Construida entre el 25 de julio de 1945 y el 31 de diciembre de 1949, la Avenida Bolívar coloca a Caracas a la altura de Roma, Paris, Londres y Nueva York. Por supuesto que la moderna vía caraqueña no será superior a la Quinta Avenida o a la Calle Corrientes o a la Avenida de los Campos Elíseos. Pero todas esas vías no supusieron más trabajo que el de construirlas, mientras que la nuestra ha tenido que comenzar por destruir intensamente, rompiendo la ciudad, trastornando su vida, para llegar a resolver su tránsito, en principio, y, en gran parte más tarde, el duro problema de la vivienda
La Avenida Bolívar fue construida entre 1945 y 1949, e inaugurada por el presidente de la Junta Militar de Gobierno, teniente coronel Carlos Delgado Chalbaud
“Ante distinguidas, así como de numeroso público, el presidente de la Junta Militar de Gobierno, teniente coronel Carlos Delgado Chalbaud, procedió a las doce del mediodía a cortar el cordón que dejó abierto definitivamente el transito por la Avenida Bolívar.
El tramo inaugurado es de aproximadamente unos 1.600 metros. Tiene unos 33 metros de ancho en toda su extensión, pero según se informó, en algunos sitios será ensanchada para que permita el estacionamiento de vehículos a ambos lados.
La hora marcada por el meridiano ese 31 de diciembre de 1949 fue para Venezuela el momento cumbre de su historia progresista en el medio siglo que ese día terminó.
Caracas entera, asombrada ante la realidad de lo que constituía su mayor preocupación, acompañó emocionada a la Junta de Gobierno y los técnicos dirigentes de la Avenida en los actos inaugurales.
Realizado el mencionado corte de la cinta por el presidente de la Junta Militar de Gobierno, quedó abierta al público para el tráfico de vehículos una espléndida vía que supone una capacidad por lo menos de seis calles, con lo que Caracas verá satisfecha que el arduo problema de la circulación tiende desde este momento a mejorar y van desapareciendo las causas que motivaban el atascamiento que constantemente se producía.
La visión de la Avenida, perfecta y bellísima en toda su extensión, desde su apertura y todo el día 1° de enero del recién nacido año 1950, fue la contemplación obligada de la ciudadanía, que, con exaltación entusiasta y asombrada, circuló por ella incansable y orgullosa de la obra realizada por Venezuela en beneficio de la urbe capitalina.
Uno de los momentos culminante de la inauguración fue cuando el presidente de la Junta de Gobierno impuso al Dr. Oscar Rodríguez, gerente de la Cía. Anónima Obras de la Avenida Bolívar, la Cruz de la orden Francisco de Miranda en Segunda Clase.
La numerosísima asistencia de invitados fue obsequiada con un lunch durante el cual se repartió con la mayor profusión un cuaderno descriptivo de la Avenida que fue aceptado por el público con el mayor entusiasmo, dedicándose de inmediato a recoger los autógrafos de los miembros del Gobierno y técnicos dirigentes de la Avenida, haciendo así del cuaderno un documento histórico de inapreciable valor.
La Avenida contaba con aproximadamente unos 1.600 metros de longitud, y unos 33 metros de ancho en toda su extensión
Caracas a la atura de Roma, Paris, Londres y Nueva York
Más de uno sonreirá maliciosamente ante lo que considerará como pretensión atrevida cuando estampamos los enunciados contenidos en el intertítulo de este párrafo los títulos.
Sin embargo, al escribirlos los hemos considerado cuidadosamente para no vernos atrapados por la crítica de posibles contradictores.
Evidentemente no trataremos de comparar a Caracas con la admirable grandiosidad de aquellas ciudades del Viejo Mundo, en las que la historia por milenios se ha hecho piedra, perspectiva y vía; tampoco tratamos de ponerla en parangón con la gigantesca acumulación de técnica y economía que son las grandes metrópolis del Nuevo Continente.
Más modestamente, queremos señalar, que Caracas abandonando sus encantos coloniales de princesa olvidada en el maternal regazo del Ávila, despierta y se acompasa al ritmo marcado por una civilización inexorable en sus leyes económicas, técnicas, demográficas, etc.
Por obra y gracia de la Avenida Bolívar, nuestra otrora dormida ciudad del Ávila entra en los términos que la permiten establecer cierto orden de comparación entre las metrópolis mundiales.
Caracas
La Avenida Bolívar es necesariamente exponente de la técnica más moderna y su belleza es de orden funcional. Su utilidad funcional, tanto como su belleza urbanística, queda reflejada como área de pulmón de la ciudad al estar acompañada del parque Los Caobos.
Paris
La Avenida de los Campos Elíseos correspondería a la Avenida Bolívar y el Jardín de la Tullerías al Parque Los Caobos. Sus magníficas proporciones equilibradas, la arquitectura de sus monumentos y edificios, su inigualable perspectiva, hacen merecedora a la vía parisina del primer puesto entre las grandes avenidas del mundo.
Londres
Hyde Park es, sin duda, el pulmón por excelencia y difícilmente podrá ser aventajada en el mundo. La elección de Grosvenor PL y Vauxhall Bge. Road hasta el río ha sido hecha pensando en Buckingham Palace y la Estación Victoria, las cuales llenan el trayecto con la grandeza característica y propia de Londres, la capital del más grande Imperio.
Roma
La Vía del Corso, que se inicia en la Plaza Venecia, para llegar a la del Popolo, antes de entrar al grandioso parque de Villa Borghese, el pulmón romano, presenta un sorprendente paralelo en diseño con la vía de la Avenida Bolívar y el amplio parque de Los Caobos, hecha la salvedad de que el gigantesco parque de Roma está considerado como uno de los más hermosos de Europa
Nueva York
La Quinta Avenida es por antonomasia la avenida del siglo XX. Parte de Washington Square para verterse en Central Park, el pulmón de Manhattan.
Sus características son las propias de la ciudad americana: estructura rectilínea en un diagrama de calles a ángulo recto. Cubos esbeltos que se elevan al cielo que limitan la calle y la perspectiva que ofrece al viandante haciéndole sentirse pequeño ante la magnitud de los universalmente conocidos rascacielos. La europea es la belleza clásica y equilibrada de Roma, espiritualizada en Paris y Londres; América es la belleza de la forma creada por las técnicas aplicadas sociales y económicas de la hora actual de la civilización.
En su época, la moderna vía caraqueña fue comparada con la Quinta Avenida de Nueva York, con la Calle Corrientes de Buenos Aires, la Vía del Corso de Roma y con la Avenida de los Campos Elíseos de París
Los trabajos de la Avenida Bolívar requirieron el empleo de un crecidísimo número de trabajadores y de las máquinas más modernas y potentes de la época
Los “Caterpillar” en la Avenida Bolívar
Los trabajos llevados a cabo en las obras de la Avenida Bolívar proporcionaron cuatrocientas mil toneladas de tierra, las cuales fueron transportadas en ochenta mil camiones.
La tierra de la Avenida Bolívar sirvió para rellenar las quebradas del Este, donde con ayuda de las máquinas “Caterpillar” se construyó otra gran avenida.
Esas cifras muestran la ingente obra que se realizó. Jamás se había emprendido obra urbana de igual envergadura, no ya en Caracas, sino en el mundo entero.
Evidentemente, las magníficas avenidas de los grandes países tuvieron que hacerse. No podemos decir que la Avenida Bolívar es superior a la Quinta Avenida o a la Calle Corrientes o a la Avenida de los Campos Elíseos. Pero todas esas vías no supusieron más trabajo que el de construirlas, mientras que nuestra Avenida Bolívar ha tenido que comenzar por destruir intensamente, rompiendo la ciudad, trastornando su vida, para llegar a resolver su tránsito, en principio, y, en gran parte más tarde, el duro problema de la vivienda.
La Avenida Bolívar es un ejemplo de actividad y un lujo que solo pueden permitirse los países jóvenes y en plena prosperidad.
Los trabajos de la Avenida Bolívar requirieron el empleo de un crecidísimo número de trabajadores y de las máquinas más modernas y potentes. La célebre “bola” que derrumbó el Hotel Majestic en una noche fue una innovación realmente “enérgica” en materia de demoliciones.
En cuanto a los trabajos de excavación, remoción y carga de tierra, y a otros muchos, como el de los célebres pilotes hundidos por potentes grúas para proteger los edificios que no habían de ser derrumbados y para preparar los puentes provisionales que mantuvieron la continuidad en el tránsito, los famosos motores Diesel y los tractores y grúas, palas mecánicas.
“Traxcavatores”, traíllas y otras máquinas de la marca “Caterpillar”, prestaron el mayor concurso para conseguir la seguridad en el trabajo y la rapidez que ha caracterizado todo cuanto se ha hecho en la Avenida Bolívar.
Alcanzar la ciudad en tres minutos, desde El Silencio al Parque Carabobo, parece un milagro.
FUENTES CONSULTADAS
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Elite. Caracas, 7 de enero de 1950
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Últimas Noticias. Caracas, 2 de enero de 1950
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