Darío Salas

2010 - 2012

Ser presidente es “un cargo circunstancial”

Claro en sus objetivos y centrado en la defensa de las libertades empresariales y económicas como norte, asegura que los presidentes de la Cámara nunca deben olvidar que el derecho a cambiar lo establecido “siempre será limitado”.

Darío Salas, convencido que el paso por una institución con más de cien años es circunstancial en el tiempo, asegura que parte de la labor de ser presidente es justamente “ser guardián de los principios y valores de la Cámara”.

Salas, ingeniero de Sistema, empresario y dedicado al área administrativa, financiera y de planificación de sus negocios, se integró a la Cámara por una invitación de Germán García Velutini, quien buscaba gente motivada para incorporarla a la organización.

A partir de 2002 Darío Salas se sumó y preparó haciendo labores de director y en el Comité Ejecutivo hasta el momento que le tocó dirigir el gremio (2010-2012), tarea que como reitera, no es nada sencillo por la diversidad de sectores que participan y en particular, porque hay que tener mucho cuidado con las cosas que ese hacen, pues los tiempos cambian y las exigencias son otras y hay que recordar que “ser presidente es un cargo circunstancial” que no da derecho a modificar algo que está establecido en los valores y principios de la creación de la Cámara.

A su juicio, el peso que tiene la institución gremial más antigua y pionera de Venezuela, que dio pie a la creación posterior de otras organizaciones y que acumula el legado de muchos presidentes y juntas directivas que por más de 13 décadas han mantenido la Cámara, señala un norte que debe mantenerse, y a pesar de las circunstancias, la persona que esté al frente, tiene el derecho limitado de hacer las cosas.

Salas quien tuvo que enfrentar una Venezuela que demandaba cambios y en la que el empresariado atravesaba una persecución política, centró su gestión en un trabajo de unificación política de los partidos de la oposición, logrando reunir a todos los dirigentes y cabezas de partidos para buscar soluciones y brindarles apoyo en la definición de políticas públicas.

“Si bien la tarea del gremio no es política, en ese momento hubo la necesidad de vincular las acciones con los objetivos de la Cámara en temas como la libertad empresarial y las libertades personales, pues había una situación país en el que el empresariado debía dar la cara”, explica.

“Esa posición generó tensiones con el gobierno y hubo que hacer constantes pronunciamientos, pues la Cámara de Caracas es un organismo regional, formador de opinión que busca orientar, asesorar e involucrarse en la definición de políticas públicas sin ser políticos, así como en la defensa de los principios de las libertades empresariales”, agrega.

“Querían hacer país”

Uno de los logros más satisfactorios y positivos de Salas fue cambiar la tradicional fiesta anual de afiliados a un “Encuentro Empresarial” dirigido a los jóvenes que buscaba acercarlos a los empresarios y emprendedores de los diferentes sectores, porque en ese momento –antes de la diáspora- habían estudiantes y una juventud entusiasmada con la Venezuela empresarial y política, que querían hacer país y saber cómo ser un empresario exitoso.

Fue un evento muy importante que se celebró por varios años consecutivos y en el que cada edición duplicaba la asistencia y gozaba de alta demanda con participación de estudiantes de las diversas universidades del país.

Darío Salas quien considera que la presidencia es un trabajo de equipo y donde tuvo el además el apoyo de Víctor Maldonado, Director Ejecutivo a quien le asignó la vocería durante su mandato, asegura que la Cámara tuvo acercamientos importantes con representantes de la economía informal porque en el momento comenzaba a regularse al sector, empezaron a surgir problemas de seguridad y comenzó el tema de la defensa de las empresas y propiedad privada, que siguió luego con la debacle de los años 2013 y 2014.

Durante su gestión un aspecto que lamenta no haber podido atacar, fue centrar la recaudación de impuestos locales debido a la falta de consenso con la Alcaldía Libertador para descentralizar las alcabalas y liberar las cargas tributarias al empresariado.

“Estamos en el camino”

De aspecto sereno, poco hablar y muy apegado a sus valores, Salas reafirma que haber estado al frente del legendario organismo le ha dejado contactos importantes; una nueva forma de ver la diversidad dentro de las instituciones, cada una con personalidad propia, y aprender a manejarse entre la tolerancia y confianza “hasta darse cuenta que estamos en el camino con una Cámara bien fundamentada y con principios correctos”.

     Este ingeniero ya retirado de la actividad gremial a la que dedicó 12 años, pero siempre dispuesto a apoyar si es requerido, celebra que la Cámara sea conducida por un profesional con tradición familiar en empresas, que lleve sangre empresarial y emprendedora y que posea en su ADN enfoque y actitud. “Algo que no es fácil porque se puede ser empresario pero no emprendedor, pero la razón de ser es trabajar, crear patrimonio, puestos de trabajos y multiplicar, justo el enfoque que debe tener quien esté a la cabeza de la Cámara de Caracas, para defender los principios de libertad empresarial plasmados”.

     Para Darío Salas, Caracas lo lleva a una conexión emocional muy fuerte, porque es la ciudad donde nació y donde ha tenido una vida con altos y bajos, “de la que nunca más sale sin pasaje de regreso”.

“Caracas es donde espero con esperanza que mis hijos que se fueron regresen (…) y aunque es un lugar complicado, me siento privilegiado”.

“A Caracas le regalaría mucho porque le falta todo, pero sobretodo responsabilidad ciudadana porque todo se ha vuelto una anarquía, la gente perdió el respeto por la gente, hay falta de autoridad, falta de conciencia y lamentablemente, se perdió la manera de convivir”, precisó.

Por Letizia Buttarello Lavarte

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