CRÓNICAS DE LA CIUDAD

Biografía del Panteón Nacional

     Es el recinto donde se conservan los restos del Libertador y de muchos otros personajes destacados de la historia de Venezuela. Está ubicado en la parroquia San José, en terrenos donde se encontraba la ermita de la Santísima Trinidad, construida en el siglo XVIII por el albañil Juan Domingo del Sacramento Infante, e inaugurada en 1783 y destruida en 1812 por el terremoto que azotó a la ciudad de Caracas.

El 17 de diciembre de 1930, se reinauguró el Panteón Nacional, mostrando su edificio un cambio radical en su fachada y ornamentación

     El sitio donde está situado hoy el Panteón Nacional, era en 1742 un terreno sin mayor uso, situado más allá del río Catuche, en la calle que sale de la Catedral hacia el norte de la ciudad. No existían entonces ni el Cuartel San Carlos, edificado en los últimos años del siglo XVIII, ni el puente de La Trinidad, construido en 1776.

     Relata el ingeniero Edgar Pardo Stolk, en uno de sus múltiples trabajos sobre obras de interés histórico en Caracas, que un modesto albañil que vivía en las cercanías de Catuche, influenciado por el ambiente de religiosidad que dominaba la ciudad, concibió la idea de construir una ermita en homenaje a la Santísima Trinidad, aportando el valor de su único patrimonio, que era el de cuatro casitas, para iniciar la obra.

     El nombre de este humilde alarife era Juan Domingo del Sacramento de la Santísima Trinidad Infante, quien con una fe y constancia ejemplar, se dedicó a realizar la obra.

     En 1740, le comunica su idea al Prelado, quien eleva al Rey su petición; este solicita informes al Gobernador, quien apoya y recomienda la idea, y el 23 de julio de 1744 se le concede la licencia para levantar la ermita, la cual comienza el 15 de agosto de ese año con los dineros habidos por la venta de las cuatro casas y su trabajo personal.

     El 15 de marzo de 1745, Infante solicita al Ayuntamiento que le conceda para su propósito los solares vacíos, los cuales se le otorgaron el 23 del mismo mes.

     El primer Marqués del Toro le cede al artesano ocho y medios solares que tenía en el sitio. En 1747, Infante pide de nuevo al Ayuntamiento que le conceda todas las tierras realengas y el 3 de julio del mismo año, el Ayuntamiento se lo acuerda.

     Luego el albañil, ante el hecho de que el barranco de Catuche impedía el acceso desde la ciudad a su ermita, levanta dos muros que fueron el inicio del puente, el cual fue finalmente ordenado por el general José Solano y Bote, Gobernador y Capitán General de Venezuela.

     El 27 de agosto de 1770 es aprobado el plano del puente del ingeniero Manuel Clemente de Francia; se iniciaron las obras y las terminó en 1776.

     Por fin Infante termina el templo, el cual es bendecido el 15 de julio de 1783.

     Cuenta el cronista Lucas Manzano que “para el año de 1783 cuando vino al mundo Simón José Antonio de la Santísima Trinidad Bolívar, habíase inaugurado días antes la Capilla de la Trinidad; a ella lo llevaron sus progenitores luego de haberle echado el agua lustral su tío, el Canónigo Jeréz de Aristiguieta.

     El terremoto del 27 de agosto de 1812 que barrió buena parte de las edificaciones de Santiago de León de Caracas, echó por tierra la Capilla de la Trinidad; apenas quedó de ella en pie, una parte de la pequeña nave que reconstruyeron luego por suscripción popular. Sin embargo, era tal el abandono en que feligreses y autoridades la tenían, que su Excelencia el Libertador, en su última visita a Caracas, en 1827, al pasar el “Puente de la Trinidad”, dijo a su Edecán Ferguzon, aludiendo a la frialdad con que lo recibiera la ciudad que un día le rindiera la más insólita apoteosis:

Perteneciente a la arquitectura neogótica, el edificio del Panteón Nacional fue inaugurado solemnemente el 28 de octubre de 1876

─¿Recuerda usted, Coronel, los primeros días de mi entrada a Caracas?

─Jamás había presenciado entusiasmo semejante, ─ respondióle su fiel servidor. . .

─Hoy, ─ asienta Bolívar ─salimos como derrotados; ─ y agrega ─ “Todo es efímero en este mundo”.

Luego, frente a las ruinas de la Capillita, detiene el héroe su corcel y dice:

─ “Estas ruinas me traen recuerdos de mi niñez”:

     El culto de mi familia a la Santísima Trinidad data de mis abuelos. ¡Cuántos años ─ exclamó el glorioso Paladín ─ transcurrirán todavía para que estos escombros vuelvan a su antiguo esplendor!”

     Del templo de la Trinidad solo quedó un montón de ruinas y algo de los muros exteriores, afirma el ingeniero Pardo Stolk. Al poco tiempo se levantó a la izquierda de las ruinas una modesta capilla, donde continuó el culto al Misterio de la Trinidad.

     Fue en esta capilla, construida al lado de las ruinas, donde pasaron la noche del 16 de diciembre de 1842, los restos de Bolívar, para entrar a Caracas en medio de expresivo homenaje en la mañana del 17. Los despojos del Libertador habían arribado al país procedentes de Colombia.

     Luego fue reconstruido el edificio por la caridad pública hasta que, por decreto del 27 de marzo de 1874, el presidente de la República, general Antonio Guzmán Blanco, ordenó terminar la fábrica, levantar la torre que faltaba y destinar el nuevo templo a Panteón Nacional.

     Perteneciente a la arquitectura neogótica, el edificio del Panteón Nacional fue inaugurado solemnemente el 28 de octubre de 1876, día de San Simón, con el traslado de los restos del Libertador Simón Bolívar hasta ese recinto.

Monumento del escultor italiano Pietro Tenerani, el cual representa a Bolívar de pie y realizado en mármol blanco

     La urna fue introducida en un arca cineraria de estilo gótico, construida por el francés Emilio Jacquin.

     El arca era de cedro colocada en sentido norte-sur, elevada sobre el piso del presbiterio y entre la pared del fondo y el monumento del escultor italiano Pietro Tenerani que se trasladó desde la Catedral hasta el Panteón Nacional, el cual representa a Bolívar de pie y realizado en mármol blanco.

     Este monumento, que había sido decretado en la época del presidente José Antonio Páez por el Congreso Nacional, e inaugurado en 1852 por el entonces primer mandatario José Gregorio Monagas.

     A parte de muy modestos trabajos de conservación, pintura, remiendos, goteras, etc., fueron muy pocos los trabajos de reforma que se realizaron al Panteón en las primeras dos décadas del siglo XX.

     En 1930, con motivo del centenario de la muerte del Libertador, el gobierno nacional le solicitó al arquitecto español Manuel Mujica Millán un proyecto para cambiarle el aspecto vetusto al inadecuado edificio del Panteón Nacional.

     Mujica era un excelente arquitecto, tenía imaginación, habilidad y entre otras cualidades, la capacidad de dibujar perspectivas de sus proyectos; las hacía a mano suelta y utilizaba con gusto y destreza la acuarela para presentarlos. Muy pronto comenzó a ser el arquitecto de todo lo que se construía en la capital en esa época. Proyecto urbanizaciones, iglesias, edificios, quintas. Fue el arquitecto de la iglesia de Santa Rosa de Lima y el proyectista de la Catedral de Mérida.

El Panteón Nacional está ubicado en terrenos donde se encontraba la ermita de la Santísima Trinidad, construida en el siglo XVII

     Mujica presentó el proyecto de las fachadas del Panteón Nacional e inició las obras, las cuales deberían estar listas para el 17 de diciembre de ese año 1930, cuando se cumplían los cien años del natalicio de Simón Bolívar. No obstante, el ministro de Obras Públicas, al ver que las obras no podían estar concluidas para esa fecha, rescindió el contrato a Mujica y, aun cuando respetó el proyecto del arquitecto español, y lo designó director artístico de las obras, fueron contratados los ingenieros Guillermo Salas y Hernán Ayala para la culminación de la edificación.

     Se comenzó a trabajar entonces en dos turnos diarios; de 7 de la mañana a 5 de la tarde, y de 5 de la tarde a 2 de la madrugada, incluyendo los sábados.

     La reforma integral incluyó una torre central, dos torres laterales, pórticos nuevos, acabados interiores y exteriores de las torres, ornamentación, fachadas laterales y reparaciones interiores del edificio.

     El 17 de diciembre de 1930, se reinauguró el Panteón Nacional, mostrando su edificio un cambio radical en su fachada y ornamentación.

     Con posterioridad a estas obras, el Panteón Nacional recibió reparaciones menores: pintura varias veces, se colocaron lozas y zócalos de mármol. También se le hicieron manteamiento a algunos monumentos y se erigieron unos nuevos.

     La edificación fue luego declarada Monumento Nacional, el 25 de julio de 2002. En el marco del bicentenario de nuestra independencia y por iniciativa del entonces presidente Hugo Chávez, en el año 2010 se iniciaron trabajos restauración del Panteón Nacional y la construcción de un mausoleo en honor a Simón Bolívar.

     Un día antes del anuncio presidencial sobre la construcción del mausoleo, se realizó la exhumación de los restos de Simón Bolívar, para verificar si la causa de su muerte había sido tuberculosis.

     La Fundación de Estado para Planes y Proyectos Especiales (FOPPE), adscrita al despacho de la Presidencia, fue la encargada de la construcción del mausoleo. Los encargados de la arquitectura fueron Francisco Farruco Sesto, Lucas Pou, Gilberto Rodríguez y Orlando Martínez Santana.

     El mausoleo estaba listo para ser inaugurado el 17 de diciembre de 2012, pero debido a las condiciones de salud de Hugo Chávez, la fecha de inauguración se pospuso. Finalmente y luego de la muerte del presidente Chávez, el 5 de marzo de 2013, la obra fue inaugurada el 14 de mayo de 2013. El acto estuvo presidido por el entonces primer mandatario Nicolás Maduro, y contó con la presencia del alto gobierno.

     Edificio con forma de rampa en ascenso, de tendencia moderna y vinculado al antiguo Panteón Nacional por un pasillo, tiene 54 metros de alto.

     Abarca 2.000 metros cuadrados, con una capacidad para recibir hasta 1.500 personas. La estructura fue hecha con cerámica blanca, acero ensamblado en talleres del país, láminas traídas de Suiza, cerámicas de España, granito negro de Suráfrica y acero corten de Estados Unidos.

     Es de resaltar que cada año, el 5 de julio, en el marco de la firma del Acta de la Independencia, el presidente de la República presenta una ofrenda floral en honor de los que murieron al servicio del país.

     La Constitución Nacional vigente de Venezuela establece que para que los restos de un personaje histórico sean ingresados en el Panteón Nacional, deben haber transcurrido al menos 25 años de su muerte.

     «Esta decisión, de acuerdo al artículo 187 de la Carta Magna, podrá tomarse por recomendación del presidente de la República, de las dos terceras partes de los gobernadores de Estado o de los rectores de las Universidades Nacionales en pleno».

Fuentes consultadas:

  • Pardo Stolk, Edgar: “El Panteón Nacional”. En: Centenario del Panteón Nacional. Caracas: Oficina Central de Información (OCI), 1975; Págs. 167-204

  • Manzano, Lucas. “La Capilla de la Trinidad”. En: Elite. Caracas, 2 de abril de 1937

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