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Intento de magnicidio contra Rómulo Betancourt – Parte II
“Chapita” condenado por el mundo
La autoría intelectual del atentado terrorista contra el presidente de Venezuela se atribuyó desde el principio al dictador dominicano Rafael “Chapita” Trujillo, cuyo nombre también se asoció con otros intentos de asesinato que sufrió el político guatireño en La Habana (1952) y en San José de Costa Rica (1953).
Betancourt fue un acérrimo crítico de la dictadura de Trujillo (1930-1961). En septiembre de 1948 emprendió una campaña en una Cumbre de la Organización de Estados Americanos (OEA) celebrada en Washington para procurar una condena internacional contra el régimen dictatorial del dictador, quien desde entonces juró que lo apartaría de su camino.
La acción terrorista de 1960 se promovió en suelo quisqueyano. Trujillo encargó a Johnny Abbes García, temible coronel que estaba a cargo del Servicio de Inteligencia Militar dominicano, para reclutar y dotar de insumos y finanzas a los autores del repudiable hecho.
Días antes del atentado llegaron a Venezuela con un cargamento de explosivos (nitrato de amonio y nitroglicerina en forma de dinamita compacta) y un lote significativo de armas introdujo aérea al país y ocultaron en una finca cercana a San Juan de Los Morros.
Mientras los encargados de las investigaciones técnicas y policiales del atentado trataban de completar la captura de cada uno de los implicados, el gobierno rompió relaciones diplomáticas con República Dominicana al tiempo que inició una campaña para conseguir el repudio de los diferentes países contra la dictadura de Trujillo.
El presidente de la República sufrió quemaduras de primer grado en manos y cabeza
El miércoles 6 de julio de 1960, en Washington, ante la comisión investigadora del caso en la OEA, integrada por representantes de cinco países, el embajador Marcos Falcón Briceño consignó cintas magnetofónicas grabadas de segmentos de la emisora “La Voz Dominicana”, conocida también como “Radio Chapita”, en las que se anunció, exactamente seis minutos después de la explosión que Betancourt estaba muerto y en Caracas celebraban la asunción de un nuevo gobierno en Venezuela.
Muy tensa se tornó la situación entre ambas naciones antes de la ruptura de relaciones. Hubo serias acusaciones por ambos lados y hasta amenazas de llegar a declararse la guerra. Desde Miraflores se argumentó que “Chapita” Trujillo financiaba el entrenamiento de grupos para derrocar a Betancourt y respaldaba el regreso al poder del tirano Marcos Pérez Jiménez. Gracias a la intervención de la Comisión Interamericana para la Paz, el asunto no pasó el terreno de las acusaciones.
El viernes 8 de julio, con el voto unánime de 19 países, la OEA aprobó el nombramiento de una comisión que tuvo a cargo investigar la intervención y agresión del gobierno dominicano contra Venezuela y su presidente.
Dicha comisión llegó a Caracas la tarde del lunes 18 de julio y al día siguiente se entrevistó con el presidente Betancourt. El grupo estuvo integrado por Vicente Sánchez Gavito (México), Erasmo de la Guardia (Panamá), Enrique Dardo Cuneo (Argentina), Pablo Oscar Guffante (Uruguay) y Henry Clinton Reed (Estados Unidos).
Del 16 al 20 de agosto de 1960 se celebró en San José de Costa Rica la sexta cumbre de cancilleres de la Organización de Estados Americanos (OEA), a la cual asistieron representantes de 21 naciones. Allí se acordó por unanimidad condenar al régimen dominicano de Trujillo por haber promovido el atentado contra Rómulo Betancourt.
Setenta y siete días después del intento de asesinato a Betancourt, el 9 de septiembre de 1960, el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, emitió la resolución número 156. Tras aprobar el reporte presentado por la secretaría de la OEA, se acordó la aplicación de medidas económicas contra República Dominicana, según las cuales se prohibió comerciar con la isla, entre otras cosas, derivados de petróleo y repuestos para vehículos y maquinaria. Dicha resolución fue aprobada con nueve votos, ninguno en contra y dos abstenciones de la República Popular de Polonia y la Unión Soviética.
Termina la “Era Trujillo”
No había pasado un año del atentado a Betancourt cuando, el pueblo dominicano alcanzó la liberación de treinta años de dictadura. La noche del 30 de mayo de 1961, mientras transitaba la carretera que conduce de Santo Domingo a San Cristóbal, fue asesinado Rafael Leonidas Trujillo Molina.
En la emboscada participaron más de diez hombres que ametrallaron con más de sesenta impactos de bala el carro en el que viajaba el sanguinario dictador, acusado de promover más de 50 mil asesinatos contra opositores a lo largo de las tres décadas que duró su régimen.
Miles de personas desfilaron ante el cuerpo de Trujillo en las ceremonias fúnebres, celebradas el 2 de junio de 1961 en el Palacio Nacional. Posteriormente, ante la presión del pueblo, la familia se vio obligada a huir del país con el cadáver de “Chapita”, quien está enterrado en un cementerio de la ciudad de Paris.
A tribunales autores del atentado
Pocas horas después de ocurrir la acción terrorista, antes de culminar el mes de junio de 1960, se conoció que el hombre que accionó el control remoto que provocó la explosión fue Luis Cabrera Sifontes, radio técnico venezolano que recibió una seña (levantarse el sombrero) de Manuel Vicente Yánez Bustamante desde un sitio cercano al lugar en el que se encontraba el carro-bomba.
También se ventilaron en los medios al principio los nombres de militares conspiradores, aun fieles a Pérez Jiménez, como el general Carlos Sanoja Rodríguez el capitán Eduardo Morales Luengo.
Los primeros diez sospechosos detenidos por participar en la acción terrorista fueron trasladados desde la sede de la Digepol, en Los Chaguaramos, a la Cárcel Modelo, en Catia, el viernes 1 de julio de 1960. Entre otros integrantes del grupo figuraron Manuel Yánez, quien estuvo en el sitio de la explosión, Eduardo Morales Luengo, quien trasladó los explosivos desde Santo Domingo y el sindicalista Hernán Escarrá.
En la edición del diario Últimas Noticias del 2 de julio de 1960, el doctor Pedro Luis Gutiérrez, sub director de la Policía Técnica Judicial (PTJ), informó que, como consecuencia de las investigaciones sobre el atentado y en colaboración con la Dirección General de Policía (Digepol), se han practicado unas 32 detenciones.
Por esos días también se publicó en la prensa nacional un aviso de requisitoria, solicitándole al pueblo colaboración para capturar a Cabrera Sifontes, quien finalmente el 4 de julio fue aprehendido en Cabudare, estado Lara, disfrazado de campesino y montado en un burro.
Casi dos años después de abrirse el proceso judicial, en febrero de 1962, se inició la formulación de cargos contra los indiciados en el intento de magnicidio contra el presidente Rómulo Betancourt, el asesinato del coronel Ramón Armas Pérez y el estudiante Luis Elpidio Rodríguez, en el Juzgado I de Primera Instancia en lo Penal, en los antiguos tribunales de Caracas, ubicados cerca de la esquina de la Bolsa, en el edificio “University”.
La lista de indiciados que fueron condenados o absueltos en el caso es la siguiente: Salvador Alfonzo Acero, Luis Álvarez Veitía, teniente coronel Antonio de Jesús Bolívar, Luis Cabrera Sifontes, Carlos Chávez, Yolanda Chávez de Morales, Ramón Díaz Borges, capitán de fragata Mario DiGuilio, Hernán Escarrá, Clara Gamero de Trompiz, Carlos González Rincones, Manuel Guzmán Parés, Beltrán Lares Escalona, Lorenzo Mercado, Maximiliano Mora, Addia Morales Luengo, Ángel Morales Luengo, José Morales Hernández, Mayor Ramón Ovidio Moreti Arellano, Mayor Alberto Padilla, Ernesto Rhan, Carlos Russian Requena, Manuel Sanoja Rodríguez, Manuel Vicente Yánez Bustamante y Juvenal Zabala.
Cabrera Sifontes y Yánez Bustamante fueron sentenciados a treinta años por su carácter de ejecutores. En 1971, Cabrera Sifontes fue beneficiado con indulto del entonces presidente de la República, Rafael Caldera, por encontrarse muy delicado de salud, con un cáncer terminal, al poco tiempo falleció.