CRÓNICAS DE LA CIUDAD

La Cuadra Bolívar

Está histórica casa está situada entre las caraqueñisimas esquinas de Piedras y Bárcenas

     La casa de recreo de la familia Bolívar-Palacios sirvió de cuna para la emancipación del Continente Sur-Americano. Ella conserva el recuerdo de las correrías y juegos de infancia de Simón Bolívar, de sus largos ratos de estudio al lado de su maestro Don Andrés Bello

     La Cuadra Bolívar de Caracas, situada en la parte sur de la ciudad, con frente hacia la calle oeste 18, entre las esquinas de Piedras y Bárcenas, es la antigua casona de los padres del Libertador, la cual aún pasa inadvertida a la vista de muchos transeúntes de nuestra ciudad, no obstante ser ella una de las casas antigua e histórica del país.

La Cuadra Bolívar fue construida por los esposos Bolívar-Palacios para residencia de recreo, por los años 1780. Tenía hermosa fuente de piedra en el centro de su gran jardín y la casa se surtía de agua a través una tubería de barro cocido que había hecho traer desde su casa de San Jacinto, Juan Vicente Bolívar, además de que también existía un manantial que se secó con el terremoto de 1900.

     El sitio escogido por los esposos Bolívar-Palacios para la construcción de su morada de distracción, era célebre, ya que aquel lugar, aún para entonces retirado del perímetro de la ciudad que solo se extendía por ese lado hasta la esquina de Reducto, según la tradición, se efectuó allí uno de los más reñidos combates de la época de la conquista, el cual ha sido descrito por el historiador colombiano José Oviedo y Baños con el nombre de Batalla del Guaire, en el cual perdió valientemente la libertad y la vida el jefe indio Tamanaco.

     Además de que esta casa-quinta fue, como ya hemos dicho, construida para recreo de la familia Bolívar y que por tal motivo estuvo predestinada a que nuestro Libertador viera correr en ella alegres días de su niñez y de su juventud, recibiendo en sus jardines y corredores las lecciones de su condiscípulo y maestro Don Andrés Bello, debe advertirse que como quiera que Juan Vicente Bolívar para el año de 1802 vendió a don Juan de la Madrid la casa de San Jacinto, o sea aproximadamente para la época en que el Libertador regresara de su viaje a Europa, después de esa fecha, el Libertador se alojó siempre en su casaquinta del Guaire, y en otras ocasiones en su casa de la esquina de Las Gradillas, que es esta última la que forma el ángulo Sur-Este de dicha esquina. Es así, pues, como para el año de 1808 en que el grupo de jóvenes patriotas que quiso aprovechar la difícil situación por que atravesaba el Gobierno de España con la invasión de Napoleón a la Península, proyectara el establecimiento de una Junta de Gobierno que debía reemplazar la Capitanía General para entonces existente. Este grupo de jóvenes que debía reunirse alejado de la vista del Capitán General, había escogido como retiro más propicio y albergador a sus entrevistas, la quinta para entonces de los hermanos Juan Vicente y Simón Bolívar, donde so pretexto de convites, sus entrevistas duraron varios meses sin que fueran sospechadas por la suspicaz vista del Capitán General.

La Cuadra Bolívar conserva el recuerdo de las correrías y juegos de infancia de Simón Bolívar

     Descubierto más tarde su intento, los jóvenes conspiradores, se les formó causa, de la cual existen dos procesos, uno de ellos el ordenado por Casas contra Melo–Núñez, Juárez–Manrique y Matos, el cual se encuentra en poder del doctor Vicente Lecuna; y el otro, el que ha sido publicado en Bogotá por el historiador colombiano Jorge Ricardo Bejarano en su obra titulada “Orígenes de la Independencia Suramericana”, quien dice haber tenido la suerte de hallar un infolio escrito en letra pastrana y sobre papel español marquilla con 170 hojas que reposa en poder de Jorge Iragorri Isaacs, el cual contiene la “Causa seguida en Venezuela en el año 1808, a los Bolívares, Marqués del Toro, Marqués de Casa León, Conde de Tobar, Conde de San Javier, José Félix y Juan Nepomuceno Ribas, los Montilla, Palacios, Sojo, Salías, etc., quienes fueron los iniciadores del movimiento revolucionario, de donde surgió la Independencia del Continente”. Este importante proceso esté lleno con las declaraciones tomadas a los testigos, relativas a las reuniones secretas habidas en “La Cuadra de los Bolívares” o “El Palmito”, nombres con los cuales distinguían la casa-quinta.

La Cuadra de Bolívar es la antigua residencia de los padres del Libertador

     Encontramos así, pues, que el valor histórico de la “Cuadra Bolívar”, puede juzgarse como joya inapreciable, por haber tenido la suerte de que fuera el sitio que sirviera de cuna para la Independencia Sur-Americana. Es aún más grande el valor histórico de la Cuadra Bolívar, porque como sabemos entre las casas que sirvieron de alojamiento al Libertador, en esta ciudad natal, es ella la que realmente se conserva con el más exacto ambiente de lo que fue, pues si bien es verdad que sus jardines se han mermado en gran parte, que su preciosa para entonces fuente ha desaparecido, que su manantial quiso el terremoto del año 1900 cegarlo y que la mano del tiempo derribara el célebre Cedro de Fajardo en 1840, el cual dio sombra al futuro Libertador cuando recibía lecciones de su condiscípulo y maestro Andrés Bello, como así lo consagra el magnífico óleo del pintor Tito Salas que se encuentra en la casa natal del Libertador; también es verdad que la Cuadra Bolívar, en su estructura, su división, su sabor colonial, sus viejos paredones inclinados, sus antiguas columnas que circundan sus grandes corredores y que son ellas las mismas que quizá en cuántas ocasiones sirvieron para apoyo del que debía ser más tarde nuestro Libertador, todo ello lo hace, el sitio más evocador de nuestras reliquias patrias.

En 1959, la Cuadra de Bolívar fue declarada Monumento Histórico Nacional

No corrieron la misma suerte la Casa Natal del Libertador, que además de sufrir la modificación que le hiciera Juan de la Madrid, quien para después del terremoto de 1812, según datos, le suprimió un segundo piso que poseía en la parte principal del inmueble y que más tarde, al servir en distintas ocasiones para casa de comercio, fue cambiando en mucho de lo que ella había sido. Después de adquirida para propiedad de la Nación, la Casa Natal del Libertador ha sido en gran parte reconstruida, con la suerte de que se designara para ese fin al doctor Vicente Lecuna, quien la ha llevado a hacerla parecer lo que ella fue para los momentos en que por primera vez viera allí la luz el Genio de América y el cual, con su verdadero interés patriótico, la ha hecho que produzca el necesario recogimiento de todos los que la visitan. 

     La otra casa en que vivió el Libertador en diferentes ocasiones, o sea la situada en la esquina de Las Gradillas, ya citada, que tuvo indudablemente la suerte de ser la habitación del Libertador en varias ocasiones que estuvo en Caracas, es el sitio central que el Libertador habitó después de la venta de su casa natal, y es así como encontramos que la historia nos refiere la visita que hiciera el aun joven Simón, José Ignacio Casas, hijo del Capitán General de la Provincia, en ocasión de los acontecimientos promovidos por las Juntas Secretas del Guaire, en cuya visita le dijo: “(tú sabes que soy tu amigo y te estimo, aunque no te frecuento , y así me sería doloroso que te vieses en alguna aflicción, por lo que te estimaré no admitas sociedades en tu casa, ni comensales, porque éstas te perjudican”. A lo que contestó Simón: “Estoy desesperado de salir de gorrones que me incomodan, yo a nadie llamo y estoy inocente de cualquier calumnia”, y en seguida cuando se despedían le añadió: “que se iba para su hacienda para que no lo nombrasen en nada”.

      Y es así como los hermanos Bolívar tuvieron que suspender sus entrevistas con los otros patriotas en la Cuadra Bolívar, para trasladarse a La Victoria, estado Aragua, donde también las continuaron, y más tarde en Caracas de nuevo, hasta la presentación de la representación que hicieron al Gobierno, que les trajo por consecuencia la prisión de unos y la confinación de otros. La casa de Las Gradillas conserva para todos los venezolanos el recuerdo de la casa que viviera en ocasiones el Padre de la Patria, no obstante que ha sufrido grandes modificaciones.

Esta residencia sirvió de centro de reuniones conspirativas emancipadoras

      La Cuadra Bolívar pues, que sirvió de cuna para la emancipación del Continente Sur-Americano y que al pasar frente a ella su aspecto nos trae inmediatamente el recuerdo de las tantas ocasiones en que los jóvenes patriotas sigilosamente atravesaron su umbral para reunirse en ella por días enteros, como todas las cosas o personas grandes, ha sido y será motivo de críticas y quizá de muchos deseos, pero si leemos la placa que en su vieja fachada ha sido colocada, podremos apreciar la opinión que de ella han hecho y hacen, personas cuyo criterio es lo suficientemente grande y sensato y el cual borra cualesquiera otras opiniones contrarias y de personas menos autorizadas que ellos. La placa colocada en la casa en tiempos de la dictadura gomecista, dice así:

“Esta casa que perteneció a la familia Bolívar, albergó la infancia de un grande hombre y la de una gran revolución. Aquí vivió en su niñez y en su juventud Simón Bolívar. Aquí se prepararon los planes del movimiento cívico de 1808, precursor inmediato de la jornada del 19 de abril de 1810. Cinco visitantes venezolanos, devotos de las glorias nacionales dedican esta lápida en 28 de octubre de 1925”.

     En igual sentido le han sido consagrados artículos por muchos historiadores.

     Ella conserva el recuerdo de las correrías y juegos de infancia de Simón Bolívar, de sus largos ratos de estudio al lado de su maestro Don Andrés Bello, el cual preparó para la casa de su discípulo y amigo una inscripción en latín, que el joven Simón hizo colocar en la fachada de la casa y que decía así: “Ruris Deliths Urbana Adjecta Commoditas”, que traducido al español significa: “Aquí encontraréis hermanadas las delicias del campo y las comodidades de la ciudad”, ella fue siempre la casa predilecta del Libertador y de los suyos; y como tal, fue la que conservó por más largo tiempo en su poder la familia Bolívar.

     En 1959, la Cuadra de Bolívar fue declarada Monumento Histórico Nacional y hoy permanece con réplicas y objetos de la época en la que el Libertador Simón Bolívar.

Fuentes consultadas:

  • Bejarano, Jorge Ricardo. Orígenes de la Independencia Suramericana,

  • Boletín de la Academia Nacional de la Historia. Caracas, N° 56, septiembre de 1926.

  • Ricardo Tello, Luis A. La Cuadra de Bolívar. En: Revista Técnica del Ministerio de Obras Públicas. Caracas, marzo de 1965

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