la distribución de neumáticos marca Hartford, el agente de aduanas y negociante S. Plaza M., el abogado J. E. Sánchez Afanador, una distribuidora de camas: Sucre Paredes y una firma de Álamo – Ybarra.

     Uno de los avisos publicitarios habituales era “La India” cuyo despliegue ocupaba la mitad de una página. Se indicaba en él: “Acaba de recibir por vapor “Bologna” los siguientes artículos: Turrones de Jijona, Alicante, Masapán, Cádiz y Yona. Almendras cubiertas de superior calidad. Avellanas cubiertas, Piñones cubiertos, Garrapiñadas, Torrat de Anís, Peladillas de Alcoy, Frutas heladas, cristalizadas y glasadas. Bombones de Pastas de frutas y de Pasta de Almendras. Gran surtido en Cofres japoneses y cesticas propias para regalos”. En negritas y aparte se ofrecían helados de goma, de mantecado y de frutas, “Los mejores de la capital” según se anotó en el anuncio.

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     La edición abrió con informaciones recientes respecto a los nuevos miembros que se incorporaban a la Cámara. Entre ellos dos de Valencia, Eduardo Berrizbeitia y Ernesto Branger, una Compañía de Ferrocarril de Puerto Cabello, de Coro, G. M. Henriquez, García Hermanos de Barquisimeto, Lahoud y Compañía de Caracas, Eduardo Lindheimer y Compañía de Barquisimeto, Manuel L. Malaret de Cumaná, J.M. Miranda Ferrer también de esta ciudad del oriente de Venezuela y, por último, I. A. Senior e hijo de Coro.

     Entre los artículos se editó la conclusión de “Apuntes sobre la riqueza mineralógica de Venezuela” redactada por Germán Jiménez. El mismo cerró esta disertación con el examen de la minería de las sustancias no metálicas, en este caso el asfalto. En una sección posterior, titulada “Participaciones de constitución de firmas mercantiles” se dio a conocer el establecimiento de nuevas dependencias comerciales tales como: la Editorial Victoria, en Caracas, representada por Manrique y Ramírez Ángel, la Tipografía Vargas, en Caracas, bajo la responsabilidad de Aguerrevere y Guruceaga, compra y venta de frutos del país de Otero y Díaz, en Caracas, así como el establecimiento de la Trading Engineers en Venezuela.

     Un aparte titulado “Estadística” fue preparado por miembros de la Cámara para ofrecer cifras correspondientes a productos venezolanos de exportación, entre ellos los atinentes al café y el cacao, de acuerdo con información suministrada por el Ministerio de Hacienda que abarcaron desde los años 1902-1903 hasta 1917-1918. En el mismo gráfico aparecen números relacionados con los lugares de origen de las salidas de estos productos.

     En “Información sobre algunas materias primas que produce Venezuela” e importadas desde Liverpool se dio a conocer que de las conchas de nácar debían ser enviadas muestras para futuros negocios, así como que el Guano debía ser enviado en frascos cerrados herméticamente para conservar su frescura, aunque continuaba siendo enviado en sacos. También la cola de pescado desde Maracaibo, rojo seco y oscuro oleoso aparecía entre los productos ofertados e importados desde Inglaterra.

     De igual manera, en este número se presentó un informe preparado por autoridades inglesas, relacionadas con la compañía de ferrocarriles, publicado en la revista The Economist, acerca de los progresos alcanzados por “La Compañía del Ferrocarril Central de Venezuela”. Seguidamente, se hizo extensiva la invitación a quienes viajaban a Nueva York con fines comerciales a informar al diario La Prensa, editado en esta ciudad, el motivo de su visita y así facilitar información de potenciales negociantes y lugares donde pernoctar durante la visita.

     De una revista editada en Francia que llevaba como nombre L’ Exportateur Francais se reprodujo un escrito, “Distribución del comercio francés durante una parte del año 1919”. Entre otros asuntos se informó acerca de la compra y venta de productos franceses, entre los meses de enero y octubre de 1919, por parte de países como los Estados Unidos de Norteamérica, Bélgica, España, Suiza, Italia, Brasil, Argentina, Rusia, Argelia y Marruecos.

     La “Sección de correspondencia” informaba acerca de propuestas provenientes de Génova, Italia, para relacionarse con comerciantes de Venezuela, otra proveniente de Lyon, Francia, en que se ofertaba el camión C. B. A., con capacidad de cuatro toneladas y que se había utilizado durante la Primera Guerra Mundial, así como un auto, H. P., cuyo uso podría ser para hombres de negocios y actividades turísticas. De Cuba se ofrecían servicios de importación y exportación y de Estados Unidos de Norteamérica se proponían alianzas del mismo tenor, aunque no por la representación de intermediarios o comisionistas. En este mismo orden de ideas, bajo el título: “Consulado americano, La Guaira 12 de febrero de 1920” se ofrecían intercambios comerciales de bienes como efectos eléctricos, de ferretería, de quincallería, máquinas de distinto tipo apropiadas para el trabajo agrícola y para fábricas, muebles, pianos, accesorios para automóviles, bicicletas, instrumental para dentistas, una nueva clase de cepillos dentales, lámparas incandescentes, medias y calcetines, entre otros.

     Del Suplemento Comercial de The Times editado en Londres se dio a conocer algunos pormenores de las importaciones latinoamericanas por parte de fabricantes y comerciantes ingleses. En el mismo se informó acerca de la escasez de aceite comestible en muchas partes del mundo. Por tal razón, sugirieron la necesidad de extender la producción de aceites provenientes de las nueces, así como el de coco, que se cotizaban muy bien en el mercado internacional. En el mismo escrito se indicó que Colombia y Venezuela contaban con frutos generadores de aceites. No obstante, el desarrollo de una industria en este sentido había tenido dificultades tecnológicas y culturales que no se habían podido superar.

     En las últimas páginas se dio a conocer “Informe de la Oficina de Comercio Exterior de The Merchants, Association of New York” en que se explicaban algunas cuestiones relacionadas con el comercio durante el período de la Primera Guerra y varias recomendaciones para su recuperación y eludir cualquier posibilidad de colapso.

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En la carilla 3353 “Nuevos miembros de la Cámara.

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Situación mercantil

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Las fiestas de la inauguración de la estatua del Libertador

Boletín – Volumen 74

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Boletín – Volumen 74

Sinopsis

Por: Dr. Jorge Bracho

     Para esta ocasión el Boletín ofreció otra entrega del trabajo realizado por Germán Jiménez, titulado “Apuntes sobre la riqueza mineralógica de Venezuela”. En las líneas trazadas bajo este título hizo referencia a la minería de las sustancias no metálicas, entre las que destacó las minas de carbón en los estados Anzoátegui y Falcón. También destacó lo referente a las minas de asfalto. Según la información anotada había veinte concesiones otorgadas, aunque la única en actividades era la situada en Guanoco y administrada por la New York and Bermudez Company. Estas consideraciones fueron acompañadas de datos de producción, características de los minerales e inversiones y ganancias en la minería.

     Seguidamente se insertó “Método empleado por las casas europeas para descontar en los bancos sus ventas a plazo”.En el mismo se dio a conocer el rol que cumplía el llamado comisionista o intermediario, el vendedor, el distribuidor, así como el procedimiento que debían realizar con los bancos y la empresa proveedora. En este corto escrito informativo se ofreció como ejemplo el caso de belgas, alemanes, italianos, entre otros para establecer relaciones de intercambio en América.

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     Bajo este mismo marco, se describió en “Nuestro sistema de exportación” concentrado en las modalidades de venta en Venezuela, las cuales se hacían por consignación o venta firme. De seguidas, se expuso “Sistema de nuestro comercio de importación” en que se informó, de un lado, las modalidades del cobro desde fuera del territorio y, por otro, que el comercio con Francia, Italia e Inglaterra era igual que antes de la Primera Guerra, con plazos de seis meses para cancelar e intereses entre 4 y 6 por ciento por año. A pesar de la brevedad de este escrito resulta interesante por datos que aporta en torno a las disposiciones favorables, mostradas por el comerciante venezolano, quien, al saber del texto, no contraía deudas por grandes importes. También, porque ofreció información en torno al tratamiento de los distribuidores de manufacturas europeas y exigidas por el americano. Lo que podría llamar la atención hoy es que las exportaciones o los exportadores americanos poco se preocupaban por la calidad de lo exportado en contraste con el trato de los europeos hacia el comerciante americano, según las líneas redactadas al respecto.

     En esta edición, correspondiente al primero de enero de mil novecientos veinte, se incorporó un texto nombrado como “Temas de la sección venezolana de la Alta Comisión Internacional” que, según se publicó fueron tomados de un folleto publicado por la misma Comisión. De ella se dio a conocer un fragmento del tema dos: “Aceptaciones comerciales”. En este aparte se habló en torno a los bancos y lo novedoso que para los comerciantes venezolanos resultaban las transacciones mediante entidades bancarias. De igual, manera se incorporó un tema relacionado con las medidas encaminadas a facilitar el intercambio mercantil entre las repúblicas americanas.

     Más adelante se publicó un prospecto de convenio de arbitraje. En la sección “Correspondencia” fue presentada una lista, enviada por el cónsul estadounidense, de casas comerciales asentadas en la América del Norte que tenían la intención de entablar relaciones comerciales con venezolanos dedicados a la compra y venta de manufacturas.
Al final, se publicó una reseña de una revista mensual, editada en Nueva York por Mc. Grau Hill, titulada Ingeniería internacional, en que los temas eran de interés comercial. De ella el Boletín reprodujo “El costo del oro” y “Precio del carbón en Inglaterra”. Como acompañamiento a esta información se presentó “Rápida sustitución del carbón por el petróleo en los buques mercantes americanos”. Se trató de un artículo tomado y traducido de: The Annalist. Publicación proveniente de Nueva York y de fecha noviembre 17 de 1919. Entre diversas consideraciones, se explica en él, con cierto matiz de asombro, que el 15 por ciento de las embarcaciones usaban petróleo como combustible, la disminución del uso del carbón, así como las ventajas de este cambio: se empleaban menos trabajadores.

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Boletín – Volumen 73

Apuntes sobre la riqueza mineralógica de Venezuela

Boletín – Volumen 99

Este número 99, correspondiente a febrero de 1922, abre la edición con “Situación mercantil”.

Boletín – Volumen 167

Transcurrió el mes sin diferenciarse mayormente del anterior agosto.

Boletín – Volumen 73

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Boletín – Volumen 73

Sinopsis

Por: Dr. Jorge Bracho

     En esta oportunidad el Boletín con fecha 1ª de diciembre de 1919 presentó la continuación del escrito, firmado por Germán Jiménez, cuyo título fue: “Apuntes sobre la riqueza mineralógica de Venezuela”. En esta tercera entrega se dedicó a examinar la minería de los metales, en especial, lo correspondiente a las minas de cobre, de hierro, así como yacimientos de sílice y azufre, plomo y bronce. El énfasis mayor lo hizo respecto a las minas de Aroa, ubicadas en el estado Yaracuy y su traslado a Puerto Cabello por la vía de Tucacas. Además de los aspectos técnicos de la explotación se refirió a las compañías que se dedicaron a la extracción de variados minerales.

    Como se hizo usual, la presentación de la correspondencia indicaba las posibilidades de inversión económica y mercantil que se ofrecían desde el exterior. Así, desde San Luis, Estados Unidos de Norteamérica, deseaban conocer de boticas y droguerías para establecer un tipo de relación comercial. Desde España una firma, cuya casa matriz se encontraba en Alemania, buscaba contactar representantes para colocar sus productos químicos. Ofertas de comisionistas, es decir, intermediarios o vendedores por parte de una firma neoyorkina para la distribución de distintas mercaderías, formaban parte de ellas.

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     Compañías dedicadas a la fabricación de materiales de construcción y textiles estadounidenses solicitaban agentes de colocación de sus productos. Igualmente, la búsqueda de productores de azúcar y café por parte de una distribuidora inglesa, así como distribuidores de pinturas provenientes de Estados Unidos de Norteamérica procuraban encontrar importadores y desde Holanda solicitaban establecer relaciones con productores de madera.

     En páginas subsiguientes apareció una reseña en la que se informó acerca de la instalación de la Cámara de Comercio de Carúpano y de la reorganización de la de Puerto Cabello. Por otra parte, se dio a conocer la posición de la Cámara de Comercio de Caracas respecto al aumento de fletes del ferrocarril de Caracas a La Guaira. Luego de presentar consideraciones en torno a la importancia de este medio de transporte, dieron a conocer su desacuerdo frente al incremento. Para dar vigor a sus argumentaciones presentaron cifras que daban cuenta de las ganancias percibidas y lo que se esperaba de renta en un futuro inmediato. En este orden de ideas, publicaron el contrato firmado por la compañía, en 1881, cuando inició sus servicios entre Caracas y La Guaira. Le acompañó a este documento el producto líquido de la compañía desde el año de 1909.

     Acerca de la licitación para la instalación de la telegrafía inalámbrica agregaron la propuesta hecha por parte de una corporación alemana que, según los editores, no pudo ser publicada en la edición número 72. Al final de este número fue presentado un breve artículo centrado en un fenómeno natural llamado “El Turbio”, por parte de los pescadores venezolanos. Su autor, César Terrero Monagas, señaló que era un fenómeno del mar cuyo origen se debía a una actividad volcánica. Para dar fuerza a su argumentación citó al naturalista alemán Alejandro de Humboldt. Según Terrero con este fenómeno se producían erupciones marinas, junto con ondas sísmicas. De acuerdo con su examen, este fenómeno natural sería la causa de la destrucción de los ostrales de madre – perla. Este escrito se presentó con un cuadro que muestra la aparición de este fenómeno natural entre 1902 y 1919.

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Boletín – Volumen 104

El juramento presidencial.

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La situación mercantil y los cambios

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Para esta fecha, 1 de octubre de 1924, se inicia este número con “Situación mercantil”.

Boletín – Volumen 72

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Boletín – Volumen 72

Sinopsis

Por: Dr. Jorge Bracho

     El impreso con fecha 1 de noviembre de 1919 inició con una información que hizo referencia a la incorporación de nuevos miembros de la Cámara de Comercio de Caracas. Información a la que sigue de inmediato la segunda entrega de “Apuntes sobre la riqueza mineralógica de Venezuela”, suscrita por Germán Jiménez. En el mismo se da continuidad al fragmento dedicado a la minería de los metales y en referencia a las minas de oro. Jiménez destacó, en esta oportunidad, las características generales del oro que reposaba en Guayana y riberas del Yuruary. Por tal motivo, presentó cuadros de producción de las minas existentes, en especial, la mina de El Callao, los dividendos generados por esta última y las ganancias generadas por la de nombre La Increíble.

      Se debe tener presente la pluralidad informativa del Boletín, en la mayor parte de sus emisiones. Un ejemplo resulta de la inserción de un artículo firmado por César Zumeta (1860-1955), quien ejerció cargos diplomáticos en representación del gobierno de Juan Vicente Gómez, que llevó por título: “El costo de nuestra política”. En este trabajo se encargó de recordar que las ganancias obtenidas mediante el comercio exterior, por parte de Venezuela, para 1908 fueron similares a las de 1808.

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     En el mismo escrito se encargó de alabar lo que para 1919 se obtenía con el comercio exterior de Venezuela y el papel del gobierno en este sentido.

     En los apartes siguientes se presentó un esbozo de la “licitación para la construcción de una estación de telegrafía sin hilos”, así como propuestas provenientes de Francia e Inglaterra para el desarrollo de este proyecto telegráfico. Las ofertas en este orden se ofrecen, en francés, inglés e italiano. Le sigue a esta información un aparte que corresponde a “Sección de Correspondencia”. Importante destacar la variedad de propuestas comerciales provenientes de negociantes de Francia, Alemania, Italia, La Habana, Georgia, Valparaíso, Monterrey, California, Zaragoza y Buenos Aires.

     Una de las propuestas que se hacía a comerciantes o fabricantes venezolanos fue hecha desde Hamburgo, de parte de Luis Baruch. En ella se decía que la industria alemana de la lana tardaría en recuperarse, por las secuelas del conflicto bélico, y se ofrecía para procesarla en Venezuela. Una agrupación, Jáuregui y Manrique, asentada en La Habana, ofertaba embarcaciones que podían llegar a puertos venezolanos. Por ello pedían cotizaciones al precio del café, frijoles, maíz, almidón, en tiempos de cosecha, especialmente para cosecheros de Carúpano, Valencia, Barcelona, Puerto Cabello, Maracaibo y Ciudad Bolívar.

     A estas proposiciones de negocios comerciales y mercantiles le sigue un breve artículo acerca del precio del carbón en Inglaterra. En el mismo se informaba que el incremento del precio de este mineral se debía a la necesidad de ajustar el salario de los trabajadores. Otra de las causas del aumento se adjudicó a los altos precios de textiles, productos químicos, gas y electricidad colaterales al trabajo en las minas de carbón. Se asentó que, en Inglaterra se conseguían productos más baratos, provenientes de Estados Unidos de Norteamérica, frente a los producidos por las industrias y fabricantes ingleses. De igual modo, se informaba que las importaciones eran mayores en Inglaterra que las exportaciones y que la libra esterlina se vendía en Nueva York a 4,33 dólares cuando su valor en suelo inglés era de 4,87.

     Al final de este número 72 apareció “Decima Segunda Feria de París” que se llevaría a cabo entre el 10 y el 25 de mayo del año 1920, en la capital francesa. En una escueta comunicación se informó que se expondrían productos franceses y que la organización era responsabilidad de la Cámara de Comercio parisiense, el Concejo Municipal y el Consejo General del Sena.

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Boletín – Volumen 129

Este número apareció el 1 de agosto de 1924 en cuyas páginas iniciales se lee “Situación mercantil”.

Boletín – Volumen 154

Al comienzo “Nuevos miembros de la Cámara”.

Boletín – Volumen 107

Situación mercantil

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