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El Ávila Indígena: Waraira Repano
FelicianoEl Ávila, visto por el maestro Manuel Cabré Montenegro Colón
El cerro Ávila, oficialmente llamado Waraira Repano, es un parque nacional (1958) localizado en la cadena del litoral central de la Cordillera de la Costa, en el centro-norte de Venezuela.
Ubicado en la fila montañosa al norte de Caracas, se extiende por todo el norte del estado Miranda y sur del estado La Guaira.
El Ávila posee cuatro cumbres relevantes: el Pico Naiguatá, con una altura de 2.765 metros sobre el nivel del mar, el Pico Oriental con 2.640 metros, el Pico Occidental con 2.480 metros y por último el Pico El Ávila con una altitud de 2.250 metros.
El cerro era conocido por los aborígenes habitantes del valle de Caracas como “Waraira Repano», que significa “Sierra Grande”. No obstante, el historiador José Oviedo y Baños señala que para el siglo XVI la imponente montaña, que se erige frente a la ciudad, comenzó a ser conocida como Ávila. El origen del nombre proviene de un alférez mayor de campo, de nombre Gabriel de Ávila, quien acompañó al español Diego de Losada en la conquista y población del valle del río Guaire.
En 1568, ya fundada Santiago de León de Caracas, Gabriel participó en la batalla de Maracapana, librada por Losada contra un grupo de caciques indígenas que pretendían recuperar la soberanía sobre el valle.
En 1573, el alférez mayor fue nombrado alcalde de Caracas. Para entonces era propietario de unas tierras cultivadas al norte de la ciudad, a la que llamó Estancia de los Ávila, de ahí surgiría el nombre del cerro. Fue el fundador de la familia Ávila que primero se estableció en Caracas. Uno de sus descendientes es el sacerdote José Cecilio Ávila, rector de la UCV, entre 1825 y 1827), años en los que fundó nuevas cátedras y exhortó a Simón Bolívar para que le diera protección a la enseñanza de la educación superior.
Desde 1958, el cerro Ávila es Parque Nacional
Sierra Grande
En 1960, el escritor Julián Padrón publicó en la Revista Shell, uno de los mejores trabajos históricos sobre el cerro Ávila.
Se pregunta Padrón, en los inicios de su artículo: “¿Qué idea del Ávila tenían los aborígenes del valle de Caracas?
De inmediato el célebre literato oriental responde:
“Once años después del establecimiento de los españoles en el valle, el Gobernador Don Juan de Pimentel calculaba en 4.000 los indios más cercanos a los pueblos de Santiago y Caraballeda. Vivían seguramente en el valle, al borde de los ríos y de las quebradas, junto a sus siembras, en barrios de pocas casas.
Desde 1958, el cerro Ávila es Parque Nacional
Los pueblos de indios estaban separados unos de otros por varias leguas, y se comunicaban entre sí por caminos torcidos sobre tierra doblada y en parte montañosa. Los de tierra adentro trocaban cosas de comer por sal y pescado con los de la mar. No tenían adoraciones ni santuarios, ni casa ni lugar dedicado a ello; pero tenían piaches a quienes respetaban. El gobernador señala otros hábitos y costumbres de los indios que son los que repiten todos los conquistadores.
En medio de esos indios de la nación caracas estaba esa serranía que presiden los picos Ávila, La Silla y Naiguatá; los que habitaban la costa contemplaban el rostro adusto, vertical, de la sierra que mira al mar, con blancura de espuma al pie y blancura de nube en la cabellera. Los que moraban en el valle tenían una imagen de verdura desde el pie del monte hasta la línea de la fila que corta en escotaduras el azul del cielo. Algo similar a quienes hoy lo contemplan desde el horizonte del mar litoralense, y a quienes lo hacen viajando por la carretera de Catia a Petare.
Desgraciadamente no tenemos ningún testimonio donde conste la admiración que los caracas sentían por el Ávila. Los etnólogos y arqueólogos no han descifrado todavía las inscripciones aborígenes que aparecen en las piedras y estelas de los alrededores. Pero el caraqueño actual que haya tenido la fortuna de admirar la montaña en la cima del cerro el Volcán, situado al sur, desde donde se abarca en una visión panorámica los pueblos de Baruta y El Hatillo las serranías del Tuy, y todo el valle desde Catia hasta Petare con la extraordinaria montaña al fondo, podrán comprender por qué a toda esa sierra los indios la llamaban Waraira Repano, que quiere decir Sierra Grande”.
Fuentes Consultadas
- Caracas, 22 de abril de 2010, decreto N° 7.388, mediante el cual se dispone que la extensión que comprende el Parque Nacional “El Ávila” se denominará en lo adelante Parque Nacional “Waraira Repano”.
- Biern, Pedro Luis. El Ávila su Historia. Caracas: Corporación Prag, 1980.
- Padrón, Julián. El Ávila indígena. Revista Shell. Caracas, abril de 1960.