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Orígenes de la rivalidad Caracas-Magallanes – Parte I
Los clubes Royal Criollos y Magallanes iniciaron en 1928, a través de las páginas deportivas de dos diarios capitalinos, lo que se considera como la máxima expresión de la pasión por la pelota en Venezuela. Ahí está el embrión de la pugna que hoy día sostienen Leones y Navegantes. Rivalidad deportiva que mayor pasión y entusiasmo produce en Venezuela, vale decir, el entusiasmo y locura que se genera en el país cada vez que se enfrentan los equipos Caracas y Magallanes en la pelota profesional, está muy cerca de llegar a un siglo.
Mucha gente se pregunta por el origen de las hostilidades entre estos dos clubes, es decir, ¿cómo se dieron los primeros enfrentamientos que generaron tanto ánimo y locura en la fanaticada?
Para conocer la leyenda de la bien llamada eterna rivalidad es necesario revisar muchos diarios y revistas, hay que ir un poco más atrás del nacimiento del club Cervecería Caracas, surgido en el año 1942, al calor de la victoria que consiguió la selección nacional en la Serie Mundial Amateur de La Habana, en octubre de 1941.
El punto de partida de la investigación está en el año 1928, cuando abrió sus puertas el legendario Stadium San Agustín. Con la inauguración de esa primera gran catedral de la pelota caraqueña, los amantes del béisbol de máxima categoría aseguraron que el interés por esta disciplina deportiva se desbordaría por completo, más del que se generaba unas cuantas cuadras hacia el norte, en el Nuevo Circo de Caracas, cada vez que se presentaba una atractiva corrida de toros.
Pero el elemento político se atravesó para afectar los planes, ya que por los días previos a la apertura del nuevo estadio se produjo una manifestación, encabezada por jóvenes líderes del movimiento estudiantil universitario, como Rómulo Betancourt, Jóvito Villalba, Raúl Leoni y Guillermo Prince Lara, entre otros, quienes reclamaban cambios a la dictadura del general Juan Vicente Gómez, quien ordenó una cruel ola de represión que condujo a varios de estos muchachos a la cárcel.
Esta manifestación, cuyos convocantes fueron conocidos como la Generación del 28, obligó a paralizar por varios meses las actividades deportivas, culturales, de entretenimiento y las reuniones públicas en las principales ciudades del país.
No fue hasta el mes de mayo de 1928 que comenzó a moverse nuevamente la actividad de la pelota en San Agustín, pero sin la presencia del club Royal, divisa que había nacido en el año 1918 por iniciativa de Fernando Pacheco, un año después del nacimiento del Magallanes. Ambos equipos desaparecieron casi inmediatamente y volvieron a surgir en la década de 1920: Royal en 1922 y Magallanes en 1927.
Bolas y strikes en los periódicos
Con la revuelta del año 28 fueron a parar a los fríos y lúgubres calabozos de la cárcel caraqueña de La Rotunda varios peloteros del Royal. Entre ellos Jesús Corao, mientras que otros se vieron obligados a huir del país, por lo que el equipo quedó completamente desmantelado.
De igual manera, el Magallanes trataba de reclutar talento con la intención de volver a retar al Miranda, que entonces se ufanaba de ser el mejor equipo del oeste de la ciudad, al cual logró vencer por primera vez, por paliza de 31 a 2, el 29 de julio, con extraordinario pitcheo de Carlos Alvarado. De esta manera Magallanes comenzó a ganar prestigio. La victoria ante el Miranda de Pagüita alborotó a otros buenos equipos de la zona de Catia, como el Sucre de Caño Amarillo, para alzar la copa Las Tres Lunas y ganarse el principal titular de la página deportiva del diario La Esfera ̶ periódico caraqueño de intereses generales ̶ , en su edición del 11 de septiembre de 1928.
El cronista Juan Antillano Valarino (AVJota) llamó entonces al Magallanes, club por el que comenzaba a mostrar cierta inclinación, como “Ídolo de Tres Parroquias”: Caño Amarillo, Pagüita y Camino Nuevo. De inmediato, el 12 de septiembre de 1928, los lectores fueron testigos de la respuesta de Luis Manuel Hernández (Lord), jefe de la sección deportiva de El Nuevo Diario, el rotativo de más alta circulación del país e identificado hasta los tuétanos con el régimen gomecista, quien señaló lo siguiente: “hay que ser bien neófito en el béisbol para afirmar que ese esperpento de equipo llamado Magallanes, es ídolo de no sé qué cosa. De nada, ese club no es ídolo de nada. Aquí el único equipo que se ha ganado el amor de los venezolanos es el Royal, novena que hoy, desafortunadamente, duerme la siesta, pero que pronto despertará para darnos nuevamente grandes satisfacciones en los campos de pelota. Así me lo informaron recientemente algunos antiguos integrantes de esa novena. Amanecerá y veremos”.
Tres días después, en la edición de La Esfera del 15 de septiembre de 1928, AVJota le respondió a su colega Lord: “Eso de alabar muertos es pavoso. Magallanes es un ídolo que viene en ascenso. Comenzó siendo el amuleto de tres esquinas: Camino Nuevo, Solís y Marcos Parra, para convertirse en el ídolo de tres parroquias: Agua Salud, Caño Amarillo y Pagüita. Esa es la verdad, duélale a quien le duela. Lo demás es pamplina de aficionado embriagado”.
Reseña del primer juego entre Royal y Magallanes, publicada en El Nuevo Diario, 22 de julio de 1929
Tres días después, en la edición de La Esfera del 15 de septiembre de 1928, AVJota le respondió a su colega Lord: “Eso de alabar muertos es pavoso. Magallanes es un ídolo que viene en ascenso. Comenzó siendo el amuleto de tres esquinas: Camino Nuevo, Solís y Marcos Parra, para convertirse en el ídolo de tres parroquias: Agua Salud, Caño Amarillo y Pagüita. Esa es la verdad, duélale a quien le duela. Lo demás es pamplina de aficionado embriagado”.
El contrapunteo entre los dos cronistas de los más importantes periódicos caraqueños de finales de los años veinte, se hizo cada vez más frecuente y ácido. Lord llegó a calificar al Magallanes como un “equipo de medio pelo”, mientras que AVJota respondía llamándolo “hablador de pamplinas y defensor de un club que estaba muerto”.
La gran popularidad del Magallanes se debe, en gran medida, al estelar lanzador carabobeño Balbino Inojosa
Primer juego Royal-Magallanes
En medio de esta polémica ventilada en las páginas deportivas de los diarios caraqueños, reapareció el Royal con el apoyo de Jesús Corao, quien al abandonar la prisión de La Rotunda se propuso reorganizar el equipo y convertirlo en una maquinaria conformada de jugadores venezolanos.
En los primeros meses de 1929 se dedicó Corao a reclutar el mejor talento criollo disponible. Convenció a muchachos de varios clubes para que se incorporaran a las filas del Royal y fue probando a los aspirantes en juegos amistosos o de fogueo. Uno de esos choques preliminares fue contra el Magallanes, el domingo 29 de julio de 1929, en el Stand Nacional de Sarría, sede del club royón. En esa oportunidad consiguieron contundente victoria de 11 carreras por 6 ante la novena de Catia.
Este primer desafío entre el Royal y el Magallanes renovó la polémica entre los cronistas en las páginas de El Nuevo Diario y La Esfera. Lord hizo chanza en su comentario al decir que Magallanes había perdido con la sombra del Royal, debido a que el conjunto de Corao presentó puros novatos en su nómina y los jugadores magallaneros eran muy experimentados. Incluso le recomendó a los magallaneros que se fueran a descansar al parque de El Calvario, tras pasar todo el encuentro corriendo detrás de la bola y que luego se dieran un baño en la laguna de Catia para ver si se sacudían la pava.
El 1° de agosto AVJota respondió en La Esfera: “Un traspié lo da cualquiera. Magallanes tiene una gran virtud, sabe perder y lo que es más grande aún, sabe respetar”.