Los empresarios velan por los derechos de los venezolanos y el Estado de derecho

Los empresarios velan por los derechos de los venezolanos y el Estado de derecho

Los empresarios velan por los derechos de los venezolanos y el Estado de derecho

     La Cámara de Comercio, Industria y Servicios de Caracas, realizó su Asamblea General Extraordinaria, durante la cual su presidente Leonardo Palacios destacó el papel del empresario venezolano en estos tiempos y reflexionó sobre el tipo de instituciones que existen y el modelo adoptado por la organización que encabezará hasta el 2023.

     “Los empresarios somos venezolanos, y como tal debemos ser activos cooperantes de la transformación del país, procurar y velar tanto por nuestra rentabilidad como por el bienestar de la sociedad, los derechos fundamentales del ciudadano que son los mismos que los de los empresarios, no solo por ficción jurídica, sino porque como ciudadanos, que damos acción y forma a la empresa como abstracción y entidad económica, debemos velar por los derechos fundamentales y demás corolarios del Estado democrático de derecho, único sistema propicio para el desarrollo de los derechos seminales de libertad y propiedad, del cual penden y derivan todos los demás”.

     Palacios habla de organizaciones con «inteligencia emocional institucional», que propugnan por su reinvención, se afanan por lograr mantener sus espacios tradicionales y conquistar otros ámbitos de actuación. Asegura que el proceder de la organización gremial caraqueña es impulsado por una pasión indescriptible para propiciar los espacios para el diálogo y la crítica; escenarios para la búsqueda de bases consensuales, sin renunciar a su valores primarios y principios originarios.

     La Cámara de Caracas, desde la visión monolítica de su comité ejecutivo, trabaja en defensa de la la empresarialidad y la generación de riqueza, que en situaciones de normalidad y plena vigencia del Estado de derecho, generarían bienestar y desarrollo económico en beneficio de la sociedad y sector público, aumentando la base de imposición, reducción de la evasión fiscal y estabilidad de las finanzas públicas. El organismo gremial apela a la innovación, la creatividad, las alianzas interinstitucionales, la mancomunidad de asociaciones y entidades similares para la cooperación en beneficio de los derechos e intereses de sus afiliados y del país.

     La institución ha formulado críticas con asidero económico, financiero y legal, presentando alternativas en propuestas y proyectos mediante su participación en los procesos de consulta. 

     En algunos de sus pronunciamientos, ha señalado la excesiva regulación, de la cual se originan incrementos en los costos de transacción, inflación, cierres de empresas y una angustiante informalización de la economía, que conduce una descapitalización, desinversión, pérdidas de fuentes trabajo, disminución de la productividad de bienes y servicio con la consecuente escasez de productos, situación que se agrava con la adopción de medidas que estimula el consumo de bienes importados, como por ejemplo, la exoneración del IVA para su internalización, en perjuicio de la industria nacional.

     En la Asamblea General Extraordinaria de la Cámara de Caracas, realizada el 8 de julio, fue juramentado su Comité Ejecutivo para la gestión 2021-2023: Leonardo Palacios, presidente; Diego Romero Rodríguez, vicepresidente; William Ramak, Segundo Vicepresidente; y José Javier García, Tesorero.

     En el evento participaron los líderes de los organismos gremiales del país. Ricardo Cusano, presidente de Fedecámaras; Adán Celis, presidente de Conindustria; y Tiziana Polesel, presidenta de Consecomercio.

El pillaje durante La Independencia

El pillaje durante La Independencia

POR AQUÍ PASARON

El pillaje durante La Independencia

     En una oportunidad anterior hicimos referencia a la presencia del saqueo entre los integrantes del ejército que enarboló las banderas del rey, de acuerdo con el estudio realizado por el historiador Germán Carrera Damas a inicios de la década de 1960, cuyo título de la primera edición fue: Aspectos socioeconómicos de la guerra de Independencia. En esta exploración y análisis ofrece al lector asuntos de relevante interés respecto al pillaje, exacciones y saqueos adjudicados, en especial, a José Tomás Boves por parte de quienes han cultivado la historiografía tradicional venezolana. El autor de esta obra recordó que, el peso de los sentimientos patrióticos y de los prejuicios morales en la “reciente historiografía venezolana sobre la Independencia se manifiesta, entre otras formas, en el ocultamiento intencional de los aspectos moralmente chocantes, o que de alguna manera puedan rebajar la condición ética artificiosamente concedida a la par que exigida a los libertadores”. Carrera Damas califica de mojigatería esta intención que llega al extremo de citar algunos de los rasgos indeseables del campo realista para mostrar la pronta y ejemplar corrección realizada por los patriotas en acciones de saqueo.

Más allá de la emancipación

     Ello ha servido para dar fuerza a la actitud correcta del héroe que abrió los ojos del negro, mulato o pardo para seguir el camino del bien y la bonhomía propia de quienes comandaron las tropas republicanas.

     Carrera le hace frente a una idílica apreciación alrededor de la guerra de Independencia al señalar que nada de angelical tuvo la guerra de emancipación, así como tampoco ese pequeño infierno, que se escenificó en Venezuela, no fueron los opositores a la Independencia los únicos responsables de los atropellos, pillaje y violaciones a la propiedad que aquella historiografía les ha adjudicado. El mismo autor invitó a la lectura de las versiones acerca de esta cuestión expuestas por Eloy G. González, Rufino Blanco Fombona y Laureano Vallenilla Lanz, entre otros. Incluso, la tesis expuesta por Vallenilla Lanz acerca de la guerra de emancipación como guerra civil, no ha sido del agrado de los historiadores venezolanos y cuando se hace referencia a ella se suele apreciar como un descubrimiento osado. Esto no debe ser precisado como una simple expresión emotiva de un tipo de historiografía, sino a una tendencia muy generalizada entre una historiografía que muestra y ha mostrado desdén por la crítica y la revisión de testimonios relacionados con el tema.

     En este orden de ideas, son escasas las referencias acerca de los saqueos entre los integrantes del ejército republicano y si se llega a hacer referencia a saqueos se los sitúa dentro de operaciones personales, no como una acción relacionada con el conflicto armado alrededor de la emancipación. Sin embargo, Carrera añadió que no eran escasos los testimonios para echar mano de sólo alegatos realistas, al recordar palabras escritas por el Arzobispo Narciso Coll y Prat quien adjudicó una fuerte inclinación al pillaje por parte de los republicanos y en contraste con el manejo de las armas para la defensa de su “titulada patria”. Por supuesto, se debe tener en cuenta las exageraciones muy comunes entre quienes se enfrentaban por la vía de las armas. Como ejemplo se pueden revisar proclamas de jefes realistas y frente a ellas los escritos a favor de los patriotas, Bolívar en especial.

     Bajo este marco, Carrera advirtió que, pese a la escasa exploración de la que ha sido objeto este tema, la esencia mixta de los testimonios disponibles para estudiar esta cuestión no resulta ser diferente a la instrumentada para tratar el mismo tema respecto a los realistas. Además, añadió la necesidad del alejamiento de la tesis según la cual todo testimonio proveniente de los seguidores del rey se debiera considerar sospechoso o falso. Lo mismo cabría para los divulgados por los republicanos respecto a los realistas y a quienes se le oponían. Advirtió que luego de una búsqueda no muy prolongada se habían, él y sus asistentes, topado con un conjunto de pruebas de valor para demostrar de forma global la existencia misma de los hechos que se abordan en ellas. Esto permitió tratar la temática en cuestión de una manera menos parcial y plagada de prejuicios tal como lo ha hecho una alta proporción de historiadores venezolanos.

     De ahí el requerimiento de la renovación y afinamientos de criterios de interpretación “inercialmente aplicados, por ejemplo, a las fechorías de Boves”. A lo que se debe sumar la urgente disposición para poner al descubierto otras interpretaciones que ofrezcan una versión de la Independencia en que se restituya su talante real, es decir, de un complejo enmarañado de situaciones y tendencias, “dejando así de ser la plana confrontación del bien y el mal en que la ha convertido la historia oficial”. Al proponer otra vertiente interpretativa Carrera anotó que las pequeñas partidas de guerrilleros, dedicadas a hostigar las líneas de abastecimiento de sus enemigos, y de sus destacamentos poco numerosos, tuvieron en el saqueo y el pillaje una forma exclusiva de abastecimiento. 

     Las acciones circunscritas en el saqueo y el pillaje no sólo deben ser adjudicadas a ejecuciones de indisciplina o a actitudes particulares de jefes de menor rango. Testimonios como los expuestos por José Antonio Páez y la Gaceta de Caracas revisten gran importancia para corroborar gestiones de los patriotas ante el saqueo y que contradicen lo que la historiografía ha difundido de modo prominente. Carrera recordó algunos pasajes estampados en este oficioso órgano periodístico, durante la dictadura de Bolívar, en tiempos de la Segunda República, en que sin ningún empacho ni comedimiento se divulgaban informaciones de confiscaciones y hurto de propiedades realistas.

     Carrera enfatizó en el hecho cierto en torno a la actitud asumida por las tropas del rey, en su intento de reocupar el territorio perdido, al recurrir al saqueo y el pillaje de manera preponderante, aunque acompañados con las propias de las exacciones teñidas de legalidad. En el caso de los propugnadores de la república, si bien no dejaron de lado las primeras se inclinaron, según las circunstancias de 1813 y 1814, por las exacciones. Para la colecta de provisiones y elementos de guerra fue la exacción el ejercicio más frecuente ejercido sobre la población que habitaba el campo venezolano. Fueron distintas las formas utilizadas para el acopio de bienes indispensables para la supervivencia de los ejércitos y el desarrollo de las actividades militares.

     Las adquisiciones con pago diferido y aleatorio se utilizaron para ordenar la administración y “cuidar la opinión”. Su propósito inicial, de acuerdo con el autor, era no hacer uso excesivo del saqueo y los despojos de los que eran objeto los pobladores de campos y ciudades de Venezuela. El diferimiento de pagos se instrumentó por la penuria en la que se encontraban muchos productores de la comarca y que repercutió de modo negativo en la contribución al Erario. En cuanto a la modalidad aleatoria se instrumentó por la inestabilidad implícita en cualquier circunstancia donde predominaba el factor militar. 

     Carrera proporcionó la información según la cual en algunas ocasiones el acopio de cualquier tipo de recursos y elementos para la guerra, se trocaron en simple despojo, sólo que aparecían encubiertos por las palabras extraer y donativo, términos que adquirieron significados insospechados. En su relato sugirió que el procedimiento para obtener recursos fue respondido, en varias oportunidades, bajo el atropello y el despojo violento de los propietarios, “lo que no podía dejar de tener serias repercusiones en el orden político y militar”. En este contexto, citó algunas ideas esbozadas por José Manuel Restrepo quien ofreció una “interesante consideración crítica acerca de la evolución de su testimonio”.

     A Carrera le llamó la atención la situación durante la Segunda República, por lo que citó a un personaje que llegó a ocupar cargos de importancia en tiempos de la República de Colombia. Restrepo describió que la mayoría de los combates se presentaron en los primeros veinte días del mes de septiembre de 1813. A poco de recibir a Bolívar y sus soldados con vítores, habitantes de la comarca fueron seducidos de nuevo por las tropas realistas. Restrepo adjudicó esta inclinación al decreto de Guerra a Muerte, por los forzosos reclutamientos, con la destrucción y exacciones forzadas de propiedades que, al decir del testigo neogranadino, eran muy parecidas a las ejecutadas por los realistas al mando de Monteverde.

     Carrera dio crédito a las reflexiones de este neogranadino y citó algunos pasajes por él delineados en Historia de la revolución en Venezuela. En lo que se refiere a la administración pública del momento, Restrepo señaló que cuando Bolívar dirigía los asuntos administrativos de manera directa había obediencia de los mandos militares. No obstante, al dividirse el ejército en distintas unidades “cualquiera oficial procedía arbitrariamente a disponer de los bienes de cuantos él denominaba realistas”. Sin embargo, Carrera mostró perplejidad ante algunas aseveraciones de Restrepo respecto a la política bolivariana de las exacciones y lo que los tenientes bajo su mando llevaron a cabo de modo arbitrario.

     Carrera calificó de vana ilusión un proceder distinto al que se vivió entre los años de 1813 y 1814, por la necesidad de bienes necesarios para mantener a fuerzas militares que libraban la lucha a favor de la emancipación. Las provisiones forzosas se convirtieron de uso común entre realistas y republicanos. Insistió Carrera en reiterar cómo las posiciones respectivas de los grupos en pugna determinaron que de parte de los republicanos “predominasen las formas veladas de saqueo”. Ellas se maquillaron bajo la figura de empréstitos forzados, impuestos, contribuciones o multas. Gracias a estas prácticas se intentó garantizar la circulación de suministros, dinero y de todo tipo de provisiones necesarias para la guerra. “Ellos consumían de manera nada secundaria la actividad de las autoridades militares y civiles, y han perdurado abundantes pruebas de sus cuidados”.

     En su relato señaló que, a pocos días de haber ingresado Bolívar a Caracas en 1813, se habían reunido en La Guaira, el 18 de enero de 1813, miembros de la Municipalidad con vecinos de Maiquetía y Macuto, para considerar acerca de empréstitos a la Renta del Tabaco con retribución o no a favor de la República. Carrera indicó que así quedaba sellada la fórmula. En el futuro, cuanto más difícil fuese la situación las necesidades de recursos se acrecentaba, y medidas como esta se generalizaron. En lo concerniente a impuestos y contribuciones trajo a colación la correspondiente al 15 de septiembre de 1813. Los fundamentos esbozados para su aplicación tuvieron que ver con la situación hacendaria de la República. En ellas se señalaron las urgencias republicanas por el agotamiento de los recursos en distintas provincias, Caracas en especial. El impuesto se precisó como un deber “sagrado” de todo ciudadano a sacrificar sus intereses para salvar la Patria. De ello se llegó a la cifra de 70 mil pesos para la provincia de Caracas, distribuidos entre todos los habitantes con independencia a su clase y calidad, a pesar de las penurias que estaban experimentando por la guerra.

     En torno a esta propuesta el autor asumió que desconocía las consecuencias de su aplicación, que debió haber comenzado por Caracas. Sin embargo, alegó que los indicios documentales no eran halagadores. Si medidas como la señalada no parecen haber sido efectivas quedaban otras opciones más poderosas: las multas y los donativos. El carácter de éstas era expedito y no requería de mayor aparataje administrativo o de convencimiento de los afectados de la medida que se aplicara. Eran aplicadas de manera directa del administrador al contribuyente. Este último estaba situado en un lugar de desventaja y poca posibilidad de elusión. Carrera desmintió a Vicente Lecuna quien expresó el exiguo resultado de esta medida. 

     En todo caso, los actos señalados respondieron a circunstancias y constantes históricas en las que se encontraron realistas y patriotas. Según Carrera no hubo un momento preciso para el saqueo, el despojo y la exacción, entre 1810 y la segunda Batalla de Carabobo, y “aún más allá si aceptamos algunos juicios, indicios y testimonios”. Carrera reconoció que eran pocos, pero suficientes para una aproximación a la posibilidad, con suficiente fundamento, de un fenómeno histórico.

Evolución del desarrollo urbano caraqueño – Parte I

Evolución del desarrollo urbano caraqueño – Parte I

CRÓNICAS DE LA CIUDAD

Evolución del desarrollo urbano caraqueño – Parte I

     A tres lochas (37 céntimos y medio) compraron el terreno para construir quintas en El Paraíso los primeros inversionistas que se animaron, en 1891, a comenzar a poblar la entonces aristocrática urbanización al suroeste de Caracas. Ya a principios del siglo XX, hacia el lejano este de la ciudad, podía conseguirse un buen espacio en las faldas del cerro Ávila, en Los Chorros, por alrededor de una locha o medio (0,25 céntimos) el metro cuadrado. En un reportaje publicado en el diario La Esfera, el 9 de diciembre de 1959, bajo el título de “Medio siglo de arquitectura urbana”, Ana Mercedes Pérez ofrece interesantísimos detalles en torno a cómo se levantaron las primeras urbanizaciones en Caracas para las diferentes clases sociales.

 

Cómo nacieron las urbanizaciones de Caracas

      La ciudad no es la misma de la historia, aquella de nuestros antepasados, ya ni siquiera la dueña singular de nuestros recuerdos en amados sitios de la juventud. No es la que nos vio nacer ni la que nos dio las aguas del bautismo. Pareciera que lleva un antifaz. A lo largo de los años la hemos visto crecer, expandirse, desarticularse, enervarse o recogerse más en la intimidad de un recodo para darle paso a la avalancha de un mundo exterior que quiso conocerla y hacerla suya. La luz esplendorosa, el paisaje azulino, el patio y su turpial, la gota silente del tinajero han sido encerrados en un bloque de cemento. Era la casa de ladrillos, levantada con amor por la mano del hombre.

     Quedan exteriores que hemos visto siempre. Ya para fines de siglo enarbolaba un soberbio Capitolio construido en noventa días, que no ha perdido la heroicidad de su belleza. La Plaza Mayor está en el mismo sitio, dirigiendo el norte de las remembranzas de una vieja Caracas de gustos simples. 

Parque Los Caobos, urbanización El Paraíso, 1928

     El Teatro Municipal refulge para los caraqueños plenos de remembranzas, de murmullos musicales, de arte, de poderío. Allí se han dado los mejores espectáculos y Guzmán Blanco se dio el gusto de perpetuar su memoria cerca de un siglo. Había soñado con hacer de esta capital un pequeño París, haciendo construir una capilla semejante a la de la Ciudad-Luz, con vitrales tan hábilmente dispuestos por el arquitecto Hurtado Manrique, que no se semejaran a ninguno.

     Su obra en conjunto tiene el elogio de unos y el anatema de otros, de arquitectos serios como Carlos Guinand, que nunca le perdonará el haber derribado el templo de San Pablo ̶̶ una joya colonial de tres siglos ̶̶ para colocar en su lugar un teatro para la Ópera, que ha podido construirse en otro sitio.

     Pero. . . ¡si en verdad Guzmán hubiese hecho de Caracas su pequeño París! No hay que olvidar que París es recordado y encontrado en toda época inalterable y único y que los venezolanos siguen perdiéndose en su propia ciudad.

Capilla San Jose de Tarbes

Terremotos

     Caracas ha sido una ciudad sacudida en diversos siglos. En 1641 y 1766 -según cronistas-, dos fuertes terremotos hacen caer algunas casas y agrietan algunos templos. Los templos de los españoles fueron nuestra mejor herencia. Aunque si le preguntamos de nuevo a algunos románticos nos responderán que dónde hemos dejado las casas solariegas con sus patios olorosos a magnolia, a jazmín real, a estefanón, aromas naturales que se percibían desde el zaguán. Las plantas surgían de la misma tierra, en caprichosos círculos. Verdadera arquitectura para el trópico. En Coro y Valencia aún existen algunas de esas mansiones, desglosando su frescor entre rosales.

     El terremoto de 1900 con la revolución de pánico que despertó, volvió timoratos a algunos en la construcción, aunque personas adineradas se hacen construir fuertes casas contra temblores en la urbanización del Paraíso, iniciada nueve años atrás. Alberto Smith trajo casas prefabricadas y Roberto García, arquitecto notable cuando Guzmán Blanco, constructor de la parte norte del Capitolio, se construyó una casa de metal que los caraqueños apodan “casa de latón”. Era un contrasentido, para quien hubiera podido construirse la casa más bella de Caracas. Surgen otras casas de hierro, recubiertas de cemento en dicha urbanización. 

Primer impacto destructivo

     La traída del ferrocarril alemán a fines del siglo  ̶ ̶ informa Guinand ̶ abrió el primer impacto de destrucción. Vinieron ingenieros alemanes a construir estaciones de cemento a lo largo del país. Desde ese momento la gente novelera, que siempre la ha habido en Caracas, cambió el piso de ladrillo y su frescor por la cálida materia consistente. Surgirán entonces las industrias del cemento, la de Chellini y la de González Velásquez y se parecerán la mayoría de las casas a estaciones de ferrocarril.

     Todo comienza por vaciarse en cemento, embarandados y tejas, las primeras prensas de cemento y su fabuloso beneficio empieza por aniquilar lo nuestro. Desaparecen las primeras casas con techos rojos. El ladrillo y la cal, donde el hombre deja un poco de su espíritu, es reemplazado por la dura superficie. Lo lamentable es que grandes y serios arquitectos de la época, como Alejandro Chataign, no advirtieron el peligro de tan deplorable mal gusto a los caraqueños. La diferencia se observa cuando visitamos y encontramos en el Perú y Argentina hermosas mansiones con repulidos pisos de ladrillos.

San Jose de Tarbes El Paraiso
Casas en las urbanizaciones de Los Caobos y El Conde, 1932

Urbanización de El Paraíso

     En los terrenos que pertenecían al trapiche de los Echezuría, se empezó a construir El Paraíso en 1891. La primera casa fue la del gerente Don Felix Ribas. Creemos, aunque no lo damos por seguro, que fue Monte Helena ya próxima a desaparecer; la pica demoledora ha caído sobre sus puertas de más de medio siglo. Las guerras civiles y revoluciones detuvieron el progreso del Paraíso en sus primeros años. Crespo en 1895 decide continuarlo. El terremoto de 1900 lo estanca. Fue cinco años más tarde cuando el viejo Don Eugenio Mendoza (padre de los Mendoza Goiticoa) logra convencer a su compañero de labores en el tranvía Don Félix Ribas, para que le venda a su gran amigo Don Carlos Zuloaga, los terrenos que partían desde la Plaza Madariaga hasta la India. El 11 de diciembre de 1905, Don Eugenio, a nombre de los Tranvías de Caracas, traspasaba a su amigo Carlos Zuloaga, la propiedad con excepción de los lotes ya vencidos y vendidos.

     Don Eugenio vendió terrenos Bs. 0,37 el metro cuadrado. Despertó entre sus clientes la inquietud por construir. Las hermanas de Don Félix cambiaron sus acciones en el tranvía por terrenos en el Paraíso. Las primeras casas que surgieron fueron la quinta Mignon, donde se fundó después el Club Paraíso, la de José Loreto Arismendi, la de Don Carlos Zuluoaga, de Doña Catalina Ibarra de Delfino y de Raimundo Fonseca.

     El Paraíso permaneció por muchos años como una de las urbanizaciones aristocráticas. Allí nació nuestro hipódromo,  en 1908,  sobre un terreno que donó Don Carlos Zuloaga a la Municipalidad para un parque. Hoy, en el nuevo proyecto de la Gobernación, se realiza su sueño cincuenta años después. 

     El Colegio San José de Tarbes aumentó el prestigio de El Paraíso. Don Carlos también les regaló un terreno para que construyeran la capilla. La Municipalidad construyó la Plaza Madariaga comprando a tres reales la vara cuadrada.

Segundo impacto: La pianola

     Hacia 1915 llega a Caracas un raro artefacto que podía tocar mecánicamente desde la sublime serenata de Chopin hasta el cuplé de moda. Entra su voluminosa arquitectura en algunas mansiones y con ella la fiebre del one step y el two step.

     Ya se inicia tentador el mosaico hidraúlico y aunque para bailar no hay como el discreto piso de madera encerada, ésta también se desecha por el multicolor y novedoso cuadrante. Segundo impacto de destrucción.

     La pianola termina por aniquilar la belleza de ciertos patios caraqueños, aún poblados de enredaderas y pajareras. Caen las “bellísimas” al suelo y con ellas el aroma penetrante de una noche de luna. Surgen los potes de cemento con matas de palma. Pero, naturalmente, los caraqueños ya pueden deslizar los pies musicalmente sobre el mosaico que ya empieza a entronizarse. Algunos propietarios, de mal gusto, lo incrustan hasta en las paredes de su casa. Se dan bailes en los patios, los que antes eran solo en el salón y el paraqué. La línea de la casa se alarga en su entrada y se recorta en la cocina. La gente empieza por guardar la apariencia.

 

La COVID-19 aceleró los procesos de transformación digital

La COVID-19 aceleró los procesos de transformación digital

La COVID-19 aceleró los procesos de transformación digital

     “Tendencias tecnológicas: ¿amenaza u oportunidad?” fue el tema analizado en nuestro Comité de Innovación y Tecnología, por Pedro Pacheco, Socio Principal de PwC Venezuela.

     Pedro Pacheco inició hablando sobre la Cuarta Revolución Industrial y como todos los procesos de cambios generan incertidumbres y temores. Expuso que no tiene porque ser diferente a las otras revoluciones, lejos de destruir fuentes de empleo puede significar nuevas oportunidades laborales.

     Sobre la pandemia y el impacto del COVID-19 en las industrias, señaló que derivó probablemente una de las crisis más asimétricas, porque no afectó a todos de la misma forma. Para las organizaciones que antes del virus tenían planes hacia la transformación digital se tenía un plan inicial, en contraste con las organizaciones que tuvieron que hacerlo de forma rápida en plena contingencia.

     “Muchos aspectos de la humanidad, sociales y organizacionales están cambiando luego de la COVID-19 y es necesario identificar cuáles circunstancias, corrientes, tendencias estarán presentes en el futuro” dijo Pacheco.

     Planteó como un buen escenario, visualizar el presente como un océano de incertidumbres con archipiélagos de certezas y reconoció las megatendencias como esos archipiélagos. Las megatendencias son esos fenómenos que van a ocurrir independientemente del esfuerzo humano como el cambio demográfico y social, el poder económico global, la rápida urbanización y la irrupción de la tecnología.

     Aseguró que la tecnología tiene que estar obligatoriamente en la agenda de todas las empresas. De esta megatendencia, PwC desarrolló un modelo de 8 tecnologías esenciales: el internet de las cosas, la realidad aumentada, la realidad virtual, el blockchain, la inteligencia artificial, la impresión 3D, drones y los robots. Si las organizaciones desean evolucionar deben considerar estas innovaciones.

     Pacheco explicó que es posible que algunas de estas innovaciones eliminen puestos de trabajo, pero también pueden ser fuentes de oportunidades. Sin embargo, es fundamental acortar la brecha entre las competencias y las nuevas habilidades que va a demandar el futuro.

     “Es un tema de actitud”. También de transformación de enfoques en las organizaciones, incluidas las universidades. “Ser resilientes no es suficiente tenemos que ser longánimos, es decir perseverantes en las adversidades, solidarios, fieles a los principios, fortalecer el ánimo, generosidad en la conducta y soportar con paciencia”

     Entre las tendencias para este 2021, las empresas pueden tomar en cuenta cambios que incluyan tecnología como: los asistentes digitales con voz e inteligencia artificial, el internet de las cosas, la automatización de procesos con robótica, inversión en seguridad de datos, entre otras.

     Hizo énfasis sobre la importancia del concepto de desempleo. Para Pacheco, más que desempleo lo que existe son personas que no tienen las competencias que el mercado está demandado. Existen sectores que están en la búsqueda de personal y no se consigue. Por eso es importante analizar las megatendencias y capacitarse con habilidades para desarrollarse en esas áreas.

     Recomendó a las organizaciones tomar en cuenta los pilares para la gestión de costos y efectivo como manejar información confiable, hacer planificación de escenarios, incluir modelos de pronósticos y reconfigurar el área financiera para la automatización.

     En nuestro canal de YouTube puedes ver esta conferencia de nuestro Comité de Tecnología e Innovación, que preside Omar Hokche

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