NUESTROS PRESIDENTES
1982 – 1983 1984 – 1985 1986 – 1987 1988 – 1989 1990 – 1991 1992 – 1993 1994 – 1995 1996 – 1997 1998 – 1999 2000 – 2001 2002 – 2004 2004 – 2006 “La ciudad tiene un deterioro pero es consecuencia del deterioro del país, pero todos los que aún estamos, tenemos la esperanza de cambios electorales y en las instituciones”. Carlos Alberto Bernárdez Lossada, quien fuera presidente de la Cámara de Comercio de Caracas durante el período 1990-1991, se incorporó a la Junta Directiva de la institución como representante del sector bancario pocos años antes de llegar a presidirlo. Su ascenso fue relativamente rápido, pues Enrique Sánchez cuando fue presidente en el año 1978, tomó la medida de no aprobar la reelección de los presidentes, sino que permanecieran únicamente por un año, y eso aceleró la rotación de los cargos y su promoción a presidir el gremio. Es así que en 1990 tomó las riendas de la Cámara, tras ser sucesor de Luis Fernando Sánchez y contar con el respaldo de un grupo de directores, conformado por profesionales muy valiosos y destacadas personalidades que han sido claves en la construcción del país. Bernárdez, de profesión abogado con diversas especializaciones en negocios y gerencia en la Universidad de Harvard, cuando tomó las riendas de la Cámara estaba en la directiva del Banco de Venezuela y contaba a con una amplia trayectoria en instituciones financieras. Su experiencia laboral lo había llevada ocupar el cargo de presidente en el Fondo de Inversiones de Venezuela (FIV); director de la Corporación Andina de Fomento (CAF): director de la Compañía Anónima Nacional Teléfonos de Venezuela (CANTV) y del Fondo OPEP. Para el experto en sistemas financieros, su gestión se enmarcó en momentos difíciles para Venezuela, sin embargo, está consciente que en el país siempre ha habido tiempos mejores que otros y aseguró que en su período no hubo alguna circunstancia especialmente negativa ni horrorosa. Señaló que quizá lo más importante en esa ápoca era mantener una junta directiva rotativa, medida que se mantuvo por unos diez años, y donde era relevante el cambio continuo de los integrantes del directorio de la institución. En aquel tiempo no se fomentaba reuniones con funcionarios del gobierno y tampoco había muchas relaciones con el Ejecutivo, salvo con el Ministerio de Hacienda, mientras que sí había un intercambio permanente y relaciones activas con otros gremios, más que con el propio gobierno. Bernárdez, quien tras su paso por la Cámara de Comercio siguió la ruta institucional, considera que estar al frente del legendario organismo fue una experiencia muy útil, y aunque para ese momento aún no había llegado a presidente del Banco de Venezuela, fomentó contactos que luego le sirvieron de mucho para su larga carrera profesional de casi 30 años en el banco y siete de ellos como presidente. Asimismo, durante toda su vida se mantuvo en el mundo gremial y llegó a presidir a la Asociación Bancaria de Venezuela; el Banco de Venezuela Internacional; el Dividendo Voluntario para la Comunidad; la Cámara Venezolana Japonesa; Seguros Venezuela; Fundación Blandín; la Federación Venezolana de Golf y ser director de otras organizaciones como el Consejo Bancario Nacional; Fundación IESA; Cámara Venezolana Británica; Centro Médico Docente la Trinidad; Universidad Metropolitana (UNIMET); Envases Venezolanos; el Centro Ejecutivo de Conciliación y Arbitraje (CEDCA); Bancaribe Curacao Bank y Fundación Buena Voluntad, entre otros. Aseguró que de toda la infinidad de juntas directivas de las que ha sido parte, la que más le ha gustado es la de Cámara de Comercio de Caracas y del Dividendo Voluntario, porque son instituciones que se manejan en un estilo y manera parecida. Actualmente Bernárdez Lossada se ha ido retirando y prefiere estar jubilado, pues considera que “uno no debe quedarse por mucho tiempo en las posiciones”, por lo que decidió retirarse del Consejo Superior Universitario de la UNIMET donde estuvo por 35 años, así como de otras actividades; sin embargo, sigue como asesor de Bancaribe y es parte de los ex presidentes y del Consejo Consultivo de la Cámara de Caracas. Reveló que para él Caracas representa mucho, y siendo hijo de diplomático una época vivió en Guatemala, y como hablaba tanto de su ciudad, le pusieron el apodo de “Caracas”. “Es la ciudad que me atrapa, donde he vivido toda la vida y aunque mis hijos están afuera, sigo aquí, retirado (…). La ciudad tiene un deterioro pero es consecuencia del deterioro del país, pero todos los que aún estamos tenemos la esperanza de cambios electorales y en las instituciones (…)”, sentenció. “Espero que en la Cámara se mantenga siempre la rotación y siga siendo útil para la gente, y mientras tanto, yo sigo siempre disponible y participando en las reuniones de directivas que me convocan”. Por Letizia Buttarello Lavarte “El paso por la Cámara además de consolidar vínculos y amistades que aún perduran, fue una de las experiencias más rica, al ver renacer a una institución que tenía más de cien años de fundada y haber contribuido a preservarla y enrumbarla hacia el futuro”. Alejo Antonio Planchart Cuervo llegó a la Cámara de Caracas en representación de Empresas Polar, tras acumular experiencia gremial, desempeñarse en diversas comisiones de Conindustria, y al aceptar la invitación que le hiciera Germán García Velutini por el año 2000, durante el período que presidía Rafael Alfonzo. Para ese momento la institución enfrentaba escasez presupuestaria y poca participación por parte de la junta y afiliados, hecho que se repetía también en otras organizaciones, lo que llevó al planteamiento por parte de los directores de una posible fusión entre la Cámara de Comercio de Caracas y la Cámara de Industriales de Caracas. “Ya no había razón de la separación que obedecía a momentos históricos en que había una pugna entre las necesidades de los importadores y las solicitudes de protección por parte de los industriales. Esa brecha tradicional entre industriales y comerciantes se había cerrado y muchas industrias importaban algunos de sus productos cuya manufactura era problemática en el país, al tiempo que muchos comercios habían establecido centros de manufactura”. “Financieramente ambas cámaras tenían los mismos donantes y casi los mismos miembros. Conversamos con Roberto Ball, presidente de la Cámara de Industriales y bajo la dirección de Gustavo Romero, constituimos un comité conjunto de las dos cámaras conformado por Romero, mi persona, Ball y Federico Vegas con la guía constante de Rafael Alfonzo y Germán García, que redactó los estatutos de la Cámara fusionada y que fue registrada el 30 de junio de 2004 en la que se me nombró presidente. De modo que me tocó una breve presidencia toda vez que uno de los dos ejercicios que me tocó presidir fue de medio año”, expresó. Planchart quien estuvo al frente durante el lapso 2004-2006, dijo que una de las principales tareas fue conseguir un Director Ejecutivo, cargo que ocupó Víctor Maldonado como eficiente colaborador de la reestructuración, así como un personal de primera línea con capacidad de análisis y presentación de soluciones. Luego, le tocó al difícil tarea de convencer a algunos directores muy conservadores que no estaban de acuerdo con integrase en una sola Cámara. De inmediato se elevó el número de directores y se implantó realizar las reuniones de Junta un día determinado y fijo cada mes para que todos lo agendaran sin necesidad de convocatoria y que incluyera el almuerzo, lo que aumentó considerablemente la asistencia, comentó con satisfacción. Como principales logros, Planchart quien posee un PhD en Ingeniería industrial y quien ha estado al frente de la producción y operaciones de compañías como Shell de Venezuela y Empresas Polar, resaltó el éxito en la reestructuración de la Cámara; el involucramiento de los afiliados en los diversos Comités de trabajo, como el de Asuntos Jurídicos y en la Junta del Centro de Arbitraje; mejora en las relaciones con el gobierno municipal encabezado en el momento por Juan Barreto; revisión y adecuación de los cánones de arrendamiento del edifico de la Cámara de Comercio; instauración de la nueva página web de la Cámara y más presencia mediática. Sin embargo, expresó que le hubiera gustado incluir a la mediana y pequeña empresa en la membresía del gremio, pero no encontró la forma de hacerlo sin convertir a la Cámara en una asamblea multitudinaria con intereses diversos. El Dr. Planchart quien actualmente reside fuera de Venezuela, asegura que su paso por la Cámara, además de consolidar vínculos y amistades que aún perduran, ha sido una de las experiencias más rica al ver renacer a una institución que tenía más de cien años de fundada y haber contribuido a preservarla y enrumbarla hacia el futuro. Agregó que como presidente tiene muchos recuerdos, entre ellos la conformación de un equipo de trabajo unido, coherente y motivado que fue la base de la renaciente institución; ver cien por ciento de asistencia en las reuniones de juntas directivas; y el diseño del logotipo de la Cámara que conllevó unir el ala que distingue los pies alados del Dios griego del Comercio, Hermes (Mercurio para los romanos), con la rueda dentada de la industria y el león de la ciudad de Caracas. Satisfecho con lo alcanzado en beneficios para afiliados y empleados, así como con lo positivo de la transformación, comentó que podría mejorase “el perfil elitista” de las empresas que la integran y seguir incorporando a jóvenes en las distintas actividades, como lo ha venido haciendo la directiva actual. Planchart, hombre que ha sido parte de importantes instituciones de Venezuela como Conapri, Conindustria, Caveface, Cámara de Caracas, Cania, Fundación Amigos del Teresa Carreño, Fundación Opportunitas, Dividendo Voluntario para la Comunidad, Iesa, Cavidea, Consejo de Empresarios Venezolano Americano, Cámara Latinoamericana de Cerveza, Lagunita Country Club y otras tantas que demuestran su dedicación y apego a la institucionalidad, es un fiel creyente de su país, donde ve futuro, esperanzas y mucho por construir. Para él “Caracas es mi ciudad. Adonde mejor me siento y que (lamentablemente) cada día se me está haciendo más desconocida. Es la ciudad de la eterna primavera, que espero se mantenga como tal y no deje de ser la ciudad descrita en este poema”. ¡Caracas allí está; sus techos rojos, “De esto sólo se mantienen incólumes las faldas del Ávila empinado. Ya no hay ni techos rojos, ni blanca torre, ni azules lomas y las palomas han sido sustituidas, afortunadamente por coloridas guacamayas”. Por Letizia Buttarello Lavarte Luis Fernando Sánchez Herrera (+) llegó a la Cámara de Comercio por recomendación de su primo Enrique Sánchez Sánchez y de Carlos Lander Márquez, quienes lo involucraron con la institución a principios de los años ochenta, hasta que ascendió en la directiva para asumir la presidencia durante el periodo 1988 – 1989. Para ese momento el país vivió una época muy difícil y compleja, siendo el “Caracazo” ocurrido el 27 de febrero de 1989, un episodio que marcó la historia de Venezuela, con consecuencias que tuvieron repercusión en todas las áreas y de manera importante en el sector comercial y de pequeños comerciantes. Para Sánchez tres iniciativas desarrolladas fueron las obras más importantes de su gestión, entre ellas agrupar en un Comité a los directores de las empresas más importantes del país para preparar una propuesta alternativa a un Proyecto de Ley del Trabajo, que fue presentada al entonces presidente Rafael Caldera y que incluyó el establecimiento un Sistema de Fondo de Pensiones, el cual lamentablemente nunca fue aprobado. Otra fue trabajar en la creación del Centro de Arbitraje de la Cámara de Comercio de Caracas, activado luego bajo la presidencia del Dr. Pedro Manuel Arcaya y por último, lograr el establecimiento de un plan de financiamiento para los pequeños comerciantes que fueron saqueados después del caracazo. Para Luis Fernando Sánchez durante su gestión quedaron en el aire proyectos que no lograron concretarse, como fue el plan para un fondo de pensiones de los trabajadores venezolanos y las propuestas para el cambio de la Constitución de 1999, que entre algunos de los importantes aportes planteaba el otorgamiento de la propiedad plena, a aquellos venezolanos que hubiesen ocupado y trabajado las tierras por un período mínimo de 10 años de forma continua, bajo el precepto de que "Sin propiedad no hay Libertad”. Esta tarea que asumió directamente al frente de la Comisión, constituida por la Cámara de Comercio y como presidente de la institución, desafortunadamente no fue no fue aceptada ni aprobada por la Asamblea Constituyente. Sánchez consideró siempre como uno de sus logros más satisfactorios, haber podido reunir y liderar a los más altos ejecutivos de las empresas privadas en Venezuela, para dedicar tiempo y esfuerzo en lograr un objetivo común. Ya fuera de la directiva y dedicado a sus actividades personales y profesionales, interrumpió su trabajo gremial, aunque siempre siguió los pasos de la Cámara y admiró con orgullo que la institución preservara y se mantuviera firme a sus valores, con la convicción, a pesar de las situaciones difíciles, de que “la libre empresa es la única forma de salvar al país, porque sin propiedad no hay libertad”. Luis Fernando Sánchez, a quien sus amigos llamaban Totón, fue hijo del fundador de la empresa Sánchez & Cia, y siempre estuvo vinculado con las diversas áreas de actividad del grupo de empresas, donde fue director de Intersan y trabajó para Bombagua y Agrometal, y además colaboró con el desarrollo de la actividad agropecuaria y agroindustrial en el país. Como administrador de empresas llegó a presidir Soficrédito, ser director de Arrendadora Banvenez, de la Junta Directiva del Banco de Venezuela y fundador del Banco República. Este caraqueño quien definió a la ciudad capital como “la cuna de la libertad”, manifestó hasta sus últimos días, la satisfacción y el placentero orgullo de haber sido presidente de la Cámara, lugar donde tuvo la oportunidad de aprender de sus colegas que le precedieron y de quienes le siguieron los pasos gremiales. “Tengo la esperanza de que la Cámara de Caracas siga siempre adelante como baluarte de la Libertad económica y de pensamiento en el país” fue su último mensaje a la Directiva de la institución en diciembre de 2024. Por Letizia Buttarello Lavarte ““La Cámara ha pasado por momentos difíciles y tiene sus fortalezas, pero debe prepararse para que ponga a disposición del país, toda su experiencia y trayectoria porque Venezuela la va a necesitar”. Eduardo Gómez Sigala se integró a la Junta Directiva de la Cámara de Comercio de Caracas en representación del grupo de Empresas Polar, sustituyendo a Gustavo Roosen, quien se había integrado a la institución e incluso la había presidido. Para ese momento Luis Fernando Sánchez ocupaba la presidencia (1988) y el tema que más preocupaba era los fondos de pensiones y la Ley de Trabajo, que era parte del debate que había con la Confederación de los Trabajadores de Venezuela (CTV). En esos años la inflación comenzaba a tener fuerte incidencia en el país y eso llevó a que un grupo de directores viajaran a Argentina para aprender de la experiencia sureña, y con esas herramientas y análisis, un comité integrado por Francisco Aguerrevere, Carlos Bernández, Luis Fernando Sánchez, Andrés Espiñeira y Eduardo Gómez Sigala, recorrieron Venezuela para intercambiar y transmitir sus conocimientos. En 1994 Gómez Sigala asumió la presidencia de la Cámara de Comercio, con la experiencia gremial que traía de presidir la Cámara de Industriales de Lara (donde su papá también había sido presidente), y luego de haber comenzado como abogado, consultor jurídico de la Cámara de Comercio de Lara y Concejal por Barquisimeto, involucrándose con las cámaras regionales y más adelantes con los gremios nacionales. Durante su gestión (1994-1995) y en el marco de los 100 años de la Cámara, se publicó el libro “Los Comerciantes de Caracas”, que reunió los cien años de historia y testimonios de la institución, y se celebró con un evento en el auditorio al que asistió el presidente Rafael Caldera, Arturo Uslar Pietri y destacas personalidad que se hicieron presentes en el célebre centenario. Como creyente de las instituciones para tender puentes en las relaciones y la comunicación, Eduardo Gómez Sigala aseguró que los gremios siempre han sido importantes y tenían mucha receptividad del gobierno, su opinión era siempre considerada y gozaban de gran capacidad para negociar con los sectores sindicales y productivos, porque la convivencia y el debate gremial eran fundamental. Lamentablemente, luego las decisiones comenzaron a imponerse por decreto y voluntad, y se perdió la capacidad interlocutora gobierno-gremio-sindicato y que cada sector tuviera su vocería. Para el abogado y empresario, la Cámara al pasar de 131 años de fundada, sigue manteniendo clara su posición y función con una línea de conducta muy equilibrada, haciendo que se mantenga en el tiempo con un rol siempre destacado, donde profesionales jóvenes y valiosos que han asumido el cambio generacional, la siguen dejando en alto. El paso por la institución le permitió tener estrecha relación con el grupo de directores con quien trabajó, visitar universidades, participar en muchos foros, exponerse públicamente y tener la oportunidad de relacionarse con presidentes de empresas y aprender de gente con mucha preparación, así como vincularse con distintos entes sociales que le dieron el pulso de la base social y económica del país. Sin embargo, y aunque siempre quedan proyectos por hacer, lamenta que no se hayan concretado algunos debates ni se lograra avanzar en los fondos de pensiones para la seguridad social de los trabajadores, por la falta de estabilidad de las decisiones y por la contaminación del ambiente político· Con el optimismo, seguridad y serenidad que caracteriza a quien también fuera presidente de la Cámara de Alimentos (Cavidea) por 4 años; presidente de la Confederación e Industriales (Conindustria) por 2 años y representante por el sector industrial en Fedecámaras durante 2 periodos, afirma que “la Cámara de Caracas tendrá siempre un papel importante en la reconstrucción del país”. El dirigente gremial considera que ”de una u otra manera la nación tiene que evolucionar a que la actividad económica se diversifique y consolide, y sectores como la Cámara, cumplen un papel predominante, y aparte de su cultura y tradición, tiene el compromiso con ese objetivo”. Insiste al relevo que maneja los destinos institucionales, que “la Cámara ha pasado por momentos difíciles y tiene sus fortalezas, pero debe prepararse para que ponga a disposición del país, toda su experiencia y trayectoria porque Venezuela la va a necesitar”. Para este larense quien comparte parte de su vida en Caracas y con orgullo señala ser de la provincia, Caracas es el centro político, económico y la referencia para que las demás comunidades vean lo que ocurre, cómo evoluciona y sea un ejemplo. “Soy un convencido de que el país tiene en cada una de sus regiones un potencial muy grande y cada una de ellas debe tener un vínculo estrecho con la capital”. “He vivido en Caracas desde hace mucho y a nivel emotivo, es mi ciudad, mi país y aunque tengo a mi familia dispersa (…) siempre la tengo presente”. “La ciudad capital merece instrumentos sociales que le devuelvan la alegría a la gente, porque Venezuela ha sido una nación muy vinculada con la cultura y la música y cuando el país rebote, empezará por las artes y eso dará mucho entusiasmo y riqueza espiritual, que se traduce en actividad económica. La Cámara de Caracas podría agregarlo a sus gestiones, como estímulo a las actividades económicas y mundo cultural, para darle a los venezolanos lo que se merecen”. Eduardo Gómez Sigala, profesional de notable trayectoria quien ha sido parte de importantes de empresas y directivas de diversas organizaciones en Venezuela y fuera del país, además de profesor universitario, productor agropecuario, hombre vinculado a los medios, diputado de la Asamblea Nacional y con notoria trayectoria gremial, “siempre estará orgulloso y agradecido con la Cámara por reconocerlo y haber sido parte de ese pedacito que le tocó compartir y presidir” Por Letizia Buttarello Lavarte “Creo en los gremios, en la empresa privada y en la libertad, porque para mí la libertad es la base fundamental de todo”. Rafael Alfonzo Hernández, quien tuvo el privilegio de ser presidente de la Cámara de Industriales de Caracas y de la Cámara de Comercio de Caracas (2000-2001), además de presidir instituciones como Conindustria, la Cámara de Alimentos (Cavidea), Cedice y estar en la directiva de Fedecámaras y otras organizaciones, desempeñó desde muy joven un papel gremial, impulsado por su mentor Emilio Conde Jhan, quien desde 1979 lo involucró con la Cámara de Industriales de Caracas como generación de relevo, para que aportara ideas y asumiera las riendas para gestar los cambios. Alfonzo quien al principio tenía una visión radical hacia el proteccionismo industrial, maduró sus ideas y años más tarde pasó a ser fiel creyente del liberalismo económico y a defender la libre actividad empresarial. Con un punto de vista siempre irreverente y controversial, en el que ha asumido posiciones polémicas que le han generado rechazo y/o admiración a través de los años, Rafael Alfonzo sigue manteniendo una postura firme a sus ideales y ante lo que propone. Desde que se integró a la Cámara de Comercio de Caracas, sector que considera su cámara nata y con el que siempre se sintió identificado -a pesar de venir de la industria-, consideró la necesidad de unirla con la Cámara de Industriales de Caracas, porque en ambos gremios había un fuerte enfrentamiento por el tema arancelario y el proteccionismo. En su opinión la Cámara de Comercio fue un complemento de Cedice donde se fomenta el pensamiento liberal y donde se formó como “liberatorio de pura cepa”, afirmando ser un individuo que respeta la libertad de todos. Para Rafael Alfonzo el paso por distintas instituciones lo han llevado a la reflexión de que al estar en un gremio hay que ocuparse y evolucionarlo no sólo poniendo nuevas generaciones, sino con argumentos de modernización y cambio; pero falta motivación para que la gente se integre y le ponga cariño, pues hay apatía, críticas y ausencia de personas que se involucren y “se metan de lleno” para gestar los verdaderos cambios. “Creo en los gremios, en la empresa privada y en la libertad, porque para mí la libertad es la base fundamental de todo y pienso que muchas veces la gente no está dispuesta a pagar el costo de la libertad”. Para el empresario quien también fue directivo de distintas empresas venezolanas, considera positivo que las instituciones roten su presidencia cada dos años y promuevan una mayor participación para integrarse, porque si los jóvenes no saben cómo hacerlo, de ninguna manera habrá relevo gremial, y es ahí donde está la debilidad. “Hubo cinco grandes pilares que consolidaron los gremios en Venezuela, como fueron Emilio Conde Jahn, Oscar Machado Zuloaga, Alfredo Paúl Delfino, Carlos Guillermo Rangel, y Miguel Alfonzo Ravard, quienes se reunían todos los viernes, pero cuando mi padre murió (que estaba bastante joven), me llamaron para que me integrara y lo sustituyera, lo que fue un gran honor y gran experiencia. A partir de allí, comenzó mi larga travesía”. Alfonzo destacó que su trabajo en la Cámara sirvió para cambiar a mucha gente en su forma de pensar, inspirar a otros y despertar esa vena gremial; y a él lo motivó a ser más competitivo, libertario y a siempre debatir ideas para analizarlas y aprender. Señaló que pasar por la institución más antigua del país como fue la Cámara de Comercio, le dejó un ejemplo de compromiso, porque ha sido un pilar de los gremios en Venezuela por donde ha pasado gente muy importante, y para él fue un orgullo que lo designaran presidente, más aún cuando venía de desempeñarse en la industria. Como parte de sus gestiones en la Cámara, destacó el trabajo con Diana Droulers para la inclusión de la cláusula que mandaba a resolver los conflictos en el Centro de Arbitraje de la Cámara de Caracas y que fuera un ente autónomo; el empuje para logar la fusión de las cámaras de Industriales y de Comercio, y la satisfacción de haber conocido, trabajado y compartido con tanta gente comprometida sin dar nada a cambio, y sólo por el deber de hacer las cosas bien. Alfonzo reveló que durante su trayectoria gremial por tantos años tuvo participación en lo que fue la creación de “Liderazgo y Visión”, proyecto que formó líderes reales de todas las áreas para que interactuaran con todos los gremios y áreas de la sociedad venezolana, y para asumir además un rol político. Pero a pesar de haber formado mucha gente valiosa y que están en el tapete político actual, no prosperó con la fuerza con la que fue pensada, y la iniciativa no continuó. Años más tarde y presidiendo Cavidea, formó parte de la Mesa de Negociación que conformó Fedecámaras por el sector privado, cargo que aceptó teniendo siempre como referente a su padre, Miguel Alfonzo Ravard, quien fue un verdadero gremialista y luchador y de quien siente mucho orgullo porque con altos ideales, siempre peleó por el mejoramiento del país. No obstante, lamenta con mucha desilusión no haber convencido a la gente de que su lucha de ese momento era por la libertad, y su rol final cuando participó en la Mesa de Negociación fue mal interpretado por muchos, porque, aunque venía de la industria y eso le daba credibilidad, la gente pensó que tenía algún interés político y no creyeron que luchaba por el ideal de libertad, el respeto al individuo y a su situación. Fue a partir de este hecho que el ingeniero químico y experto en tecnología de alimentos, terminó su diligencia gremial y estuvo por varios años dedicado a Cedice para reformular los ideales de libertad, hasta que migró junto a su familia, pero regresando con frecuencia a Venezuela porque sigue activo y ocupa cargos directivos en varias organizaciones y en su empresa. “No puedo dejar a Venezuela porque mi corazón está aquí (…) tengo una deuda con mi abuelo y padre, y es un arraigo al país por el ejemplo eficiente y moral que ellos dieron en sus luchas, y yo debo seguir. Mi corazón está con los venezolanos y admiro su capacidad de reaccionar, de ver las cosas y la madurez, y ojalá eso prenda semillas que echen raíces más prosperas que las que hemos tenido, pero falta un gran compromiso, mucho trabajo, ver hacia adelante y olvidarse del retrovisor. Yo no veo para atrás, es mi forma de ser”, confiesa. “Como venezolano estoy orgulloso de haber dado lo que pude por mi país y me hubiera gustado dar más, creo que no fue suficiente, pero me llegó el momento de irme por mi tranquilidad, pero sigo apoyando”. Para el dirigente empresarial, “los verdaderos liderazgos van contra las circunstancias y si no logras el cambio, no fuiste líder. Todos tenemos roles y atributos, lo importante es tener la tranquilidad mental de haber dado lo mejor por el país”. Alfonzo Hernández recordó que siempre ha habido conflictos con el gobierno, pero la forma de pedir y plantear las cosas es lo que permite las respuestas, “siempre fui con argumentos claros y siempre tuve buena receptividad y respeto, incluso en las cosas más difíciles, pero ojalá salgan liderazgos reales que hagan los cambios fundamentales”. Finalmente, recomendó a quienes llevan las riendas institucionales mantener siempre la calidad humana, porque si hay colaboradores todo fluye, así como desarrollar un plan que involucre a las nuevas generaciones y se les explique la razón de por qué existe la Cámara, y juntos puedan esbozar propuestas acordes con las realidades que lleven a multiplicar los esfuerzos. “La Cámara de Caracas ha sido un pilar del sector venezolano, pero necesita modernizarse en conceptos para que se impulse y surja un liderazgo, que no siga con la rutina, sino que sea el motor para apoyar lo que verdaderamente todos queremos”, puntualizó. Por Letizia Buttarello LavarteHenrik Blohm
Luis Augusto Vegas Benedetti
Gustavo Roosen P.
Luis Fernando Sánchez H.
Carlos Bernardez Lossada
Francisco Aguerrevere
Eduardo Gómez Sigala
Pedro Manuel Arcaya
Germán García Velutini
Rafael Alfonzo Hernández
Gustavo Romero Blohm
Alejo Planchart Cuervo
Carlos Bernárdez: “Espero que la Cámara siga siendo útil para la gente”
Una vida en el mundo gremial
“Si me convocan voy”
Alejo Planchart, la satisfacción de reestructurar dos cámaras en una.
Un personal clave para presentar soluciones
El equipo: la base del renacimiento
Mi Caracas
su blanca torre, sus azules lomas,
y sus bandas de tímidas palomas
hacen nublar de lágrimas mis ojos!
Caracas allí está; vedla tendida
a las faldas del Ávila empinado,
Odalisca rendida
a los pies del Sultán enamorado.
"Luis Fernando Sánchez Herrera: La Cámara como baluarte de la libertad económica y de pensamiento."
“La libre empresa es la única forma de salvar al país, porque sin propiedad no hay libertad”.
Unidos por un objetivo común
Eduardo Gómez Sigala: La Cámara de Caracas tendrá siempre un papel importante en la reconstrucción de Venezuela
“Los gremios siempre han sido importantes”
Orgulloso del “pedacito” que le tocó presidir
Rafael Alfonzo Hernández: “libertario de pura cepa”
Los gremios deben evolucionar
Luchar por los ideales
“No veo para atrás”
2006 – 2008 2008 – 2010 2010 – 2012 2012 – 2014 2014 – 2016 2016 – 2018 2018 – 2020 2020 – 2023Roberto Ball
Diana Mayoral
Darío Salas
Fernando Eseverri
Gaston Sardi
Pedro Pacheco
Haydée Cisneros de Salas
Leonardo Palacios